Diari Més

La desesperación de Xavi Bartolo

El entrenador del Nàstic sabe que el equipo, ahora mismo, no puede competir por los objetivos y el mercado de invierno queda muy lejos

Xavi Bartolo, durante el Nàstic-Castellón correspondiente a la séptima jornada del campeonato de Liga (1-1).

La desesperación de Xavi BartoloGerard Martí

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Desde el presidente hasta el aficionado más joven, desde el primero hasta el último, se tiene que asumir que este Gimnàstic de Tarragona no funciona. Mientras equipos como el Andorra, para poner un ejemplo, se pueden permitir el lujo de pinchar en casa contra el Llagostera y empatar, el conjunto tarraconense no tiene esta suerte. Cada partido de los tarraconenses se ha convertido en un drama, no por el hecho de jugarlo, sino porque una derrota siempre significa estar todavía más tenso de cara a la próxima semana.

La derrota del domingo en Olot dejó el triunfo de ocho días antes contra La Nucía como un simple espejismo. Ante los alicantinos, el Nàstic no demostró ser mejor equipo y, aunque en la Garrotxa los tarraconenses chutaron más que el rival, tampoco se notó sobre el césped la diferencia de presupuesto entre uno y el otro.

Este mundo del fútbol dicta, en la mayoría de los casos que, cuando las cosas van mal, el entrenador es el primero que coge la puerta. Pero es que el técnico grana, Xavi Bartolo, dejó claro, nuevamente, sin palabras pero con hechos, que no tiene materia prima para alcanzar el objetivo. Que este equipo no puede competir por la primera plaza del campeonato, que era el objetivo, es obvio. En ninguno de los diez enfrentamientos que ha disputado el Nàstic esta campaña se ha visto superioridad grana por ningún sitio, pero lo que sucedió el domingo en Olot pone en evidencia que alguna cosa falla, y mucho.

Bartolo utilizó tan sólo a trece jugadores, con lo que dejó de hacer un cambio. En ningún sitio está escrito que los entrenadores tengan que agotar todos los cambios en un mismo duelo, pero cuando eso sucede es por dos motivos. El primero, que el equipo lo está haciendo tan bien que no hay que cambiar nada. Este, precisamente, no era el caso. El segundo, que cuando Bartolo giró la cabeza atrás y miró al banco, no vio ninguna cara que le pudiera solucionar la papeleta. Eso, con un equipo que ha costado lo que ha costado, es un problema gravísimo.

Abiertamente, es muy complicado que un entrenador se queje de la plantilla pero, después de caer derrotado en Lleida, Bartolo ya dejó entrever que «no sé si la plantilla está capacitada para luchar por el objetivo». Este no lo sé, quizás ahora es un «seguramente», pero Bartolo no saldrá públicamente diciendo que sus jugadores no tienen el nivel o que la dirección deportiva se ha equivocado en la planificación de la plantilla.

El meta Cheikh y los jugadores de campo Viti, Lolo Plá, Albarrán, Joel Marín, Jorge Carreón y Sergio Montero estaban en el banquillo. El partido estaba empatado a un gol y Bartolo decidió realizar el primer cambio. Entró Sergio Montero por Romain Habran. Minutos después, Pedro Martín, con molestias, abandonó el césped y el entrenador del Nàstic dio entrada a Lolo Plá. El primer cambio se produjo en el minuto 67 y, el segundo, en el 73, con qué todavía quedaban unos veinte minutos de juego descuento incluido.

No tenía opciones

El entrenador del Nàstic entendió que ni Albarrán, ni Viti, ni Carreón ni Joel Marín eran la solución, ni cuando el duelo iba empatado ni después del segundo gol de los de la Garrotxa.

No pueden ser excusa ni las lesiones ni el hecho de que Thomas Amang no haya podido jugar, primero, para no tener la documentación necesaria para hacerlo y, segundo, para marcharse ahora con su selección para disputar la Copa África.

Javi Márquez todavía no ha jugado y aquí radica uno de los grandes problemas que ha tenido Xavi Bartolo. El futbolista tuvo que pedir una segunda opinión al comprobar que los plazos previstos de recuperación se habían acabado y que no jugaba y le diagnosticaron una lesión más grave de lo que le habían asegurado inicialmente. Bartolo tampoco tiene la culpa de esta circunstancia, pero lo está sufriendo él. El comportamiento de Viti no ha sido el más correcto y el técnico grana también se ha visto entre la espada y la pared, ya que alinear a un futbolista que no cumple las normas puede suponer una bomba de relojería en un vestuario con veinte futbolistas que todos quieren jugar el máximo posible, para|por el colectivo pero, sobre todo, a nivel individual.

El mercado de invierno todavía queda muy lejos, pero parece que será la única opción del Nàstic de intentar luchar por este objetivo que, semana tras semana, se va alejando. El mismo Bartolo dijo antes de empezar la temporada que no acabar en posiciones de promoción de ascenso a Segunda División A sería todo un «fracaso». Ahora mismo, el Nàstic está en promoción, pero de descenso. Independientemente de los resultados, tienen que cambiar muchas cosas y la plantilla tiene que dar un giro de 180 grados y no quiere protagonizar uno de los ridículos que más se acabarían recordando si no sale de estas posiciones de abajo. Desde el jugador que más cobra en lo que menos, todos tienen una gran responsabilidad de lo que está sucediendo y, si hubiera algún relevo|relieve tanto al banquillo como a la dirección deportiva, serían los máximos culpables.

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