Diari Més
Mia Guasch

Exjugador de fútbol

«Me considero preparado para transmitir mi forma de entender el fútbol»

Mia Guasch, exjugador, entre otros, del CF Pobla de Mafumet y del Lleida, se ha estado formando en los Estados Unidos y ahora vuelve a casa

Mia Guasch da instrucciones a los jóvenes en los que ha ayudado a formarse en los Estados Unidos.

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—¿Qué es de Mia Guasch?

—Dos años después de rescindir contrato con el Lleida Esportiu a causa de una serie de lesiones en la rodilla y de anunciar la retirada del fútbol a consecuencia de un cartílago muy castigado, he rehecho mi vida. Acabé la carrera universitaria (CAFE) que había ido compaginando con el fútbol semiprofesional y acepté una oferta laboral como entrenador en una Barça Academy en los Estados Unidos, Austin (Texas). Actualmente me encuentro afrontando el último mes de trabajo en Austin y con la intención de cerrar una etapa de aprendizaje y nuevas experiencias en busca de nuevos retos cerca de casa.

—¿Qué ha estado haciendo un año en el extranjero?

—Este año en el extranjero he estado al cargo de tres equipos de una escuela de fútbol del Barça en Austin donde he tenido la oportunidad de iniciarme como entrenador y, también, desarrollar otros cargos de gestión dentro de la escuela. Ha sido un año de puro aprendizaje, de familiarizarme con una metodología muy concreta e integral, de ver el fútbol desde otro punto de vista, de poder entender una cultura deportiva totalmente diferente, mejorar el inglés...

—Su trayectoria futbolistica, a pesar de ser gloriosa, fue corta. ¿Le costó asumirlo?

—Sí, y me sigue costando. Aunque el paso del tiempo hace relativizar las cosas, todavía hay días que miro al pasado con nostalgia y un punto de rabia... Pero el hecho de seguir directamente conectado con el fútbol y tener motivaciones profesionales dentro de este ámbito me ayuda mucho. Fue un golpe duro de lo que creo que me he repuesto mejor de lo que esperaba.

—¿Las lesiones son lo peor que le puede pasar a un jugador?

—No sé si lo peor, pero es un factor determinante en muchas ocasiones por el azar con el que se tiene que convivir. Creo que se tiene que ser consciente de las ventajas con las que cuenta un futbolista, pero también de los riesgos que conlleva depender de tu propio cuerpo. Personalmente, tuve mucha mala suerte, pero sería un suplicio lamentarlo continuamente. Simplemente me tocó a mí, hicimos (con mi familia y médicos) todo lo que estaba en nuestras manos para poder seguir compitiendo hasta que la lesión fue de carácter irreversible.

—¿Cuál cree que habría sido su techo?

—Es imposible predecir el futuro en un mundo que se depende de tantísimas variables. ¿Quién me hubiera dicho de infantil o cadete, cuando no contaba con minutos, que acabaría jugando a Segunda División B con 21 años? Lo único que te da opciones de escalar en cualquier cosa que hagas es la dedicación constante y el deseo de conseguirlo, pero ni siquiera eso lo garantiza. Con el paso del tiempo, valoro el hecho de que fui uncurrante y es de las cosas que más me enorgullecen.

—¿Cuánto tardaremos a ver a Mia Guasch en un banquillo en territorio español?

—Como he dicho anteriormente, volveré este año a Torredembarra. Mi prioridad es seguir formándome. Este mes de septiembre empezaré un master de alto rendimiento deportivo. Entrenar es uno de los caminos que me motivan más actualmente, me considero preparado para seguir creciendo progresivamente y poder transmitir mi manera de entender el fútbol a los niños, pero no es algo que me obsesione.

—¿Cuál es su meta?

—Poder vivir del fútbol y disfrutar de él como hasta ahora, encontrando así un agujero donde me sienta cómodo, útil y valorado. Me considero ambicioso, pero tengo los pies en el suelo sabiendo de la dificultad que comporta ganarse la vida como entrenador, director deportivo, preparador físico, analista, scouting ...

—¿Qué opina de la situación deportiva que atraviesan Reus y Nàstic, dos clubs donde jugó?

—Con mucha lástima. He seguido la temporada de los dos equipos desde la distancia. La situación por la que ha pasado el Reus después de años de tan buen trabajo es una auténtica injusticia. Admiro a todos aquellos que han dado la cara a pesar de la situación, creo que son un reflejo de la atmósfera de compromiso y humanidad que se había creado en el club. Con respecto al descenso del Nàstic, estoy convencido de que será una estancia corta en Segunda B, es una categoría que se le queda pequeña y muy pronto volverá donde merece. Por último, me alegro mucho de que el Reus haya creado la Fundació para salvar tantos años de esfuerzo en la base y que el Nàstic promocione jugadores en la Pobla y primer equipo. Sin lugar a dudas, el fútbol base tiene que tener presencia valorándolo y cuidándolo en un tiempo donde el fútbol es tan inestable y está tan contaminado.

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