Diari Més

Agrofruit espera salvar la campaña si alguna empresa estatal del sector la acaba comprando antes de enero

La empresa reconoce que la desconfianza de los bancos y la caída de la facturación la han empujado al cierre

Primer plano de cajas de mandarinas preparadas para la exportación en los almacenes de Agrofruit. Imagen del 19 de junio de 2015 (horizontal)

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Agrofruit Export confía en que se pueda salvar la actual campaña de cítricos, si antes de enero, alguna las empresas estatales del sector, que se interesaron en aportar capital en el últimos meses, compra la compañía. Abierto el proceso de liquidación, el precio de los activos será bajo pero la nueva propiedad tendría que absorber a la cincuentena de trabajadores de la empresa, a través de la adquisición de la unidad productiva que prevé la ley concursal. Fuentes de la empresa han reconocido a la ACN que el Consejo de Administración optó, en septiembre, por la disolución porque no contaba con suficiente liquidez para afrontar los pagos a proveedores y acreedores, una vez superada la quita. La situación financiera se había agravado por la desconfianza de los bancos a la hora de financiar Agrofruit y por la caída en picado de la facturación.

Agrofruit Export, se había situado en 2012 como la principal exportadora de cítricos de Cataluña con más de 70 millones de euros de facturación. En el 2013, después de que una operación policial destapara deudas de hasta 50 millones de euros, maquillados en facturaciones ficticias, la empresa entró en concurso de acreedores.

El concurso se cerró con un convenio en el 2016, donde los proveedores ordinarios aceptaban una quita de hasta el 70% durante dos años y las entidades financieras de hasta el 50%. El acreedor, aceptando esta «generosa» quita, demostraba que mantenía la confianza en la recuperación de la empresa citrícola ebrense pero el precio del fruto y la falta de financiación, porque los bancos no les quisieron dar nuevos préstamos, hicieron caer la facturación hasta los 18 millones de euros de la última campaña, la 2017/2018.

Las quitas se habían planteado en el 2016 a partir de las facturaciones de los años de bonanza y finalmente, la empresa no ha podido hacer frente a los pagos que establecía el convenio. Con el grifo del crédito cerrado, algunos proveedores habían anticipado los pagos antes de comprar los cítricos pero eso acababa perjudicando Agrofruit porque lo obligaba a vender barato. Además, la empresa ha apuntado que sólo podía ofrecer el producto que le aportaba el socio y veía limitada su competitividad porque los ritmos de demanda del mercado, sobre determinadas variedades o volúmenes de compra, no siempre coincidían con su oferta.

Tampoco los grandes ajustes de plantilla -se pasó de 300 trabajadores a poco más de 50-, sirvieron para poder hacer frente a los costes de mantenimiento de las instalaciones y, por todo ello, antes que fueran los acreedores quien exigieran la declaración de liquidación, al no cobrar, el Consejo de Administración de Agrofruit Export decidió en septiembre disolver la compañía.

Continuidad a través de un nuevo propietario

En los últimos meses Agrofruit Export había hecho un «gran esfuerzo» por encontrar colaboradores y socios capitalistas. Habían ofrecido el arrendamiento o la compra de parte de los servicios de la empresa de Tortosa y proponían cerrar un contrato de maquila, es decir, utilizar las instalaciones de Agrofruit para procesar su producto y comercializarlo con otra marca. Eso habría permitido a la compañía ebrense ofrecer un plan de pago «modelado» a los acreedores. Ninguna de las dos prosperó.

Ahora bien, no se descarta que alguna de las empresas que se interesaron en colaborar con Agrofruit acabe comprando ahora la compañía, ya que con la liquidación de la empresa vía administración concursal, los activos son más baratos. Según prevé la ley concursal, si se hace una adquisición de la unidad productiva, la nueva propiedad también tendrá que conservar los puestos de trabajo para los empleados que tenía Agrofruit.

Si la compra se hiciera antes del mes de enero, la campaña actual de cítricos se salvaría y se daría continuidad a la actividad de Agrofruit. Fuentes del Consejo de Administración reconocen que habrían preferido mantener la empresa con nuevo capital pero que el futuro pasa por mantenerla «cambiando el nombre y formando parte de otro grupo». Agrofruit ofrece una ubicación estratégica «atractiva», con unas instalaciones para la manipulación y el procesamiento de los cítricos muy cerca de la frontera con Francia que puede interesar a otras empresas españolas del sector. Si los bancos están dispuestos a reconducir los créditos que graban la nave industrial y se llega a un acuerdo con algún comprador, el Consejo de Administración de Agrofruit ve muchas posibilidades que la venta se cierre pronto.

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