Nano: «Cuando menos te lo esperas, es cuando te llevas un porrazo como el de Lorca»

El entrenador del Nàstic, Nano Rivas, ha reconocido este mediodía que su equipo no estuvo a la altura en el partido del pasado domingo de Lorca (1-0). «Fue un mal día en general por parte de todos y hemos intentado hacer ver al equipo que no podemos competir como lo hicimos el domingo, que fue un día malo por|para el resultado y por|para sensaciones», ha manifestado el entrenador, que ha seguido diciendo que «a todos nos hubiera gustado haber conseguido un mejor resultado en Lorca». «Cuando menos te lo esperas, es cuando te llevas un porrazo como el de Lorca», ha sentenciado sobre el duelo en Murcia.

Ahora, Nano quiere mirar al futuro, y el futuro más próximo es el de este domingo, cuando el Nàstic reciba la visita de Osasuna a las doce del mediodía. El técnico se ha mostrado «con ganas que llegue el domingo para demostrar que lo que pasó a Lorca fue un accidente»

Él opina que la afición, aunque pueda estar enfadada, estará con el equipdiumenge 4. «Creo que la afición reaccionará con ganas de ayudar en el equipo, con ganas de ayudarnos a ir por la victoria. La gente se tiene que quedar con que el equipo ha intentado competir en los últimos partidos», ha argumentado.

El presidente, Josep Maria Andreu, requirió después de la derrota de Lorca que tanto Nano como los jugadores pidieran perdón por el mal partido y por la derrota. Al respecto, Nano ha apuntado que «respeto mucho las palabras del presidente, pero ahora lo que necesitamos es tener unidad. Es lo que intenté trasladar, pero respeto mucho sus palabras».

Finalmente, ha explicado por qué los futbolistas no entrenaron ni el lunes ni martes: «Nosotros planificamos los días de descanso en función de la carga de trabajo y de cuando tenemos que jugar el siguiente partido. Lo planificamos en el beneficio del equipo. Para mí, lo sencillo después del partido de Lorca habría sido cambiar el plan de entrenamientos, pero como miro por el bien del grupo y para ganar este domingo, no lo cambié. Llegamos a las siete de la mañana de viaje y, en ningún momento me planteé cambiarlo».