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Los dardos, un deporte para mentes serenas

El equipo femenino Pink Tower competirá el año que viene en el mundial de dardos que se celebrará en Las Vegas

Montse Boronat, Remedios García, Iolanda Riba y Lorena Pérez, las Pink Tower.

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«Cuando conocí a mi pareja me avisó de que un día a la semana bajaba al bar a jugar a dardos con los amigos. Así es como me empecé a aficionar a este deporte, y hasta el día de hoy. Ahora me dice que si lo hubiera sabido, no me habría enseñado, porque ahora ya soy mejor que él». Así es como recuerda sus inicios en el mundo de los dardos Montse Boronat, una de las cuatro componentes del equipo femenino de dardos electrónicos Pink Tower que, el próximo 2018, viajará hasta Las Vegas para participar en el mundial de este deporte. Han llegado después de ganar tres campeonatos estatales, tres Copas de Campeones y de competir también en Europa.

Además de Montse Boronat, el equipo lo forman Lorena Pérez, Iolanda Riba, y Remedios García, así como Carmen Cojocariu, que ha venido para cubrir las bajas que se han producido este verano.

En el Estado español los dardos electrónicos sólo están reconocidos como deporte en Cataluña, Mallorca y Galicia, y por lo tanto en nuestro país las jugadoras pueden estar federadas. En el resto del estado, esta modalidad deportiva, a pesar de no tener este reconocimiento, sí que cuenta con una gran afición, que es sobre todo masculina. «Aquí en la demarcación nosotros jugamos en la liga mixta, porque no hay liga oficial femenina. Eso hace que nos tengamos que esforzar más, porque la competencia es más fuerte», apunta a Montse.

En opinión de su compañera, Lorena Pérez, un buen jugador de dardos tiene que tener dos grandes cualidades: «un 40% de fuerza en el brazo y un 60% de mentalidad. Hace falta mucha concentración, por descontado que la puntería es necesaria, pero si estás nervioso, la pierdes. En un campeonato hace falta concentrarse, encerrarse en uno mismo y saber qué quieres alcanzar delante de la máquina».

El equipo tarraconense compite en dos modalidades: el Cricket y el 501. La primera consiste en ‘cerrar’ una serie de seis números más la diana, mientras que el 501 es una modalidad que consiste en, a partir de esta cifra, ir bajando hasta llegar a cero, cerrando con simple, doble o triple.

Los campeonatos, explican las dos jugadoras, son quedadas multitudinarias, que pueden llegar a concentrar a dos mil personas en la pista de un pabellón polideportivo jugando al mismo tiempo. Esta concentración de jugadores tiene, según ellas, un valor añadido: haces muchos amigos. «Jugar a dardos es una manera de conocer a mucha gente. Yo ya hace catorce años que juego, y te aseguro que llegas a crear vínculos de amistad muy fuertes, deseas que lleguen los campeonatos para volver a ver gente que hace seis meses o un año que no veías. Es una cosa muy fuerte, que se tiene que vivir para entenderlo,» explica a Montse.

Estos campeonatos son al mismo tiempo buenas ocasiones para que las miembros del Pink Tower se reencuentren, ya que el día a día les hace muy difícil poder entrenar juntas. Para hacerlo, cada uno utiliza la diana que tiene más cerca, a menudo la del bar del barrio. Al fin y al cabo, sin embargo, no es un problema, porque a los campeonatos los equipos trabajan sumando las individualidades. Uno de los próximos torneos que tienen a la vista se celebrará en el Hotel Jaime I de Salou del 12 al 15 de abril del año que viene.

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