El Nàstic-Barça B, suspendido por falta de fuerzas de seguridad

No hubo Gimnàstic de Tarragona-Barcelona B. A primera hora de la mañana pocos (pero había algún que sí) pensaban que peligraría el derbi catalán de Segunda División A. A las ocho y media de la noche se tenía que disputar, con total normalidad, el duelo correspondiente a la séptima jornada lliguera, pero no acabó siendo así. La Liga de Futbol Professonal (LFP) y la Real Federación Española de Fútbol (RFEF) tendrán que comunicar cuando se juega el partido, que se podría disputar a finales de este mes de octubre o a principios del próximo mes de noviembre.

Tal y como se desarrolló el referéndum en Cataluña, los incidentes fueron en aumento. No sólo en Barcelona, donde se produjeron los mayores altercados, sino que también en Tarragona la vigilancia tenía que incrementarse. Esta circunstancia motivaba que los Mossos d'Esquadra tenían que priorizar, y el primero de todo era estar en la calle, y no en el Nou Estadi. Quan el Nàstic tomó conciencia que no contaría con los Mossos en su lado, puso la luz de alerta: reunión una hora antes del partido.

Este encuentro tuvo dos puntos. El primero fue en el momento en que el club avisó que el partido podría disputarse a puerta cerrada. Quedaba media hora para iniciarse el enfrentamiento, y la afición esperaba fuera, sin saber qué sucedía. Preguntaban, muchos sin obtener la respuesta. Igual que los medios de comunicación. Pero nada de nada. Hasta que, cuando faltaba un poco más de veinte minutos para iniciar el duelo, cuando un grupo de responsables del Nàstic, capitaneado por Josep Maria Andreu, hizo gestos que allí no habría partido. Entonces, tocaba comunicarlo a la plantilla, primero, y después a la afición, aunque continuara fuera del Nuevo Estadio.

Los comunicados

Instantes después, el club comunicaba a los futbolistas, en un corro sobre el verde del Nou Estadi, que no habría partido, que el Nàstic-Barça B se disputaría en otro momento. Por megafonía también se oyó y, acto seguido, llegaba a los medios de comunicación un escrito que rezaba el siguiente: «El Gimnàstic de Tarragona SAD, con el visto bueno de LaLiga, la tripleta arbitral y los dos clubs, confirma la suspensión del partido. El club ha enviado un comunicado a LaLiga solicitando la suspensión del partido, y ha aceptado la petición después de que la seguridad de los socios no estuviera garantizada por la ausencia de Mossos».

Acto seguido, rueda de prensa, donde Andreu añadió el siguiente al comunicado: «Ante la situación que se está viviendo en Cataluña, hemos pedido a la Liga de Fútbol Profesional la suspensión del partido, ya que no teníamos garantizada la seguridad para jugar un partido de fútbol». Finalmente, el último en decir la suya fue la propia LFP, que emitió un comunicado donde explicaba que «queda aplazado el partido ante la confirmación por parte de los Mossos de la ausencia de prestación de servicios de seguridad que habían confirmado a LaLiga en el día de ayer, y a lo largo del día de hoy. Asimismo, los Mossos han confirmado que no garantizan los servicios de seguridad prestados por la UCO. Ante estas circunstancias, LaLiga confirma que el partido queda aplazado».

A todo eso, la afición, en la suya. Gritando fuera del Nuevo Estadio, esperando en la salida de los jugadores, y dejando bien claro que a ellos no les va eso del referéndum. «Del Nou Estadi, fuera la política», gritaban en torno a una treintena de aficionados, que saludaron a los futbolistas y que, con total seguridad, también estarán presentes cuando el partido se dispute, sea el día que sea.