Golazos Ledes vuelve a brillar

Por si acaso a alguien se le había pasado el efecto, el sábado en Lorca Gus Ledes volvió a marcar un golazo de fuera del área, el 1-1 definitivo, para seguir teniendo enamorada la parroquia encarnado-y-negra. Recibió un pase hacia atrás y, desde más de 20 metros, no se lo pensó: un toque suave para cambiar la trayectoria de la pelota y que rodara ligeramente hacia la portería de Dorronsoro, y un chute inalcanzable para el meta local, que un defensor envenenó todavía más peinándola llegerament con la cabeza cuando lo intentaba rechazar. Más rabia que alegría en la celebración de un jugador y de un equipo que se ven como aspirantes a recibir más premio por sus esfuerzos, y a hacerlo mejor de lo que se vio en el primer tiempo.

Presión y precisión colectiva

La proeza de Gus Ledes premió los minutos más inspirados de los reusenses, que se supieron sobreponer a un mal inicio de partido. La definición fue clave, pero la jugada fue propiciada por un trabajo preciso de sus compañeros que todavía dio más valor a este tercer gol de los encarnado-y-negros, segundo de la cuenta particular del migcentre que vuelve a ser el máximo realizador del equipo en solitario.

Acaparado por la presión, el capitán local Pina se equivoca en un servicio de lado a la altura de la suya frontal, y la maquinaria se pone en funcionamiento para sacar el máximo rendimiento. Haro, el más pequeño de todos, salta para interceptar la pelota con la cabeza, centrándola y adelantándola. Máyor –quién si no– está preparado para bajarla con el pecho hacia Juan Domínguez. Cuando la tiene el gallego, la pelota siempre está en buenas manos. La baja, hace un cambio de dirección sobre su eje para deshacerse de Bustos, y la deja de nuevo por Haro, que se había adelantado justo donde lo había recibido Máyor. El de la Atmetlla hace el mismo movimiento que Domínguez, y la cede atrás hacia Gus Ledes, quien de momento sigue a rajatabla la consigna que son necesarios más goles de segunda línea.

Gus Ledes recobró con aquel chute el gran protagonismo que había tenido en la pretemporada y en los dos primeros partidos, y que se había diluido –sin hacer un mal papel– en las derrotas contra el Oviedo y el Sporting, y en la victoria contra el Numància. Gus Ledes se convirtió en el estandard del Reus Deportiu en el arranque de la temporada, cuajando dos actuaciones brillantes que lo mostraban como el más inspirado de los encarnado-y-negros. En el estreno en Lugo, empezando como migcentre defensivo, el centrocampista parecía ser omnipresente. Una colocación impecable, cortes de pelota providenciales y buena organización del juego lo convirtieron en lo mejor de aquel partido que acabó sin goles. En la visita del Nàstic, el portugués sacó de sus casillas el medio del campo y la defensa de los tarraconenses con toques finos, rápidos y calculados transformados en pasadas precisas. Con Borja Fernández en su lado, como lo tenía la temporada pasada al filial del Celta.

Enmarcó el partido con una falta que sólo él vio que podía ser directa. Un chute desde casi tres cuartos de campo que, entre muchos otros, sorprendió al portero Dimitrievski.

La entrada de David Haro en el lugar del compatriota de Gus Ledes, el extremo Ricardo Vaz, fue la única novedad en el once incial que había conseguido la primera victoria en la visita del Numància del pasado domingo. El gol del local Daniel Ojeda en el minuto 38 recompensó la superioridad del Lorca en un primer tiempo para olvidar de los encarnado-y-negros, tal como reconoció el mismo entrenador, Aritz López Garai, en la rueda de prensa posterior al partido. El gol coincidió con la sustitución de Cámara, que había vuelto a mostrar imprecisiones en los metros finales. Dio entrada a Fran Carbia, que está jugando cada vez más minutos.