Diari Més

Se sacan el peso más enorme de todos

El Nàstic derrota al Mirandés con gol de Muñiz en un duelo en el cual los de Vicente Moreno volvieron a aprender a sufrir

Una imatge del partit.

Se sacan el peso más enorme de todosVicente M. Izquierdo

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Por fin puede respirar, aunque sea un poco, el Gimnàstic de Tarragona. Han tenido que pasar trece jornadas, trece largas semanas para que los hombres de Vicente Moreno pudieran sumar el primer triunfo de la temporada. Y fue este domingo, en Anduva y delante del Mirandés.

El Nàstic supo marcar, sufrir y resistir. No fue hasta el minuto 58 cuando Juan Muñiz marcó el único gol del enfrentamiento, una diana que dejaba todavía más de 30 minutos de padecimiento, que al final se convirtieron en un auténtico infierno. Los tres puntos, sin embargo, están en el saco.

La imagen del Municipal de Anduva después de finalizar el partido era lo que mejor pudo escenificar la situación actual del Nàstic. Los integrantes del cuerpo técnico abrazándose como si no hubiera mañana. Los futbolistas buscando miradas con complicidad de los compañeros y gritando en el cielo para celebrar la victoria. Vicente Moreno, loco de alegría, conocedor que se había sacado el peso mayor de encima. En la gradería, algún consejero del Nàstic llorar. Y es que no era para menos. El Nàstic había ganado, por fin, el primer partido de la temporada.

Alineación más que revolucionaria la que presentó a Vicente Moreno. Varios cambios al once para intentar el primer triunfo de la temporada, que era más que necesario. Daisuke Suzuki y Xavi Molina, que la pasada semana estaban sancionados, volvieron al equipo, donde también entró un Djetei que, por primera vez a la temporada, fue titular en partido de Liga. El africano hizo pareja de baile con el japonés en el eje de la defensa. Mossa, en la izquierda y, a la derecha, Gerard Valentín, también novedad al once, ya que Kakabadze empezaba desde el banquillo.

Las mayores novedades se podían apreciar en el centro del campo, donde Madinda, aunque era de la partida, no lo era en el central, sino que lo hiciera partiendo desde banda derecha, ya que el compañero de Cordero no era ni él mismo ni el sancionado Tejera, sino que era Xavi Molina, que recuperaba su posición natural, la de antes de llegar al Nàstic. En la media punta, el decisivo Muñiz; echado a la izquierda, Ferran Giner y, arriba, un Álex López que volvía a dejar en el banquillo Uche.

Pasaron muchísimas cosas a la primera mitad. Casi de todo, menos goles, que es lo que gusta y lo que interesa. Ambos equipos se mostraron muy espesos en su juego, pero disfrutaron de ocasiones de gol bastante claras. Tres fueron por parte del Nàstic y una del Mirandés.

Transcurría el minuto 7 de juego cuando Cordero ha tenido en sus botas un gol claro, aunque no fue capaz de materializarlo. Una buena jugada entre Giner i Mossa por banda|lado izquierda siguió con una centrada del lateral, que vio perfectamente desmarcado en Lévy Madinda en la banda|lado derecha. El de Gabón centró en el área, y apareció Paro, a quién remató sin pensárselo, desviado a la derecha del portero rival.

Se animaba el Nàstic a medida que pasaban los minutos, y Álex López, en el 20,’ disfrutaba de la segunda ocasión. También muy clara. El punta vio como|cómo le caía a las piernas una pasada de Cordero. No se lo esperaba y, por este mismo motivo, tardó demasiado en girarse y, al disparar, ya tenía el portero encima. La tercera fue a cargo de Juan Muñiz, a los 25 minutos de juego. Un rasgo|tiro desde la frontal que prácticamente entraba, pero Sergio Pérez pudo desviar en córner con la punta de los dedos.

La ocasión más clara de todas, sin embargo, llegó del lado de los de Miranda de Ebro. En el 34’ Provencio condujo un contraataque de libro, en el cual Sangalli estaba completamente solo por banda derecha. Lo vio su compañero, sirvió una pelota en el espacio que llegó a Sangalli, pero este se encontró con Dimitrievski que, providencial, salvó a los suyos. No estaba nada fino el macedonio con la pelota en los pies pero, como siempre, respondió cuando se lo necesitó.

Antes de finalizar el primer acto, todavía hubo tiempo por|para una situación más, como fue la lesión de Cordero. El mediocampista se tiró en el suelo al notar una molestia y, rápidamente, pidió el cambio. Prácticamente en frío, lo sustituyó Lobato, quien quedó escorado en la banda derecha, desplazando a Madinda en el centro del campo, al lado de Xavi Molina.

Lo mejor, estaba por llegar. La segunda mitad era el momento perfecto para que el Nàstic marcara el gol, aquel que le quitara el peso inmenso de sobre que hace tres meses que tenía encima. Y fue Juan Muñiz, un futbolista que se ha acostumbrado a ponerse el equipo en la espalda, el encargado de anotar la única diana del enfrentamiento. Gran contraataque conducido por Ferran Giner, que pisa línea de fondo, mira atrás y ve en Muñiz, quién llega desde la segunda línea y bate, a placer, el meta visitante. 0-1, quedaba un mundo, pero el Nàstic sabía que tenía el triunfo en las manos.

El partido se ensució, como era de esperar. Huérfano de ocasiones de gol durante algunos minutos, cada equipo jugaba a aquello que necesitaba. El Mirandés colgaba pelotas una vez y otra en busca y captura de una buena ocasión que lo ayudara a igualar el partido. Mientras tanto, el Nàstic, en la suya, esperaba bien colocado detrás la mejor ocasio para poder salir a la contra. De hecho, jugando así estuvo a punto de marcar el segundo, lo que habría significado la sentencia. Transcurría el minuto 75 cuando Giner inició una contra abierto en banda izquierda, se fue centrando poco a poco y vio cómo, a la izquierda, aparecía Mossa. El carriler la capturó y centró buscando en Muñiz. Esta vez, el tiro del asturiano golpeó en un defensor.

Al final del duelo, en el 91,’ Pedro estuvo a punto de dar el susto. El jugador vio cómo le caía un rebote y se quedaba solo delante de Dimitrievski. Empezaron a aparecer jugadores del Nàstic de todos los lados y, entre todos, consiguieron desviar el peligro. El duelo se alargó hasta el 94’ y, a pesar del nerviosismo, el marcador no se movió.

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