Imagen de alumnas de la International School of the Hague participando en la actividad de renaturalización de la playa de Torredembarra.
ACNActualizada 16/11/2022 a las 20:41
Los alumnos de esta escuela holandesa han analizado el sistema dunar de la playa de la Paella y han estudiado los ejemplares vegetales y animales de esta zona renaturalizada. Según ha explicado su vicerrector, son un centro que pone en valor proyectos medioambientales con el fin de ayudar a sus alumnos a mejorar sus currículums.
Es la primera vez que hacen estancia en Cataluña y ha afirmado que repetirán la experiencia porque considera que el proyecto es muy beneficioso para el alumnado. «Es una gran oportunidad venir aquí, están aprendiendo sobre las especies, las plantas próximas al mar, miran la densidad y la correlación entre los valores y los números de especies y eso es una buena experiencia», ha expresado el docente.
Comparten opinión, Maya Guaríglia y Philippe de Vries, dos de los 23 estudiantes que participan en la iniciativa. Ellos han concretado que están recogiendo los datos de las dunas para compararlas con las que tienen en su país. «Es muy diferente el sistema dunar de aquí con el de la Hague, es una experiencia increíble», ha dicho la chica. En la misma línea, Vries ha señalado que están estudiando cómo funcionan y se mantienen las dunas para analizarlas y compararlas con la «idea de duna idealizada».
Tres campos experimentales
Ahora hace diez años, el Grupo de Estudio y Protección de los Ecosistemas Catalanes - Ecologistas de Cataluña (GEPEC-EdC), con el apoyo del Ayuntamiento, puso en marcha el proyecto de conservación de la playa de la Paella. Actualmente, el municipio dispone de tres campos de dunas experimentales que han servido para renaturalizar parte de este espacio urbano a través de la aplicación de diferentes métodos de restauración.
El primer campo se creó el año 2012 a partir de un trasvase de arena en la playa proveniente de una actuación del puerto y se plantaron 1.400 plantas de especies provenientes de viveros y de la zona de los Muntanyans. El segundo campo experimental se hizo al cabo de tres años con un sistema innovador «nunca» utilizado en una playa urbana hasta entonces, que consistía en la aportación artificial de restos marinos como la correhuela.
Según explican desde el consistorio, la Cymodocea nodosa o correhuela es una de las únicas plantas que hacen flores en el agua del Mediterráneo y es uno de los mejores fijadores de arena que existe. En el Tarragonès, se encuentra la pradera más grande de Cataluña, y a menudo se acumulan cerca del mar después de un temporal. Cuando esta planta llega a la playa crea pequeños relieves donde acumula arena y eso es lo que facilita la fijación de las plantas que acaban creando las dunas.
Con respecto al tercer campo, que se encuentra ubicado al lado de los otros dos, se ha creado de forma natural, tan sólo evitando el paso de las personas y de maquinaria. Desde la creación del primer campo hasta ahora, se han recogido datos que permiten comprobar la evolución de las diferentes técnicas de restauración utilizadas. Estas restauraciones también han fomentado la nidificación de especies vulnerables como el sendero camanegre.
El concejal de Sostenibilitat del Ayuntamiento de Torredembarra, Joan Torras, ha valorado positivamente la iniciativa que, dice, servirá tanto para compartir e intercambiar los datos y la experiencia adquirida durante estos años, como para mostrar los beneficios de tener unas playas más naturales y resistentes.
«Al principio era una playa urbana y ahora ya empieza a ser una seminatural, la parte de la zona de los Muntanyans cuando se produjo el temporal Gloria se demostró que las dunas retenían y paraban el impacto de las olas y no se erosionó la playa», ha concluido Torras.
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