Els Pallaresos consolida el éxito de las Jornadas Modernistas por segundo año

«Las primeras jornadas fueron un éxito y teníamos la responsabilidad y el compromiso de hacerlo mejor». El concejal de Cultura de l'Ajuntament dels Pallaresos, Samuel Urbano, mostró ayer a Diari Méssu satisfacción al finalizar la segunda edición de las Jornadas Modernistas 1900. Un acontecimiento que pone en valor la figura del arquitecto Josep Maria Jujol, autor de obras primordiales en els Pallaresosy del modernismo en general. Urbano remarcó que este año «se han incrementado la variedad y el número de las actividades» y ha puesto énfasis en la implicación del pueblo y de las entidades. Además, por primera vez, el certamen ha contado con la colaboración de diferentes ayuntamientos como el de Reus, Tarragona, Constantí, Alcoy y León. «Todos ellos han aportado estands informativos para dar a conocer su legado modernista», dijo. El concejal de Cultura subrayó algunos de los actos más destacados de este fin de semana como la cena caracterizada que se hizo el viernes por la noche en el restaurante Rosa del Vents o bien el encendido del campanario que, por primera vez, se ha hecho del campanario de la Casa Bofarull, declarada recientemente Bien Culturalde Interés Nacional (BCIN).

El plato estrella del fin de semana ha sido Ca l'Andreu, una casa solariega reformada por el arquitecto Jujol desde los años 1920 a los años 1940. Una casa noble situada en medio del pueblo que, por primera vez, ha abierto sus puertas. «Los visitantes han podido acceder a su patio, contemplar piezas únicas de Jujol y admirar una recreación virtual de la vida cotidiana de principios del siglo XX.

La segunda edición de las Jornadas ha sido formada por 200 recreadores –personajes vestidos de época– del mismo pueblo, pero también llegados de diferentes puntos de Cataluña, que conformaron el pasacalles. Los recreadores representaron miembros de la clase alta, la clase trabajadora, un grupo de mujeres deseosas de cotillear en los lavadores privados de los señores Bofarull y las reivindicaciones de un grupo de sufragistas dispuestas a todo para reclamar el voto parael género femenino. Su lucha era llevada porLa Veudels Pallaresos, un semanario regionalista efímero editado expresamente para las jornadas y que destacaba precisamente como en 1920 las mujeres de los Estados Unidos habían accedido por fin al derecho al voto. La representación fue a cargo del grupo de teatro social Veusde Dones, del Baix Gaià.

La experiencia se completó con la representación multitudinaria de una boda del mismo año, basada en personajes reales. Fuera del templo, tenía lugar la apertura de los bajos de las viviendas con huella modernista, una degustación de vinos o vermú, y los mercados de anticuarios y de entidades que convivían con espectáculos y música en vivo. El pueblo se llenó con más 40 actividades como talleres, visitas guiadas o exposiciones. En los meses previos se habían celebrado, también, cuatro conferencias.