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Infraestructuras

Crónica visual de la demolición de los peajes de las autopistas del Camp de Tarragona

El movimiento vecinal Mai més documenta las obras para defender la viabilidad de mantener públicamente las vías sin viñeta

Entrada norte del peje troncal de la AP-7 en Vila-seca.

Crónica visual de la demolición de los peajes de las autopistas del Camp de TarragonaACN

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El movimiento vecinal por laAP-7 gratuita, renombrado ahora como Mai més, ha grabado las imágenes del momento del derribo de los peajes de las autopistas liberadas en el Campde Tarragona para reivindicar la viabilidad de garantizar con recursos públicos el mantenimiento de las vías liberadas sin recurrir a la aplicación de la viñeta o nuevos impuestos. Reclaman al gobierno español transparencia a la hora de facilitar datos sobre el coste real del mantenimiento de las vías rápidas liberadas, como el AP-7 y el AP-2. Entre otros aspectos, apuntan que sus cálculos no incorporan las beneficios que el estado español obtendrá por las concesiones de las áreas de servicio.

Desde hace dos semanas, las máquinas trabajan activamente para hacer efectivos los derribos de los peajes del tramo norte del AP-7 y el AP-2 que todavía se mantenían de pie después de la liberación de las vías, el 1 de septiembre pasado. Miembros del movimiento vecinal han documentado detalladamente –en algunos casos con imágenes desde diferentes ángulos- el momento de la caída de las marquesinas. Primeramente, al peaje de Torredembarra/Altafulla, del AP-7. Posteriormente, en los de la Bisbal del Penedès y Vila-rodona, al AP-2. Finalmente, la noche del pasado jueves fue el turno de la estructura del acceso de Tarragona del AP-7.

Las obras en marcha, según han apuntado en la ACN fuentes de la administración estatal, tienen un coste global de 6 millones de euros a lo largo de dos años. Entre las más importantes, remarcan, las de la salida 35, de Vila-seca y Salou, que todavía se encuentra pendiente de empezar. Está prevista la inversión de 1,4 millones de euros de euros, incluyendo la construcción de una rotonda para reordenar el trazado por valor de 891.393,1 euros. En la de Altafulla, salida 32, la inversión estatal prevista es de unos 1,25 millones de euros divididos en cuatro obras diferentes por la existencia de cuatro «playas de peajes» diferenciadas.

«Con las grabaciones queremos que la gente vea que el movimiento continúa. El derribo de estas estructuras, para nosotros, supone la liberación de unas vías que no queremos que sigan utilizadas y manipuladas por los grandes intereses económicos. Nuestras administraciones forman parte de este juego», ha denunciado el portavoz del movimiento vecinal Mai més, Llorenç Navarro.

Califica de «espectáculo» el derribo que, según reprocha, «genera beneficio» también a las grandes empresas. El movimiento calcula que el coste del mantenimiento de las autopistas comolaAP-7 o lo AP-2, «con unos ingresos que no aparecen en ningún sitio, es lo mismo aproximadamente de una carretera nacional: unos 13.000 euros por kilómetro anuales». Se refiere, concretamente, al hecho de que al balance no se computen correctamente los cánones para la explotación de las áreas de servicio y que los cálculos de costes se presenten de forma confusa por periodos bianuales e incluyendo el IVA –que el Estado no paga. Según los cálculos estatales, el coste de mantenimiento de estas vías rápidas en la demarcación de Tarragona asciende a unos 80.000 euros por kilómetro anuales.

«Tenemos documentación para debatir. Queremos formar parte del consenso que dicen, pero no es real, es premeditado. Las cifras no son reales. Los gobiernos son empresas de contratación. No sabemos si tienen tantos por cientos o quieren hacer todavía mayores estas empresas que no quieren perder la teta, la gallina de los huevos de oro, que son el AP-7 y otras vías», ha cerrado Navarro.

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