Diari Més

Sergi Rodríguez, luthier de Passanant

Establecido en el pueblo desde hace siete años, combina su profesión con la reparación y construcción de bajos

El luthier Sergi Rodríguez al seu taller en una imatge recent.

Sergi Rodríguez, luthier de PassanantCedida

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Luthier es el artesano que trabaja en la reparación, restauración o fabricación de instrumentos de cuerda. Sergi Rodríguez, un barcelonés que hace siete años que vive en Passanant (Conca de Barberà), encaja en esta definición, después de haberse especializado en la reparación y construcción de bajos eléctricos.

«Soy jardinero de oficio pero también músico desde siempre. Tengo 47 años y desde bien pequeño, al escuchar la música que me gustaba, siempre me fijaba en el bajo», explica. Más adelante aprendió a tocarlo y había llegado a componer música, tocando con diferentes grupos y en solitario. «Oye todavía jovencito, mi profesor de abajo me llevó a conocer a un amigo suyo, que era luthier. Íbamos a menudo y yo me fijaba mucho en lo que hacía. Hasta que un día, en casa de la madre, en un piso de Barcelona, fabriqué el mío primero bajo. Debió tener 17 o 18 años», recuerda. Entre sus maestros luthiers, señala especialmente a Francesc Jordan, Jerzy Drodz i Bazaga.

Con los años fue compaginando la música con el oficio, hasta que en el 2020 se encontró con que tenía que arreglar un par de bajos: «Me encontré con que tenía que fabricar algunas piezas para repararlos, y pensé que, ya ademanes, por qué no hacer instrumentos a medida». Ahora, explica a Sergi, ha empezado a elaborar instrumentos al gusto del cliente: «Lo hago todo, desde la electrónica hasta ajustar el sonido, incluso haciéndolo más próximo al sonido del grupo o del bajista preferido. También trabajo la parte estética, puedo hacer el màstil al gusto del cliente o trabajar con la madera que me pidan».

El luthier de Passanant detalla que, en quince días o un mes como máximo, puede tener el instrumento hecho, y que la pieza no será nunca comparable con un instrumento de fabricación no artesanal. «Aparte de hacerlo al gusto del cliente, uno está hecho a mano y el otro no, y eso no tiene punto de comparación», asegura. El precio también es diferente: «Si un bajo eléctrico te puede costar 2.000 euros, los míos van de los 750 hasta los 2.000, según lo que me pidan». Además del bajo, Sergi también repara guitarras eléctricas. Aunque, explica, «cada vez hay más gente que se repara sus instrumentos en casa siguiendo tutoriales», Sergi subraya que el oficio de luthier todavía tiene el valor del trabajo artesanal y bien hecho.

Detall d'un instrument al taller.

Sergi Rodríguez, luthier de PassanantCedida

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