La asociación atribuye las diferencias de precios entre las gasolineras automáticas y las tradicionales a la presencia de competencia a las estaciones tradicionales y a «el efecto disruptivo» de las estaciones automáticas, con una estructura de costes más eficiente.
«En el caso de Cataluña, donde la presencia de gasolineras automáticas supera el 20%, encontramos que la diferencia es dos veces la media estatal», explica el presidente de AESAE, Manuel Jiménez Perona.
En el Estado, este tipo de estaciones suponen el 12,5% del mercado y, gracias a la «presión competitiva», contribuyen a ayudar a bajar el precio. Sin embargo, la asociación ha denunciado «trabas invisibles» por parte de los organismos locales, especialmente ayuntamientos, para su implantación.