Diari Més

El sector turístico de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre da por bueno cerrar el verano con una ocupación media del 65%

Las zonas de interior, apartamentos, campings y turismo rural son los que mejor resisten la pandemia

Un chico que se dirige a la playa de Salou (Tarragonès) con dos flotadores.

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El sector turístico de la Costa Daurada y Terres de l'Ebre prevé cerrar el verano con una ocupación mediade un 65%, una cifra que dan por buena teniendo en cuenta los efectos de la covid-19. Según la Federación Empresarial de Hostelería y Turismo de la Provincia de Tarragona (FEHT), campings, apartamentos turísticos y el turismo rural son los alojamientos que han tenido mejores cifras, especialmente en las zonas de interior y en las Terres de l'Ebre. Los hoteles de las grandes localidades costeras como Salou son la otra cara de la moneda y han acusado la falta de turistas británicos y rusos. Globalmente, un 25% de la oferta hotelera de la demarcación no ha abierto y los que lo han hecho han podido llenar un 60% de las plazas.
El portavoz de la FEHT, Xavier Guardià, apunta que las previsiones se han ido cumpliendo y el comportamiento ha sido similar tanto a la Costa Daurada como a las Terres de l'Ebre, si bien en torno al Delta y en las comarcas de interior ha habido más ocupación. Guardià lo explica porque son zonas donde no dependen tanto del turismo ruso y británico, que este año prácticamente no ha llegado a la demarcación, y porque son espacios más naturales que durante la pandemia los visitantes han puesto en valor. Los campings y apartamentos turísticos han presentado globalmente cifras de ocupación del 75% en agosto. Unos resultados «buenos», para la FEHT.

La procedencia de los turistas también ha variado respecto de lo que es habitual. Más allá de la bajada de británicos y rusos, el mercado estatal «se ha hecho fuerte». «Hasta ahora era un 50% y este año ha llegado al 70%», detalla Guardià. «El francés ha funcionado muy bien, y el alemán y el holandés ha aguantado, sobre todo en campings y apartamentos turísticos», concreta. Con respecto al tipo de público, Guardià pone en valor que «cada vez la fuerza del turismo familiar es más importante» y que, en términos globales, «el turismo sigue teniendo vida». «Cuando el sector puede operar y hay una movilidad normal, funciona», afirma.

Alta ocupación en las casas rurales

Balance globalmente positivo de la ocupación turísticaregistradaeste verano en el sector del turismo rural las Terres de l'Ebre. Los indicadores de ocupación se han aproximado a los niveles anteriores a la pandemia, hace dos años. Eso sí, con matices importantes según los meses. Mientras en julio ha mantenido la irregularidad de años anteriores a la pandemia, con ocupaciones en torno al 50%, en agosto se ha disparado hasta el 90%, sobre todo a los alojamientos situados en pleno delta del Ebre –los de las zonas interiores y de la plana se han situado en porcentajes inferiores.

«Ahora bien, habría podido ser excepcional pero hemos tenido anulaciones por covid-19. Eso nos ha impedido llegar a una ocupación máxima, no del 100%, pero sí del 98 o 99%», ha apuntado al portavoz de la Asociación de Turismo Rural de las Terres de l'Ebre, Juanjo Bel. Reconoce que, en algunos momentos, han tenido que decir no a algunos clientes delante del alud de demanda. Al mismo tiempo, también se han encontrado con cancelaciones –de última hora o con días de antelación-, un fenómeno poco habitual hasta la llegada de la pandemia.

De momento, de cara los fines de semana y puentes festivos del próximo otoño, las expectativas son más bien bajas. En buena medida, reflexiona Bel, porque el nuevo contexto de la covid-19 ha favorecido decisivamente la tendencia a reservar al último momento. «Se ha instaurado ya la última hora. El cliente mira la situación, valora y espera a última hora que todo sea correcto por reserva. Creo que eso marcará la tendencia», valla.

Esperanzados con el final de temporada

Con respecto a los meses de septiembre y octubre, la previsión que hacen desde la FEHT es lo bastante optimista y se puede acercar a los años de prepandemia. «Esperamos que los campings y los apartamentos puedan aguantar con el mercado español y francés de fines de semana, al menos hasta que empiece la escuela a mediados de septiembre», confía Guardià. Los campings también tienen esperanzas en esta época por la llegada del turismo sénior de Bélgica, Alemania y Países Bajos. Se trata de un público que ya ha estado en la destinación y que «si tiene la seguridad que aquí hay mucha gente vacunada, que va al camping de cada año y que conoce el entorno, le es muy cómodo venir».

Sin embargo, reconoce que es difícil hacer pronósticos en un entorno tan cambiante donde, además, la tendencia de los clientes es la de reservar cada vez más a última hora. «Antes todo iba a través de agencias de viaje y touroperadors, y ahora con Booking todo el mundo espera a última hora, porque también saben que puede haber ofertas», razona.

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