Diari Més

Historia local

Las mujeres de los Comalats reviven

Passanant dedica una exposición a las mujeres del municipio que la sociedad rural invisibilizó

La regidora Anna Piella mostrando algunos trajes de bautizo cedidos por los vecinos.

Las mujeres de los Comalats revivenCarles Magrané

Publicado por

Creado:

Actualizado:

En Passanant, en la Conca de Barberà, no son muchos a lo largo del año. Justo unos pocos más que en Belltall, pueblo con quién está unido en una especie de cordón umbilical que reúne varios núcleos más y que conforman el espacio común denominado los Comalats. Pero, por fiesta mayor, todo cambia y se llena de mucha vida y actividad.

En Passanant se han reformado los últimos años muchas antiguas casas de campo, muchas de ellas como segundas residencias. Y en fiesta mayor no es extraño que las instituciones quieran aprovechar la presencia de gente para hacer llegar mensajes de reivindicación o concienciación. Así, se instalan puntos lila promovidos por el Consejo Comarcal o banderas LGTBI en espacios públicos. Este año, sin embargo, el Ayuntamiento de Passanant y Belltall, de la mano de la concejala Anna Piella, ha hecho una apuesta por la reivindicación de género, organizando una exposición que con el nombre ya hace una declaración de intenciones: Las voces silenciadas de los Comalats. Las mujeres y los cuatro elementos: el agua.

Ha estado durante la fiesta, hasta este domingo, ocupando el salón de actos del ayuntamiento. No era una muestra con muchas pretensiones, pero ha mezclado con acierto y simplicidad elementos etnográficos con otros de simbólicos. La sala parece como una vivienda de época donde una parte destacada lo asume la cámara principal, la habitación familiar, allí donde las mujeres asumían el rol que la sociedad del momento les había otorgado como trabajo, el de parir, llevar a la familia, trabajar en el campo... Pero sin ningún tipo de poder real fuera de las paredes de la casa. Todas las piezas han sido cedidas por los vecinos, es decir, que son testigos de un pasado real y tangible.

Hay piezas bien curiosas que el tiempo y la modernidad ha hecho desaparecer de la cotidianidad. Una chocolatera pequeña para la comadrona o a la madre desfallecida después del parto; el burro o asno calienta camas, que se ponía bajo las sábanas dejando sitio para un recipiente con brasas, y de otros que quizás son de costumbres más localistas, como el botijo que, lleno de agua o confites, el padre rompía en medio de la calle para hacer saber en el pueblo que había nacido a un hijo macho.

En un rincón de la sala, tapada por una mantilla, se puede encontrar una pieza simple, pero definitivamente esclarecedora del papel de las mujeres a lo largo de buena parte de siglo XX: una teja. No era una teja para hacer terrados. Lo tenía que utilizar la mujer cuando, cumplida la cuarentena después del parto (un periodo en que no le era permitido salir de casa porque la consideraban impura), tenía que dirigirse a la iglesia para recibir, ella y el bebé, la bendición del cura. Hacía falta que fuera hasta el templo con la teja sobre la cabeza, para evidenciar que todavía estaba bajo techo y no incumplir así con el confinamiento que marcaba la tradición.

El simbolismo de la teja está presente también en los cuadros que completan la exposición. Se trata de fotografías de mujeres del pueblo, pero todas ellas cubiertas de una telaraña de hilos que las deja en un segundo término, nunca siendo protagonistas. Como marcaba la tradición.

La exposición ha finalizado este domingo, pero quedará como legado un catálogo/documento, elaborado por M. Alba Minguell, donde se recogen los testimonios de las mujeres mayores del pueblo, explicando sus experiencias y como eran menospreciadas e invisibilizadas. «Había un hombre que cuando le preguntaron: ¿Qué habéis tenido? Respondió: ¡Ve! Avena [mala hierba] otra vez», se puede leer, en voz de una de las mujeres que presta su testimonio.

El proyecto de la exposición ha empezado con el agua de elemento protagonista y, para los próximos años, está previsto completar los tres elementos primarios vinculándolos también con otros aspectos de la historia local desde una perspectiva de género.

El burro o ruc escalfallits.

Las mujeres de los Comalats revivenCarles Magrané

tracking