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Economía

La agroalimentación permite en la demarcación de Tarragona superar el 2020 mejor de lo previsto

La memoria económica del Consejo de Cámaras apunta que las exportaciones cayeron por encima de la media catalana

Un campesino cogiendo un manojo de calçots de la IGP Calçot de Valls en una finca del término municipal de Valls.

La temporada de calçots llega al ecuador con dificultades para remontarACN

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ACN

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La demarcación de Tarragona cerró en el 2020 como la segunda de Cataluña con una caída del PIB menos fuerte, según la memoria económica elaborada por el Consell de Cambresde Catalunya. En concreto, el descenso fue del 11,4%, rozandoel 11,5% de la media catalana. Eso supone una situación mejor de la que pronosticaban varios estudios al inicio de la pandemia, que situaban Tarragona como la provincia que más sufriría los efectos. Según los impulsores del informe, eso ha sido gracias al sector de la agroalimentación, que ha aguantado mejor la sacudida de la covid-19 que otros como el turístico. También sufrió el sector químico, y eso se tradujo en una reducción de las exportaciones de un 13,3%, la más fuerte de Cataluña.

La directora de la Memoria Económica de Tarragona 2020, Carme Poveda, ha puesto de manifiesto que el 2020 «ha sido un año muy malo». Así, Cataluña ha sido de las zonas más afectadas de Europa -5% más de caída que la media de la zona euro- pero Poveda ha pronosticado que de cara al 2021 y 2022 será una de las economías que más se recuperará, con crecimientos de los alrededores del 12,5%. «Prevemos que esta segunda mitad del 2021 sea cuando la economía se recupere con más fuerza», ha avanzado.

En su opinión, la política de ERTO para salvar puestos de trabajo ha sido «la más importante de la crisis» y permitió también mantener la renta de muchas familias. Así, si en abril del 2020 había 52.428 personas en ERTO en la demarcación, este junio se han quedado en 5.145. «Hay que ver qué pasa con estas personas porque la mayoría son del sector de la hostelería o turístico», ha afirmado. De hecho, la ocupacióndel sector servicios fue laque más sufrió y el Montsià, el Priorat y la Conca de Barberà fueron las comarcas proporcionalmente más afectadas, con incrementos de entre el 30 y el 40%. En cambio, el paro en el Baix Ebre y el Alt Camp creció por debajo del 25%.

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