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Más de 200 personas asisten a la lectura del manifiesto de los tenderos del barrio antiguo de Valls para reclamar seguridad

Los comerciantes han bajado simbólicamente persianas, entre gritos y silbidos

Plano cerrado de una chica protestante en la plaza del Oli de Valls.

Más de 200 personas asisten a la lectura del manifiesto de los tenderos del barrio antiguo de Valls para reclamar seguridadACN

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Vecinos y tenderos del centro histórico de Valls han presentado este miércoles un manifiesto conjunto para reclamar más seguridad en la zona, en un acto reivindicativo que ha reunido a unas 250 personas en la plaza del Oli. Entre gritos y silbidos, los residentes del casco antiguo han querido dejar patente su malestar por la continua degradación en la que se encuentra inmerso el barrio. El manifiesto exige, entre otras medidas, un plan social para afrontar las problemáticas sociales y de drogodependencia, y el retorno del mercado semanal de la verdura en esta emblemática plaza. Durante la lectura del manifiesto, los comerciantes han mantenido bajadas las persianas. La alcaldesa, presente en el acto, ha garantizado la predisposición del Ayuntamiento a «ir todos a una».
«Somos gente del barrio, somos barrio antiguo». Así se exclamaban más de 200 vecinos y tenderos concentrados este miércoles por la mañana en la plaza del Aceite, entre aplausos, silbidos y utensilios para hacer ruido y hacerse oír por el aumento de peleas e incidentes delincuenciales en el barrio que han precipitado las quejas de los residentes del centro histórico. Jordi Sans, que se ha hecho popular en las redes porrepartir cuchillos entre la clientela de su bar a modo de burla por la inseguridad en la zona, confía que el manifiesto sirva para desencallar unas reivindicaciones de que se remontan, según dice, en la época de la exalcaldesa Dolors Batalla.

«Hace más de diez años reclamábamos exactamente lo mismo, para combatir la degradación continua del barrio, y desde entonces hemos hecho muchas reuniones, la última el pasado 22 de febrero, nos escuchan pero no atienden a nuestras demandas», dice Sans. El próximo martes habrá una nueva reunión de urgencia en el Ayuntamiento, si bien Sans tampoco tiene muchas esperanzas. «La acción de hoy es fruto de un malestar general que hace muchos años que dura, y ahora ya estamos en un punto de emergencia; el barrio lleva años en la UVI y está a punto de entrar en el cementerio, nos queda una muy pequeña oportunidad para poder resucitarlo», concluye Sans.

Por su parte, la actual alcaldesa Dolors Farré, acompañada de la concejala del Centro Histórico de Valls, Sònia Roca, han querido dar la cara asistiendo al acto. La alcaldesa ha garantizado la predisposición del Ayuntamiento para revertir la situación, del brazo con los comerciantes. «Estamos a su disposición, si remamos en la misma línea saldremos adelante, pero nos lo tenemos que creer e ir con la misma estrategia», ha manifestado. Farré ha remarcado que desde el consistorio se vela la problemática de inseguridad, instalando cámaras de vigilancia que, de hecho, han permitido evitar la comisión de delitos o ayudado a resolverlos.

El manifiesto suscrito por los tenderos del barrio antiguo reclama seis medidas básicas: un plan social para afrontar las problemáticas sociales y de drogadicción, actuar contra el tráfico de droga, incrementar la vigilancia policial, multar las acciones incívicas, abrir el museo casteller y devolver el mercado semanal de la verdura a la plaza del Oli -actualmente reubicado en otra zona de la ciudad. «Eso nos ayudaría a mantener los comercios y habría más movimiento en el barrio, hace muchos años que aguantamos y estamos cansados, decimos basta de la degradación social y económica del barrio», añade un veterano comerciante, Josep Maria Dalmau.

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