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Economía

Los municipios tarraconenses dejarán de cobrar 3 MEUR anuales de IBI con el levantamiento de los peajes

La ciudad de Tarragona es la que más dinero dejará de ingresar porque es la que suma más kilómetros de autopista

Varios vehículos accediendo al peaje de la AP-2 de Vila-rodona, en el Alt Camp.

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Los municipios catalanes dejarán de cobrar cerca de 14,4 MEUR anuales de IBI una vez expire la concesión en la AP-7, la AP-2, la C-32 y la C-33 el 31 de agosto, de acuerdo con las cantidades que Abertis pagó en el 2020, según ha podido saber ACN. El fin de los peajes implicará que decenas de municipios por donde transcurren autopistas como la AP-7 entre la Jonquera y Tarragona y el tramo catalán de la AP-2 entre el Vendrell y Zaragoza dejen de percibir este recursos. Aparte, algunos ayuntamientos también cobraban el IBI de las áreas de servicios. Algunos de los alcaldes explican a ACN que perderán entre un 10 y un 20% del presupuesto municipal o ingresos importantes para servicios como el jardín de infancia y reclaman soluciones para evitar la sacudida.

Esta pero no será la única consecuencia una vez expire la explotación de los peajes de la AP-7 y la AP-2, que pasarán a ser gestionados por el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, y de la C-32 y la C-33, que dependen de la Generalitat. También está el debate pendiente de resolverse sobre cómo se mantendrán estas vías de alta capacidad y, a pocos meses que estas vías reviertan a las administraciones públicas, no se ha aprobado ningún modelo.

Un impacto de más de 3 MEUR para los municipios tarraconenses

Los 27 municipios de las comarcas tarraconenses por donde pasan la AP-2 y la AP-7 dejarán de percibir 3,14 MEUR correspondientes al IBI a partir del 2022. En términos absolutos, la ciudad de Tarragona es la que más dinero dejará de ingresar porque es la que suma más kilómetros de autopista. En concreto, percibe 533.000 euros anuales, el equivalente a un 0,3% del presupuesto. Al Vendrell le corresponden 306.000 euros, un importe que supone el 0,5% de los ingresos municipales.

El impacto mayor, sin embargo, lo sufrirán municipios pequeños que cuentan con largos tramos largos de autopista. Es el caso de Vila-rodona (Alt Camp), de 1.300 habitantes. El Ayuntamiento dejará de recibir 174.000 euros por los 8,2 kilómetros de la AP-2 que cruzan el término, lo que supone el 9,2% del presupuesto anual. El Ayuntamiento prevé compensar parcialmente esta merma con una subida del IBI industrial en los polígonos con el fin de no «desequilibrar» las cuentas, según adelanta a ACN el alcalde, Ramon Maria Bricollé.

«Lo que no haremos es repercutir en la población este menor ingreso que tendremos», garantiza el alcalde de Vila-rodona, que da «por perdida» cualquier opción de percibir dinero con el traspaso de la vía al Ministerio de Transportes. A pesar de todo, señala Bricollé, la parte positiva de todo es que los vecinos que hacen uso diariamente «no tendrán que pagar peaje cada día para ir a trabajar» después de más de 40 años.

Por su parte, el Ayuntamiento de Banyeres del Penedès (Baix Penedès) dejará de cobrar 235.000 euros por la AP-7, un 7,5% del presupuesto. El alcalde de este municipio de 3.200 habitantes, Amadeu Benach, recuerda que cobran el 100% del impuesto desde el 2017 -antes estaba bonificado el 95%- y que, en su caso, los han dedicado a reducir en gran parte una deuda de 1,2 MEUR. «No los hemos destinado a fuegos artificiales porque sabíamos que eso caducaría», defiende Benach a ACN.

A pesar de todo, el alcalde admite que si pudieran cobrar el IBI un año más tendrían la capacidad de acelerar importantes proyectos municipales. «Es como si nos sacaran la mejor empresa del municipio», resume. De cara al futuro, el alcalde se muestra partidario de implementar la viñeta entodo el estado español para dejar de ser «los únicos que pagamos peajes». Además, propone que municipios pequeños por donde cruza la autopista perciban una pequeña parte de los ingresos correspondientes a esta tarifa plana. «Hay que ponerse en el siglo XXI», defiende Benach.

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