Diari Més

Vall Llach de Porrera: «Perder de sopetón la bodega es un descalabro pero está claro que persistiremos»

El hundimiento causado por la nieve sepulta unas 40.000 botellas y ocasiona daños de al menos 500.000 euros

La bodega Vall Llach de Porrera, con el tejado hundido por la nieve.

Vall Llach de Porrera: «Perder de sopetón la bodega es un descalabro pero está claro que persistiremos»ACN

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Desolación este lunes en Porrera (Priorat) por el hundimiento del tejado de la bodega Vall Llach como consecuencia de la acumulación de más de medio metro de nieve. «Es un golpe duro y una desgracia, pero si eso nos pasa hoy lunes hubiéramos tenido que lamentar daños mayores», ha lamentado el director bodega, Roger Simó, a ACN. Bajo los escombros han quedado los depósitos, las tinas, la prensa, la etiquetadora y los equipos de frío, además de entre 35.000 y 40.000 botellas. La cosecha del 2018 estaba embotellada, la del 2020 todavía estaba en depósitos y una parte de la de 2019 la tenían que embotellar el próximo mes. «Perder de sopetón la bodega es un descalabro pero está claro que persistiremos», ha apuntado Simó. Las pérdidas superan el medio millón de euros.

La calle de las Escuelas de Porrera ha quedado cortada porque las paredes del inmueble cayeron a la calzada. Además, debajo del tejado derrumbado se entrevén botellas y pilas de cajas que parecen haberse salvado de la brutal caída.

El temporalFilomenaha supuesto un golpe durísimo para la bodega después de un año 2020 marcado por una cosecha muy menguada por el hongo mildiu y golpeada de pleno por la covid-19, que ha dejado los almacenes más llenos de stock que nunca.

«Hay que ver qué podremos aprovechar porque tenemos tres añadas. La del 2018 embotellada, la del 2020 todavía estaba en depósitos y unos 15.000 litros del 2019 lo teníamos que embotellar el mes que viene porque era un pedido ya hecho en Alemania», ha explicado Simó.

Las instalaciones estaban aseguradas y ahora habrá que hacer recuento de los daños. Como mínimo, las pérdidas superan los 500.000 euros. Además de reconstruir el inmueble, debajo del escombro ha quedado la maquinaria con capacidad para hacer 50.000 kilos de uva, la prensa, la etiquetadora y los equipos de frío.

El objetivo principal, pero, es «pensar como salimos adelante porque los quince trabajadores de la bodega y las diferentes familias que viven de la uva podamos aguantar y echar esto adelante», ha añadido Simó. «Está claro que persistiremos», ha manifestado.

También en nombre de los socios de la bodega -el cantautor Lluís Llach i Enric Costa-, el director se ha mostrado agradecido por los mensajes de apoyo y de ánimos recibidos, y ha destacado que de forma desinteresada se haya montado una plataforma para recaudar fondo para la reconstrucción de la bodega.

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