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Hostelería

El confinamiento municipal vierte la hostelería rural a bajar temporalmente la persiana por falta de clientes

Empresarios del Priorat, la Conca de Barberà y el Ebre piden flexibilizar las medidas: «Vamos directos a la ruina»

Plano general del copropietario del restaurante Botànic de Tortosa poniendo mesas en la terraza del establecimiento antes de la reapertura del mediodía.

El confinamiento municipal vierte la hostelería rural a bajar temporalmente la persiana por falta de clientesACN

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Indignación y preocupación entre los hostaleros de las zonas menos pobladas del país por el confinamiento municipal que entrará en vigor el jueves. Empresarios del Priorat, la Conca de Barberà y las Terres de l'Ebre consultados por ACN deploran que el Govern haya adoptado nuevamente medidas homogéneas por todo el país. «No es lo mismo cerrar Barcelona que Falset, no tiene una dimensión equitativa», se queja el presidente de Priorat Enoturisme, Roger Felip. Las nuevas medidas, sumadas a las restricciones horarias ya vigentes, harán que muchos negocios bajen temporalmente la persiana por falta de clientela. El sector hostalero se reunirá el lunes con el conseller de Empresa, Ramon Tremosa, con la esperanza de que el ejecutivo acceda a flexibilizar los confinamientos.
Los empresarios de las comarcas menos pobladas reclaman medidas de alcance comarcal o de región sanitaria. Consideran que, tal como se han decidido, las restricciones benefician los negocios de las ciudades y vierten a la ruina los de las zonas rurales, que dependen de la llegada de gente de otros lugares.

Eso ha hecho que la mitad de los restaurados adheridos a Priorat Enoturisme hayan decidido bajar la persiana de forma temporal. «Tenemos muy poca población en los municipios y no llegamos», explica su presidente, Roger Felip, para quién todo el conjunto de nuevas medidas se convierte «en un confinamiento encubierto» y, en consecuencia, haría falta articular las correspondientes ayudas.

La situación es similar a la Conca de Barberà, una comarca con pocos habitantes y mucho territorio. «El cierre geográfico es un error porque sólo hace que funcionen las ciudades donde vive la gente y es un agravio comparativo con los pueblos pequeños», lamenta Josep Ramon Guiu, presidente de la Associació d'Empresaris d'Hostaleria de la Conca de Barberà.

Guiu critica que los «obligan» a cerrar los negocios y recuerda que ellos siempre han defendidoque se pueda abrir adoptando todas las medidas de seguridad, tal como vienen haciendo desde hace meses. El portavoz del sector en la Concareivindica descentralizar en lugar de concentrar. «Estamos sacrificados en detrimento de negocios de ciudad que son cajas cerradas llenas de virus», lanza.

La presidenta de la Associació d'Hostaleria de les Terres de l'Ebre, Juani Piñana, dice que también hay mucha «indignación» en el territorio porque el Governignora las demandas de aplicar confinamientos comarcales o por regiones sanitarias. «Por Navidad hemos ido trabajando bien, pero la cruda realidad viene a partir del jueves porque será cero, no se trabajará nada y muchas familias se irán a la ruina», avisa.

La situación del sector, añade Piñana, es muy crítica y estas nuevas restricciones podrían acabar de rematar muchos negocios de forma definitiva. La portavoz de la hostelería ebrense insiste en que no es lo mismo cerrar pueblos como L'Ampolla, con 3.000 habitantes, que una gran ciudad. Por eso, el lunes que viene los gremios de hostelería de toda Cataluña se reunirán con el conseller Tremosa para tratar de conseguir una rectificación del Govern.

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