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La pandemia obliga a cerrar el histórico restaurante El Àlamo d'Alcover

Las restricciones por la covid-19 y el cierre de la hostelería durante todo en el 2020 ha hecho inviable económicamente el establecimiento que se fundó hace 42 años

Imatge de l'actual façana de pedrea del restaurant El Álamo d'Alcover ubicat a la carretera de Montblanc.

La pandemia obliga a cerrar el histórico restaurante El Àlamo de AlcoverCedida

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El emblemático y conocido restaurante El Álamo de Alcover ha cerrado puertas definitivamente. El proyecto familiar, referente en banquetes al Campde Tarragona y fundado hace cuarenta y dos años, no ha podido aguantar los continuos embates por los cierres y las restricciones decretadas para el sector de la hostelería a raíz de la pandemia de la covid-19. El establecimiento ya cerró puertas a mediados de octubre y no ha vuelto a abrir. Los propietarios se despedían de su clientela el pasado 26 de diciembre, día de Sant Esteve, con un emotivo mensaje en las redes sociales. No esconden que la pandemia ha hecho insostenible económicamente un gran establecimiento que se nutría principalmente de los grandes acontecimientos.

«El primer fin de semana de marzo que ya se obligó a cerrar, el del 14 y 15 de marzo, teníamos 1.100 calçotades contratadas. Teníamos todas las cámaras de frío llenas con cordero preparado para estas. Dimos toda la carne a los comedores sociales», explica Míriam Claver, una de las propietarias, hija de Esteban Claver, quien fundó el restaurante hace cuarenta y dos años, con su mujer, Marisol Martín.

El Álamo continuó su actividad a pesar de la defunción por enfermedad de Esteban Claver –«el motor de l'empresa»- el 28 de noviembre de 2018 a la edad de 74 años. Marisol Martín y su hermana, Estrella Martín, y los dos hijos de la primera, Míriam Claver y Esteban Claver, continuaron al frente del negocio. «Las cifras, al principio de año, eran muy buenas, teníamos unas buenas perspectivas para este 2020», recuerda Míriam Claver. Pasaron todo el confinamiento decretado durante el primer estado de alarma «limpiando, pintando y poniéndolo todo en orden» y abrieron a mediados del mes de junio. «En verano teníamos 98 banquetes contratados, muchas bodas y comuniones ya se pasaron en el 2021 y se hicieron las que se pudo, pero con mucha menos gente, sin música, porque no se podía bailar y con los servicios que ofrezcamos, sin embargo, claro está, no es lo mismo», dice Míriam Claver. Según esta, en agosto, ya se veía que, con todas las limitaciones impuestas, era casi imposible mantener un establecimiento que tiene aforo para 1.600 personas y con una plantilla estable de 30 personas y que ha llegado a ser de 120 trabajadores los fines de semana de más actividad.

Las ayudas a la hostelería del gobierno, afirma Claver, son completamente insuficientes para un restaurante de las dimensiones de El Álamo de Alcover. «No lo estamos pasando demasiado bien y queríamos comunicarlo a nuestros clientes. Hay gente que ha estado viniendo cada día al restaurante a comer, pero no es suficiente. Necesitamos hacer caterings y banquetes. Con nuestro modelo de negocio, hacíamos grandes compras al canal de distribución, lo cual nos permitía obtener los mejores precios y ofrecer comidas a precios muy competitivos. Pero todo es una cadena, si caen los banquetes y los grandes acontecimientos, todo cambia: es el pez que se muerde la cola», explica Claver.

«Hoy, día de Sant Esteve, e invadidos por una profunda tristeza, no podemos más que daros las gracias por tantos momentos inolvidables, tantas sonrisas, tantas celebraciones y tantos brindis. Ha sido una experiencia muy bonita. Os llevaremos siempre a nuestro corazón». De esta manera se despedía El Álamo de Alcover en las redes sociales el 26 de diciembre y soltaba una lluvia de mensajes de apoyo y de incredulidad por el cierre de un establecimiento donde miles de personas han celebrado algún acontecimiento.

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