La excavación se da por acabada, pero los trabajos durarán uno días más porque los arqueólogos están retirando uno por uno a los individuos de la fosa. Los restos se trasladan al laboratorio de la Universidad Autónoma de Barcelona para hacer un estudio antropológico y extraer ADN. La excavación empezó el 21 de octubre.
En la fosa había una cruz con los nombres inscritos de Josep Bellet y Ramon Carné, dos soldados republicanos nacidos en Bell-lloc d'Urgell (Pla d'Urgell) que habrían muerto durante la ocupación. Las familias se enteraron al cabo de unos días a través de testigos e hicieron instalar la cruz. Cada año, por Todos los Santos, viajaban en tren hasta Salomó y dejaban flores.
Las sobrinas de los soldados solicitaron la apertura de la fosa a la Generalitat y dieron muestras de ADN. Los cruces genéticos determinarán si entre los 22 individuos recuperados hay los dos hombres.
A unos metros de la fosa hay una lápida con el nombre de Emilio Montemayor Ruben de Celis, un soldado republicano que pudo ser identificado durante la recogida de cadáveres con carro, gracias a la foto del carnet de identidad.
La Dirección General de Memoria Democrática consiguió contactar con una hija, que prefirió no desenterrar el cuerpo. Según el relato familiar, el hombre fue exhumado de la fosa y fue enterrado donde ahora está la lápida.
Paralelamente a los trabajos de Salomó, el Departament de Justícia también excava en el cementerio de la pedanía de los Reguers, en Tortosa (Baix Ebre). Los arqueólogos buscan los restos de Francisco Serrano Iranzo, un maqui aragonés conocido con el sobrenombre de el Rubio.
Con las excavaciones en Salomó y los Reguers ya son 33 las fosas que se han abierto gracias al Plan de fosas, el programa que desde el 2017 planifica y prioriza la apertura de fosas y los trabajos para identificar a las víctimas. Las excavaciones del Plan han facilitado la recuperación de 338 personas.
De estas, ocho han sido identificadas con el Programa de identificación genética, que es el sistema que dispone de una base de datos con perfiles genéticos de familiares de víctimas y perfiles genéticos de restos localizados en fosas. Los datos se cruzan para ver si hay coincidencia genética.
Aparte de estas ocho, el programa también ha facilitado la identificación de un vecino de Salamanca recuperado de una fosa de Pamplona, a raíz de un convenio firmado entre los gobiernos de Cataluña y Navarra para compartir el ADN. El hijo de la víctima residía en L'Hospitalet de Llobregat y la Generalitat disponía de una muestra genética.
Una nova mostra dels desgavells de la passada guerra incívica que certs personatges defensen i que no va tenir cap sentit si descomptem els egos i els 'guanys' personals hipotètics que permeten seguir amb certes sectes sagues i/o famílies.
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