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Agricultura

Cooperativas agrícolas ebrenses adaptan espacios para garantizar la seguridad

Soldebre amplía a dos metros la distancia interpersonal en el almacén de cítricos y reorganizará los horarios de trabajo

Operarios de Soldebre instalando una cuarta línea de confección manual en el almacén de cítricos para garantizar un espacio de dos metros entre trabajadores.

Cooperativas agrícolas ebrenses adaptan espacios para garantizar la seguridadACN

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Las cooperativas agrícolas de las Tierras del Ebro empiezan a adaptar sus instalaciones para garantizar la seguridad de trabajadores y clientes ante la crisis de la covid-19. Con la próxima campaña de cítricos ya en el horizonte, la cooperativa Soldebre, la mayor del territorio, ha decidido ampliar el espacio entre trabajadores en su almacén y reorganizar los horarios para minimizar posibles riesgos. Lo hace añadiendo una nueva línea de confección manual de cítricos, a las tres existentes, para mantener una distancia mínima interpersonal de dos metros respecto del medio actual. La implementación de estas medidas, incluida la instalación de mamparas|biombos de metacrilato en la agrotienda, afectará también a la almazara y requerirá ampliar los vestuarios.
Soldebre adapta ya sus instalaciones en un escenario posterior al confinamiento pero no exento de restricciones y una normativa de seguridad laboral previsiblemente más estricta para evitar posibles contagios y retoños. Nuevas medidas y protocolos previstos en el plan|plano de contingencia que elaborar la entidad para asegurar la salud y la seguridad de los trabajadores en previsión que, una vez se reanude la actividad, se tengan que seguir las prescripciones de las autoridades sanitarias. Desde la distancia entre los trabajadores en el acceso y distribución de los vestuarios, que serán objeto de obras de reforma. «Aspectos que hasta ahora no habíamos tenido en cuenta y ahora hemos conocido otra realidad», ha apuntado al ACN el gerente de la cooperativa, Pere Albacar.

Después de instalar mamparasprotectoras de metacrilato en los espacios de atención al público como la agrotienda –próximamente será el turno en el almacén de abonos. En el acceso principal del establecimiento y las oficinas, un trabajador dispensa gel hidroalcohólico. Ahora, sin embargo, la principal tarea que tiene ante buena parte del personal propio de la entidad es la adaptación del almacén de cítricos. Durante la época de máxima efervescencia de la campaña citrícola pueden trabajar cerca de 200 personas. En verano, además, Soldebre presta los servicios de almacén y manipulación a los productores de fruta, hecho que obliga a tener preparadas las instalaciones para acoger decenas de trabajadores.

Para solucionar el principal problema que plantea el nuevo escenario de seguridad laboral, la necesidad de establecer una distancia mínima de dos metros entre trabajadores, se está instalando una cuarta línea de confección anual, ampliando en un 33% la longitud actual. Se evitará, así, que trabajen «enganchados» y la redistribución del espacio donde hasta ahora trabajaban dos personas permitirá garantizar esta mínima distancia, apunta Ximo Valldepérez, responsable de cítricos de la cooperativa.

Estas actuaciones sobre las instalaciones se complementarán con cambios en la organización del trabajo y los turnos, adaptadas a las recomendaciones sanitarias. «Hemos pensado varias alternativas: para evitar coincidencias de todo el mundo al inicio de los turnos, hacer una entrada y salida escalonada, hiende incorporaciones cada 15 minutos. Con eso disminuimos la capacidad productiva pero incrementamos la seguridad», detalla Valldepérez. En caso de que se hiciera necesario establecer una separación física, Soldebre prevé también la posibilidad de instalar mamparasde metacrilato de separación entre trabajadores. En breve, también, esperan recibir los EPIs para proteger a los trabajadores que han encargado conjuntamente a través de la Federación de Cooperativas Agrarias.

Albacar apunta que, de momento, no tienen la cifra exacta del gasto que supondrán todas estas actuaciones, a pesar de reconocer que será «importante». «Pero tenemos muy claro desde un primer momento que la inversión vale la pena y se tiene que hacer para garantizar la seguridad de los trabajadores y el abastecimiento de nuestros clientes. Pertenecemos en el sector primario, fundamental, suministramos cítricos y aceite de oliva, productos de primera necesidad que tenemos que garantizar que de cara la próximo campaña lleguen en perfectas condiciones a los consumidores», subraya.

El coronavirus puede incrementar la demanda de cítricos

Con 1.500 socios y una facturación anual que oscila entre los 12 y los 15 millones de euros –con un peso del 60% del aceite de la oliva y el 40 por ciento restante, de los cítricos-, Soldebre confía producir esta próxima campaña en torno a unos 12 millones de kilos de naranjas y mandarinas. Una previsión –todavía preliminar- esperanzadora, teniendo en cuenta que la climatología ha acondicionado negativamente esta última cosecha, que se ha quedado en torno a la mitad.

En cualquier caso, el sector ebrense mantiene la esperanza de que la crisis del coronavirus pueda ayudarlos a remontar el vuelo después de unos últimos años extremadamente complicados. «El cítrico es sinónimo de salud, de vitamina C y es un producto que el consumidor aprecia muy sobre todo en épocas de prevención y resfriados. Creemos que la demanda subirá. Los productos naturales no ultraprocesados el consumidores los utiliza como productos de cabecera y volverán a ser otra vez de primera necesidad», ha cerrado Albacar.

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