Diari Més

Agroalimentación

Cultivar almejas donde ya no es rentable plantar arroz

Es la alternativa para los campos salinizados del Delta y que se ensayará en la bahía de los Alfacs para guiar los agricultores y acuicultores en la reconversión

Uno de los investigadores del IRTA haciendo pruebas en una de las balsas del suelo que se han preparado para el proyecto Fitogel.

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La cría de almejasestá siendo cada vez más complicada en el litoral mediterráneo. Uno de los principales problemas, sobre todo en el delta del Ebro, es el cangrejo azul, una especie invasora que se alimenta de bivalvos en todas las fases de desarrollo. Investigadores del IRTA (Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias) ensayan la posibilidad de criar almejas en los arrozales de la bahía de los Alfacs donde, por la subida del nivel del mar y la subsidencia del Delta, el suelo se ha salinizado y no es rentable el cultivo de arroz. El proyecto Fitogel quiere guiar a los agricultores y los acuicultores para reconvertir los campos de arroz en viveros de bivalvos, una alternativa que podría aportar muchos beneficios porla gran demanda de almeja que hay en el mercado.
Cultivar las almejas en espacios blindados a su principal depredador, el cangrejo azul, podría permitir recuperar una producción de este bivalvo que está en declive desde la llegada de la especie invasora al Delta. El proyecto Fitogel no sólo estudiará la viabilidad de criar almejas en balsas del suelo, cómo son los arrozales, sino que también analizará como mejorar la alimentación de los bivalvos, utilizando geles de fitoplancton y nuevas cepas de microalgas que podrían simplificar los requerimientos para cultivarlas e incentivaría inversiones para producir este alimento. Cómo ha apuntado Margarita Fernández, investigadora del IRTA, en las primeras etapas de vida de la almeja, cuanto más diversidad de especies de microalgas se les aporta, crecen más y sobreviven más.

Actualmente, la almeja tiene un precio elevado en el mercado porque hay mucha demanda pero poca oferta. Los problemas para criarla en las bahías son comunes a todo el litoral mediterráneo, también por los largos periodos de altas temperaturas en verano que estropea los bivalvos – un efecto del cambio climático que no se prevé que se pueda mejorar con las balsas del suelo. «Estamos pensando si se podría hacer sombreado y hemos mirado diferentes maneras para controlar la temperatura del agua dentro del campo de arroz pero el principal problema a combatir es el cangrejo azul», ha explicado Fernández.

Si se consigue cultivarla en balsas del suelo y producir tamaño grande, el rendimiento y los beneficios pueden ser muy atractivos para los arroceros y también para los acuicultores de otras especies que están sufriendo las consecuencias de la invasión del devastador crustáceo, originario de las costas del Atlántico. «Los pescadores han hecho muchos esfuerzos, pescándolo, pero sigue comiéndose los bivalvos de las poblaciones naturales y las de cultivo. El proyecto va dirigido sobre todo para el sector de la acuicultura para que tengan alternativas. Por ejemplo, los mariscadores de coquina, que tampoco encuentran. Hacer cultivo de almeja podría ser una opción porque mucha gente en el Delta tiene campos de arroz y tiene diferentes maneras de ganarse la vida», ha detallado la investigadora.

Las pruebas empezaron en noviembre. Se prepararon las balsas y se ha sembrado a principios del mes de marzo. Con el confinamiento, dos técnicos del IRTA mantienen los trabajos esenciales a campo para mantener los animales vivos y el resto hacen trabajo telemáticamente. Los ensayos se han hecho llenando los campos con agua de la bahía de los Alfacs y en terrenos próximos al mar.

Este proyecto no es nuevo. Se empezó a probar en Italia hace unos diez años y resultó rentable. «Porproblemas de contaminación química en la zona donde lo hicieron, no se ha podido continuar pero es una propuesta que puede trasladar al Delta porque tiene las condiciones adecuadas, por la calidad del agua de los Alfacs, por la tradición de cultivo de bivalvos a toda la zona del Fangaly los Alfacs, y por la proximidad de los campos al mar, donde deja de ser rentable producir arroz», ha apuntado a la investigadora.

Cuando el proyecto acabe, a final del 2021, a los técnicos harán la transferencia de los resultados conseguidos al sector: cómo se preparan y se transforman los campos, el tiempo que se necesitará para sacar rendimiento, y los tamaños de las piezas que se pueden producir. «Podremos transferir los conocimientos al sector acuicola y mariscador porque los bancos de marisco en el litoral catalán y valenciano están desapareciendo», ha advertido.

En la investigación también participa el Instituto de Acuicultura de Torre de Sal (IATS-CSIC), de Castellón y ha contado con la colaboración de la Fundación Biodiversidad, del Ministerio para la Transición Ecológica. La financiación se ha conseguido dentro de la convocatoria de subvenciones del Programa Pleamar, cofinanciada por el Fondo Europeo Marítimo y de Pesca.

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