Diari Més

2.300 comuniones sin fecha por culpa del coronavirus

Estas ceremonias mueven más de 10 millones de euros al Camp de Tarragona

Plano medio de tres niñas vestidas de comunión durante la Coronación del Señor en Reus, delante del Cristo Ry..

2.300 comuniones sin fecha por culpa del coronavirusACN

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El coronavirus obliga a posponer las comuniones previstas para este año. Con mucha probabilidad se trasladarán pasado el verano, a partir de septiembre u octubre. Así se les ha ido comunicando oficialmente, desde las mismas parroquias, entre las 2.300 familias tarraconenses con un hijo o hija pendiente de hacer la primera comunión, una celebración religiosa que también se ha visto truncada por la crisis sanitaria.

Celebrar una comunión puede costar en torno a unos 4.500 euros y dispararse hasta los más de 8.000 entre vestuario, complementos y el banquete. En consecuencia, el volumen de dinero que se ve bloqueado por este impàs se situaría a partir de los 10 millones de euros en la archidiócesis de Tarragona.

El hecho de que se tengan que aplazar las comuniones era un anuncio más que previsible. Muchas familias ya se lo veían venir, pero no ha sido hasta hace escasos días que se empezó a difundir una confirmación oficial por parte de las parroquias y obispados. De la archidiócesis de Tarragona cuelgan diez arciprestazgos y 200 parroquias, si bien no en todas se hacen cursos de catequesis.

Organizar una comunión requiere tiempo y un gasto económico importante, dependiendo de los bolsillos de las familias. Algunas preparan el acto como si se tratara de una miniboda. El coste medio se situaría entorno los 4.500 y 5.000 euros, según un estudio de la Unión de Consumidores de Cataluña, con un mínimo de unos 2.000 euros y un máximo hasta los 8.500 euros.

El aplazamiento de las comuniones sine die, aparte de las dudas que pueda generar en la familia del niño, afecta directamente a varios negocios vinculados a esta celebración. Entre los que más lo notan hay los restaurantes. El banquete es el que supone mayor coste en los preparativos de una comunión, en función del número de invitados -a razón de 40 euros de término medio por menú.

Los restaurantes, cerrados a cal y canto

El restaurante El Álamo, en Alcover, tenía la agenda llena con más de 120 comuniones -de entre 15 a 100 invitados. Las primeras ya estaban previstas para este 12 de abril. A partir de aquí era uno no parar. Marisol Martín, gerente del establecimiento, lamenta toda esta incertidumbre. «No sabemos absolutamente nada, la gente nos llama y nosotros no los podemos dar soluciones», afirma.

«Llevamos casi un mes sin ingresar ni un solo céntimo», se lamenta Marisol. Dice que eso no les restará profesionalidad y que, en caso de que las familias se desdigan definitivamente de hacer la comunión, retornarán los 300 euros de pago a cuenta. De momento nadie lo ha reclamado. De hecho, algunas familias se han apresurado a preguntar por disponibilidad de fechas pasado el verano.

Los trajes de comunión, a rehacer

El comercio de los trajes de comunión también se ve muy salpicado, especialmente aquel que trabaja de forma artesanal. Es el caso de Blanca Miret, con tienda en el centro de Reus, donde la diseñadora y su equipo confeccionan todos los trajes a medida. Blanca Miret asegura que mucho trabajo hecho hasta ahora habrá estado en vano. «El coste económico será brutal», reconoce Miret.

«Ya se habían hecho las pruebas de los trajes, pero las niñas en verano pueden crecer y se tendrán que retocar todos de nuevo», explica. Con 32 de experiencia de cara al público, dice que afrontará estos imprevistos sin que repercutan en el bolsillo de los clientes. Pero lamenta que el pequeño comercio, como su tienda, con cinco trabajadoras, se vea sacudido por esta situación.

Un «colapso» de celebraciones religiosas

Este impàs también repercute en otros proveedores de servicios que se acostumbran a contratar para las comuniones, como fotografía y vídeo, peluquería, animación, tablas de dulces, regalos, etc. Situarlas a septiembre y octubre hará que coincidan con una época de grande afluencia de bodas. Profesionales de estos negocios alertan de que estos meses quedarán «colapsados».

La Iglesia responde con flexibilidad

Hace semanas atrás la Conferencia Episcopal Española ya recomendaba un aplazamiento a principios de curso próximo. Las parroquias tarraconenses, conscientes de que la cosa va por largo, convocarán los padres y madres a una reunión cuando la situación se normalice, para coordinar un nuevo calendario de las comuniones.

«No habrá un criterio general, será un calendario adaptado a las familias, personalizado a cada caso, en función de la realidad de cada familia», explica el director del Secretariado Interdiocesano de Catequesis de Cataluña y las Islas, Joan Àguila. «La Iglesia sólo puede responder con flexibilidad y sensatez dada la excepcionalidad de la situación», añade Àguila, archipresto del Alt Camp.

La recepción de los sacramentos son competencia de cada diócesis -decidirán si se podrán hacer en pleno verano o bien hace falta hacerlas más adelante, en un mes concreto, etc. Con todo la última palabra, según Àguila, la tendrán las familias. De momento los niños pueden seguir su catequesis a distancia, con contenidos del Secretariado difundidos por whatsapp, canal de comunicación entre catequistas y padres.

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