Diari Més

Municipios de la Costa Daurada y Ebre blindan el acceso a las segundas residencias

Instalan vallas y refuerzan el control policial para evitar la picaresca de aquellos que se saltan el confinamiento durante Semana Santa

Pla mitjà d'un agent de la Policia Local del Vendrell parlant amb un conductor en un control als barris marítims.

Municipios de la Costa Daurada y el Ebro blindan el acceso a las segundas residencias para|por Semana SantaACN

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El tercer fin de semana de confinamiento por|para la crisis del coronavirus coincide con el inicio del qué tendría que haber estado la campaña turística de Semana Santa y hay ayuntamientos preocupados por la posible llegada de visitantes con segunda residencia. En varios municipios de la Costada Daurada y las Tierras del Ebro se ha constatado que, a pesar de los controles policiales que se instalan en los principales accesos el fin de semana, hay personas que todavía acceden a casas y apartamentos, incluso de madrugada. Por eso, algunos ayuntamientos han optado por instalar vallas y barreras en accesos secundarios y atajos. «Seguro que muy pronto podremos volver a disfrutar de las playas, pero ahora no toca», afirma el alcalde del Vendrell, Kenneth Martínez.
A pesar de los llamamientos a respetar el confinamiento y el aviso de sanciones de hasta 30.000 euros, los núcleos turísticos de la Costa Daurada no se fían y han decidido cerrar físicamente el paso a los posibles visitantes. En el Baix Penedès, por ejemplo, los ayuntamientos de Calafell y el Vendrell han cogido la iniciativa y extenderán las medidas, de momento, durante el periodo de Semana Santa. Los dos son municipios extensos y con un elevado número de urbanizaciones, que reúnen un grueso|grosor importante de segundas residencias –principalmente de vecinos del área de Barcelona.

En la capital del Baix Penedès la Policía Local ha decidido instalar vallas en dos accesos a secundario en las zonas de Romaní y el Francàs, y complementar la vigilancia con controles policiales. De esta manera, se generan cuellos de botella, y se tiene la garantía de que los infractores no pueden coger una vía alternativa. «Así podemos controlar quién entra y sale del término, y si está cumpliendo o no con el confinamiento», señala Joaquim Valls, sargento de la Policía Local.

El fin de semana pasado, por ejemplo, los agentes del cuerpo municipal impusieron una cuarentena de denuncias para no respetar el confinamiento. El alcalde del Vendrell, Kenneth Martínez, señala al ACN que quieren reducir esta cifra y evitar el acceso al municipio en general, que tiene numerosas urbanizaciones y ocho kilómetros de playas. «Apelamos al respecto y a la responsabilidad. Todos estamos obligados a cumplir las normas y, si lo hacemos pronto, volveremos a disfrutar de las playas, pero lo tenemos que hacer cordero. Por lo tanto, todo el mundo en casa», pide el alcalde.

El control también es complicado en un municipio como Calafell, con más de 200 kilómetros de calles. El alcalde, Ramon Ferré, avisa de que aquellos que pretendan acceder se lo encontrarán «blindado», con controles en las entradas y salidas, y accesos y caminos secundarios cortados con vallas de hormigón. «No queremos que vengáis aquí a pasar las vacaciones. Queremos que os quedéis en casa, que hacéis el confinamiento en casa como estamos haciendo todos y que evitamos el riesgo de contagio,» afirma Ferré.

Sant Carles de la Ràpita sólo deja un acceso abierto

En los municipios turísticos costeros de las Tierras del Ebro, los ayuntamientos se preparan para reforzar los cierres de accesos y reorganizar los efectivos policiales ante la previsible llegada de propietarios de segundas residencias, visitantes o turistas a partir de este viernes y a lo largo de la semana. Así, en Sant Carles de la Ràpita (Montsià), el gobierno municipal ha decidido, a partir de este viernes a las dos del mediodía, dejar sólo un acceso –la entrada norte en la población para|por la antigua N-340- para acceder al núcleo urbano. «No tenemos bastantes recursos para tener los tres accesos controlados las 24 horas del día», admite el alcalde, Josep Caparrós.

Durante los últimos fines de semana, el consistorio ha detectado como las personas que se desplazan al pueblo a pasar el fin de semana o los supuestos días de vacaciones en las segundas residencias del municipio lo hacen utilizando la picaresca. «No venden ya el viernes por la tarde o el sábado por la mañana, sino martes de madrugada, por ejemplo. La gente que se desplaza ya sabe que hacen alguna cosa que no tendrían que hacer», apunta al alcalde, recordando que los expertos sanitarios apuntan que los próximos días serán complicados dentro de la evolución de la epidemia del coronavirus. El fin de semana pasado, la policía local sancarlense practicó 27 controles en 425 vehículos y cursó 60 denuncias. «La mayoría no era gente con segundas residencias», admite.

Accesos cerrados a las Casas de Alcanar

En el municipio vecino de Alcanar (Montsià), el consistorio optará también por una estrategia similar. Con el objetivo de reforzar y destinar más recursos operativos al patrullaje, desde el fin de semana pasado, y con la previsión de la posible llegada de turistas, la policía local bloqueó la mayor parte de accesos a los núcleos que «técnicamente» lo permiten, concretamente, las Casas de Alcanar. La continuidad del cierre físico de tres de los accesos al núcleo marinero, dejando únicamente la entrada principal por la rotonda de l'N-340, posibilitará liberar efectivos policiales de las tareas de control en estos lugares, según el concejal de Gobernación, Jordi Bort.

Eso los permitirá ser destinados a actuaciones preventivas de control en otras zonas turísticas, así como recurrir estos núcleos –las Casas y Alcanar Platja- para detectar personas que infrinjan las medidas de confinamiento, sin olvidar las «necesidades del día a día». «Son medidas que no gustan, que generan controversia y debate. Pero tenemos que ser responsables y darlos apoyo porque queremos salirme a l más bien posible», ha subrayado.

La Almendra bloquea el acceso norte a las urbanizaciones

Más en el norte de la costa ebrense, en l'Ametlla de Mar, el gobierno municipal también ha estado estudiando los últimos días como evitar la llegada de propietarios de segundas residencias, visitantes y turistas durante la semana santa. Aquí también han detectado las estrategias diversas de los visitantes por burlarse las restricciones policiales. Las extensas urbanizaciones, principalmente en el norte del término municipal, añaden complejidad a los controles, según admite el alcalde, a Jordi Gaseni. Con el objetivo de evitar la afluencia en estos núcleos, en buena medida segundas residencias para mucho veraneantes y turistas, el consistorio calero ha decidido reforzar con una patrulla adicional el dispositivo de policía local dedicado al control de las medidas de confinamiento, que contará también con el apoyo de los Mossos y la Guardia Civil.

A partir de este viernes, y en coordinación con la policía local de Vandellòs i l'Hospitalet de l'Infant- se cerrará el acceso a la N-340 antigua por la rotonda de la Almadraba con el objetivo de evitar los desplazamientos a la urbanización de Calafat. La medida se mantendrá, al menos, durante el fin de semana y se valorará la continuidad en función de la evolución de la situación. Coches patrulla de emergencias circularán por las calles del pueblo y las urbanizaciones emitiendo mensajes de advertencia y parando a la gente que circule por la vía pública. «Taparemos la banda|lado norte y nos dedicaremos a las urbanizaciones, en el núcleo urbano y la parte sur. No queremos que la gente se relaje, aunque lo respetan bastante», relata al alcalde.

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