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Salud

Los hospitales de Tarragona todavía no están saturados pero faltan EPI

Según los sindicatos, en el Joan XXIII y en el Verge de la Cinta los trabajadores han pasado a hacer turnos de doce horas y hay sanitarios infectados

El Hospital Joan XXIII ha abierto la 5ª planta del edificio B, lo que supone disponer de 24 camas más.

Salud quiere fusionar Joan XXIII y el Sant Joan en un único hospital más resolutivoACN

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Los principales hospitales de la demarcación de Tarragona están evitando la saturación a causa del coronavirus, de momento. En todos se han incrementado los pacientes en los últimos días, pero el aumento de camas disponibles, especialmente a las UCI, les está permitiendo superar la situación. Así lo aseguran representantes sindicales, que lamentan unánimemente la falta de Equipos de Protección Individual (EPI) para los sanitarios. En el Joan XXIII de Tarragona, Sant Joan de Reus, Pius Hospital de Valls y Verge de la Cinta de Tortosa hay casos de personal que se ha infectado. Eso ha reducido la plantilla disponible para afrontar la pandemia, y ha hecho que en los hospitales de Tarragona y Tortosa los trabajadores hayan tenido que pasar a hacer turnos de doce horas.
En el hospital Joan XXIII de Tarragona han reestructurado el centro para incrementar la disponibilidad de camas de UCI. De hecho, han pasado de una unidad de UCI, a cinco, dos de de las cuales dedicadas a pacientes con coronavirus. Aparte hay dos plantas más, la tercera y la sexta, reservadas a casos de la covid-19 menos graves. «De momento hay camas, tanto para coronavirus como para otras patologías, esperamos que no empeore», señala un miembro del comité de empresa. La situación, aunque con unos volúmenes más reducidos, se reproduce en los otros centros. La excepción es Pius Hospital de Valls, que no ha tenido nunca UCI, y deriva los casos al Joan XXIII. En los cuatro centros consultados tampoco se ha detectado una carencia de respiraderos ni de medicamentos para los enfermos.

Preocupación por la falta de EPI

El que sí que falta, y en importantes cantidades, son EPI. De hecho, este punto es el que más preocupa los trabajadores ahora mismo. Incluso más que un nuevo incremento de casos. Apuntan que sin mascarillas y batas los sanitarios se pueden contagiar, hecho que los dejaría sin poder trabajar. «Tenemos compañeros angustiados por la situación y por si llevan el virus a casa», comenta Artur Sardà, miembro del comité de empresa del Sant Joan de Reus por la CGT.

En el Hospital Verge de la Cinta de Tortosa, donde el pico de la enfermedad todavía se prevé que pueda llegar en las próximas semanas, el personal sanitario está ahorrando tanto como puede el material de protección porque llega «con cuentagotas». También alertan de que la falta de monos de aislamiento está planteando la reesterilización de las batas de los sanitarios - sin ningún estudio que avale que sea eficiente y en contra de las recomendaciones del propio fabricante.

En Reus, la dirección ha pedido explícitamente a los trabajadores que «las mascarillas se tienen que reaprovechar hasta que den muestras claras de deterioro», según Sardà. En Tarragona los obligan a reciclar batas y mascarillas, y en Valls se quejan que «las batas son muy cortas y dejan las piernas expuestas», tal como detalla Robert Rosset, presidente del comité de empresa. Con todo, denuncian la carencia de EPI se demuestra con los índice de contagio del personal médico: un 2% en China, un 17% en Cataluña.

En todos los centros hay personal infectado. Por ejemplo, el miércoles en el Verge de la Cinta había tres sanitarios contagiados, y ocho más a atención primaria. Aparte, dieciocho médicos, nueve enfermeras y cuatro celadores estaban aislados. La CGT adelanta que pedirá la dimisión de la gerencia de la región sanitaria porque consideran que no se proveyó con antelación, a pesar de las reiteradas peticiones y demandas que se hicieron desde el sindicato, para preparar los centros hospitalarios ebrenses para la pandemia.

Cambios horarios al personal

Con menos personal y más pacientes, las direcciones han reestructurado las plantillas. En Tarragona y Tortosa ya se han implementado los turnos de doce horas, mientras que Reus y en Valls la propuesta está sobre la mesa y los sindicatos creen que puede aplicarse en cualquier momento. Representantes de los trabajadores denuncian que no se permitirá que se obligue en los sanitarios a retornar las horas que pasan en confinamiento para diferenciar grupos y evitar contagios. «Eso sería aberrante. Nos quedamos en casa para proteger a los compañeros y que no nos contagiamos todos. Supone un maltrato y no lo permitiremos», apuntan desde CATAC-CST/IAC del Virgen de la Cinta.

Robert Rosset, de Pius, lo complementa: «El decreto de alarma permite a los de recursos humanos hacer lo que quieran. Ahora somos como soldados. Sabemos que los sanitarios tenemos que estar delante de todo, pero de cualquier manera; a nosotros también nos va la vida», exclama. Al Juan XXIII de Tarragona los profesionales ya no pueden coger vacaciones ni días libres.

La indignación es creciente ante protocolos que cambian a diario y en función del material disponible. La CGT de las Terres de l'Ebre lamenta que todavía tengan que exigir que se saquen de primera línea trabajadores vulnerables, como están embarazadas, enfermos de diabetes o cardiopatías y mayores de 60 años, entre otros. «Si no quieres que colapse el sistema sanitario, y sabes que estos colectivos se ponen muy graves, o les pones con las máximas protecciones a primera línea, como las que llevan en China o más, o ni lo planteas», defienden desde la delegación sindical de la CGT en el Hospital Verge de la Cinta. En Tarragona, la dirección ha ampliado horarios a personal que estaba a media jornada o a un tercio, y ha contratado estudiantes de último año de carrera. Una medida que también reclaman desde el Sant Joan de Reus.

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