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El comercio de proximidad pide ayuda a la ciudadanía para cuando puedan reabrir

Asociaciones de tenderos de Tarragona y Reus lamentan el daño económico producido por la covid-19

Tiendas de la Rambla Nueva de Tarragona, cerradas.

El comercio de proximidad pide ayuda a la ciudadanía para cuando puedan reabrirACN

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Las asociaciones de comerciantes La Vía T de Tarragona y El Tomb de Reus hacen un llamamiento a la ciudadanía para que dé apoyo en el pequeño comercio cuando pueda reabrir, una vez haya acabado el confinamiento causado por la covid-19. Los comerciantes instan a poner en valor la vida que dan en las calles, ahora que están vacíos, y piden que la gente reflexione sobre como serían las ciudades con los locales siempre cerrados. Aparte, lamentan el impacto económico que está teniendo la crisis en las empresas. Señalan los sueldos de los trabajadores y el alquiler de los locales como los principales problemas a los cuales se tienen que enfrentar. Las entidades aseguran que muchos establecimientos han tenido que hacer ERTE para poder sobrevivir.

La crisis del coronavirus está teniendo un efecto devastador en el pequeño comercio. «La afectación es del 100%. No tenemos negocio. Estamos con cero ingresos y algunos gastos que tenemos que cubrir», explica Gemma Molné presidenta de El Tomb de Reus, entidad que engloba 200 establecimientos del centro de la ciudad. En Tarragona, la situación es idéntica. El presidente de La Via T, Salvador Minguella, indica que la principal preocupación de los empresarios es afrontar los costes de personal. Las dos entidades reconocen que muchos de sus asociados han tenido que recurrir a los ERTE. Las únicas que no se pueden acoger son las tiendas de comestibles porque pueden abrir. Sin embargo, tan sólo lo hacen a un ritmo «de un 15% o un 20%».

La otra cuestión que los inquieta es el pago de los alquileres de los locales. «Es una cosa que tiene que negociar cascú con su propietario», indican. Tan Minguella como Molné apelan a «la empatía» de los dueños para buscar fórmulas que les permitan sacar adelante, ya sea a partir de aplazar pagos o rebajar cuotas. «Hay que tienen mucha empatía y otros que ni cogen el teléfono», explica Minguella. Aparte, también hacen un llamamiento a las administraciones a fin de que les echen una mano con el pago de los impuestos. «A nivel estatal o autonómico no nos ayudan. Estamos al descubierto», valora Molné.

Grito a la ciudadanía

A pesar de todo, los comerciantes miran adelante y ya piensan en cómo se lo harán cuando puedan volver a abrir. Por eso, apelan a la ciudadanía a que compre en tiendas de proximidad. «Lo que se está viendo estos días, con calles vacías y locales cerradas, es una muestra del qué puede pasar en el futuro si se acaba el pequeño comercio», asegura el dirigente de La Via T. «Es una vida que en los países mediterráneos necesitamos», completa Molné.

Por esta razón, El Tomb de Reus ya ha hecho un vídeo que está haciendo correr por las redes sociales en el cual se ven las calles de Reus totalmente vacías. «Cuando todo eso haya pasado será responsabilidad de todo el mundo volver a llenar de vida nuestra ciudad», se señala en el spot. La presidenta también pone el acento en que «quién ha probado el pequeño comercio, repite»; y pide que se valore el trato humano y el valor añadido que se aporta en los establecimientos, a diferencia del comercio online.

Planes trastocados

Quien también ha hecho un vídeo promocional apelante la responsabilidad ciudadana es Valira. Esta empresa establecida en Reus es la única de todo el Estado que fabrica sartenes. «Todas las otras que hay en el mercado están hechas en China», afirman. La compañía, muy arraigada en la ciudad, en los últimos años ha tenido muchos problemas económicos y aseguran que están saliendo de un concurso de acreedores.

Desde la compañía explican que habían puesto muchas esperanzas en el año 2020. En los últimos meses han apostado por el comercio de proximidad, y han abierto ocho tiendas en Cataluña y dos más en Irún y Pamplona para hacer venta directa. A raíz de la crisis del coronavirus, los planes se han trastocado porque han tenido que cerrarlas temporalmente. «Nosotros también tenemos un producto de proximidad y nos gusta tener un contacto directo con el consumidor», exponen.

Igual que el resto de comerciantes ya piensan en el día siguiente y comentan que cuando puedan subir la persiana «los clientes quizás tendrán miedo de tocar los productos» y por eso estudian nuevas fórmulas de exposición a las tiendas. Valira tiene 80 trabajadores, entre la fábrica y los establecimientos, e igual que muchas compañías ha presentado un ERTE. Ahora sin embargo, la duda que tienen es si en los próximos días podrán seguir repartiendo los pedidos que ya han recibido a través de su tienda en internet. Indican que este sistema, de momento, los ha salvado, ya que la venta online llegó a crecer hasta un 500% en los primeros días del estado de alarma.

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