Los fruteros florecen 15 días antes que hace 50 años, según un estudio

Los árboles frutales en la demarcación de Tarragona florecen unos 15 días antes que hace 50 años, en el caso del olivo 19 días antes que en 1971, y los frutos maduran un mes antes –la pera lo hace 37 días antes que hace cinco décadas–, mientras que las golondrinas han adelantado su llegada a 24 días con respecto a 1971. Estas son algunos de los datos fenológicos recogidas por el Servei Meteorològic de Catalunya (SMC) que hizo públicas ayer con motivo del acuerdo que ha firmado con el Centre de Recerca Ecològica i Aplicacions Forestals (CREAF-UAB) para estudiar la fenología –ciencia que estudia la relación entre clima y ciclos biológicos de plantas y animales– y el cambio climático a través de la ciencia ciudadana.

Las dos instituciones han acordado recoger datos sobre la alteración del calendario biológico de plantas y animales para relacionarlo con el cambio climático y hacerlos accesibles a la ciudadanía. La iniciativa propone a toda la ciudadanía que observe unas especies concretas de plantas y animales y registre los cambios que experimentan a lo largo del tiempo. Los dos centros compartirán y explotarán conjuntamente los datos, como los del observatorio RitmeNatura.cat , que coordina el CREAF desde el 2017, y los de la Xarxa fenológica de Cataluña (Xarxa Fenocat), competencia del SMC desde 2013.

La XarxaFenocat recoge observaciones de 50 personas voluntarias que registran sistemáticamente los diferentes estados fenológicos de 25 especies de plantas, 14 de pájaros y 6 de mariposas, unos datos que registran en plantillas y que envían mensualmente al SMC. Según explica Joan Pino, director del CREAF y catedrático de ecología de la UAB y uno de los responsables de RitmeNatura, los datos recogidos por el SMC corroboran que, por ejemplo, el olivo florece 19 días antes que en 1971 y la viña lo hace 11 días más bien, y cada década se adelantan 4 y 2 días, respectivamente.

Estos datos también demuestran que las peras maduran 37 días antes de lo que hace 50 años y que los albaricoques han avanzado su maduración 28 días, anticipándose en 8 y 6 días por década, respectivamente. Estos cambios en el ritmo de la naturaleza también se pueden ver en los animales, como en las golondrinas, que han adelantado su llegada 24 días con respecto a 1971, es decir, 5 días cada década. Todos estos cambios fenológicos se han recopilado enla Serra d’Almos (Ribera d'Ebre) gracias a los datos que el observador Josep Borrell ha registrado sistemáticamente durante casi 50 años y que publica la última edición del Butlletí Anual d’Indicadors Climàtics publicado por el SMC, que recoge esta serie de datos desde 1971 hasta el 2018.

«El comportamiento de los seres vivos es un claro indicador de la variación del clima observado en los últimos decenios», subraya el director del SMC, a Eliseu Vilaclara. El meteorólogo destaca los elevados valores de las temperaturas este invierno en Cataluña y en concreto en el tercio norte de Cataluña, donde la temperatura media de enero de 2020 ha sido hasta 3 grados centígrados más alta que la media climática de este mes entre 1961 hasta 1990. En diciembre de 2019 esta anomalía fue todavía más acusada en la alta montaña, donde se dieron valores hasta 3,5°C más elevados de lo que es habitual.

Este mes de febrero ha sido el más cálido registrado desde que hay datos, hace 107 años, en el ObservatoriFabra de Barcelona.