Diari Més

Explosión Canonja

Vecinos de la Canonja muestran su malestar por la falta de información

Muchas casas del pueblo temblaron a causa de una explosión que «nos trajo el miedo en el cuerpo»

Una trabajadora muestra los daños que ocasionaron en un bar los efectos de la explosión en IQOXE.

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Los vecinos de la Canonja no olvidarán lo que vivieron el pasado martes a consecuencia de la explosión de un tanque de óxido de etileno en la planta de la empresa IQOXE, localizada en su término municipal. Los establecimientos comerciales se convirtieron ayer en punto de conversaciones de los de la Canonja, que se no se creíanlo que había sucedido a pocos metros de distancia de sus casas. El hecho de que las sirenas que advierten de la necesidad de confinamiento no funcionaron fue un motivo de queja generalizada. Juan Mira manifestó a esta redacción que «es una vergüenza que no sonaran: todo el mundo lo comentó». Mira explicó que «puse la radio para informarme y también lo hice por Internet». Según su opinión, en casos dramáticos como el del pasado martes «tendríamos que tener más información». Además, exclamó «tanto probar las sirenas y cuando es necesario no las ponen en marcha» para apuntar que «nadie sabía qué hacer». Este vecino aseguró que «el día que pase algomás fuerte, el primero que tenga que hacer sonar las sirenas será el primero que se marchará».

Montse Dols trabaja en un estanco localizado en el centro de la Canonja. Mucha gente fue al establecimiento a preguntar«qué tenían que hacer, si quedarse en casa o marcharse, y nosotros les dijimos que fueran a su casa». Dols recordó que el edificio donde se encuentra el estanco «se tambaleó» y «mucha gente salió a la calle» al ver que sus viviendas se movían. «El hecho de que no sonaran las sirenas hizo que la gente no supiera si había peligro o no, este ha sido el tema de comentario del día». Dols añadió que «la Canonja es conocida por los estallidos, no por la lotería, pero tenemos todos los números y un día nos tocará la grossa, aunque esperamos que eso no pase».

En otro establecimiento comercial, Maria Dolors Yepes recordó que «estaba trabajando» cuando se produjo la explosión «y parecía que caería el techo, cosa que, afortunadamente, no pasó». «Las cuatro personas que en aquel momento estaban haciendo sus compras salieron a la calle por la sensación de peligro». Ayer, en la Canonja, la gente se preguntaba «por qué no hacen funcionar las sirenas, por qué no hubo comunicación por parte de nadie, cosa que creó desconcierto». Yepes apuntó que, «según como, estás más tranquilo si no suenan las sirenas porque a algunas personas les genera alarma». Yepes comentó que «en un supermercado sí que se rompió alguna cosa y a una vecina se le abrió el balcón».

Por su parte, Antonia Granadero, quien también se encontraba en el establecimiento, dijo que cuando tuvo lugar la explosión «estaba en casa con mi marido y todo se movió». «Cuando vio las llamas, pensó que era un coche que se había incendiado, pero enseguida comprobamos que venían de una fábrica». Granadero comentó que «una vecina se cayó al suelo a causa del susto». Según su opinión, «tendrían que haber sonado las sirenas». Granadero añadió que «había mucha incertidumbre, intenté contactar con mi hijo y mi hija por teléfono, pero no había cobertura».

«Me asusté»

Ramon Ruiz no dudó a decir que «me asusté y en la zona baja del pueblo todo tembló». Ruiz se encontraba en una plaza pública cuando sintió la explosión. «La gente que había reaccionó muy nerviosa, con pánico, y empezó a llamar a la familia». Como la gran mayoría de las personas residentes en la Canonja, Ruiz dijo que «las sirenas tendrían que haber sonado para avisarnos de la necesidad de confinarnos».

El caso de Antonio Muñoz fue diferente. «Estaba jugando al dominó con unos amigos y todo el mundo salió a la calle por patas y yo fui a casa, donde estaba mi mujer». Muñoz dijo que «todo el mundo se queja del hecho de que las sirenas no sonaran, pero yo no sé si es mejor o no que lo hagan».

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