La AECC ofrece clases de aquagym para mujeres afectadas por el cáncer de mama

Mujeres afectadas de cáncer de mama se apuntan a aquagym para recuperar fuerzas. Es una cuestión tanto física como mental. La actividad, organizada por la Asociación Española Contra el Cáncer (AECC), se ofrece actualmente en seis municipios tarraconenses. Valls ha sido el último en añadirse. Las clases son gratuitas y, cuando se anunciaron, las plazas rápidamente se agotaron. Hay lista de espera. Visto el éxito de demanda, la asociación no descarta ampliarlo en más poblaciones y hacerlo también en piscinas descubiertas -de momento se imparte en climatizadas. Son grupos de pacientes operadas de cáncer de mama, y también de ovarios o útero. Algunas todavía están haciendo quimioterapia y radioterapia, pero la gran mayoría ya han finalizado el tratamiento. Ahora quieren fortalecer la musculatura y toca lanzarse a la piscina.

Carme ya había hecho anteriormente natación. Vive en el Pla de Santa Maria (Alt Camp) y, al saber que en el complejo deportivo municipal del Fornàs se ofrecía un nuevo servicio de fisioterapia acuática para mujeres operadas de cáncer de mama, no se lo pensó dos veces. El grupo se cerró deprisa -hay doce plazas- y algunas mujeres permanecen en lista de espera. Ya hace ocho años que la AECC ofrece esta actividad en varios municipios de la demarcación -Tarragona, Reus, el Vendrell, la Pineda (Vila-seca), l'Hospitalet de l'Infant y ahora en Valls-, con un alto éxito de asistencia.

El objetivo es mejorar las secuelas que las mujeres sufren habitualmente después de la operación. Gracias a la flotación promovida por el agua, el peso de una persona disminuye considerablemente y eso ayuda a hacer ejercicios de tonificación sin que el cuerpo se resienta, minimizando riesgos. Y hacerlo en grupo también lo hace más divertido y ameno. El perfil de las participantes en Valls es de mujeres de entre 40 a 70 años, todas ellas intervenidas de mama, con extracción parcial o total del pecho. Alguna todavía está en tratamiento activo. En estos casos hace falta la aprobación del oncólogo.

Guruzne Urkidi, la fisioterapeuta titulada que imparte las clases de aquagym en toda la demarcación, reparte cinturones de flotación entre las usuarias. Los tendrán que llevar atados en los tres cuartos de hora que dura la clase. En otras instalaciones se hace uso de la piscina pequeña, pero en Valls ocupan la grande, donde la zona poco honda es reducida y las mujeres acaban desplazándose hacia el fondo, donde no tocan de pies en el suelo. También utilizan pesas flotantes y churros en unos ejercicios que sirven para fortalecer la musculatura y ganar movilidad del brazo de la parte operada.

Después de una mastectomía, la paciente puede notar endurecimiento, inflamación y también dolor de la extremidad. Se conoce como linfedema y el objetivo es tratar y evitar este edema a través de la rehabilitación acuática. «Es muy importante hacer ejercicio y no dejar de hacerlo porque sino tiras muy para atrás y te puede quedar completamente paralizado», afirma Mariona, operada de cáncer de mama ahora hace cinco años. «Yo noto mejora con el aquagym desde el primer día, tanto física como mental, estoy animada y contenta y ya espero la próxima clase», añade Carme.

Las clases, que en Valls se dan miércoles por la tarde, empiezan con un nivel suave y la fisioterapeuta incrementa lentamente el grado de complejidad, introduciendo diferentes materiales y ejercicios. «La finalidad es prevenir el linfedema y las sesiones siempre son en grupo; la idea es hacer como red social, en grupo pueden comentar dudas y angustias, y compartir su experiencia», explica la Guruzne. Se estudia cada caso y se recibe un tratamiento específico y personalizado, con el objetivo general de mejorar la calidad de vida de estas mujeres después de un cáncer.