Diari Més
Joan Cavallé

Autor de 'Les benaurances' (Angle Editorial)

Cultura

«Me gusta involucrar el lector, es un juego que encuentro divertido»

El escritor alcoverenc acaba de publicar una recopilación de trece relatos que presentará el 28 de noviembre al Antiguo Ayuntamiento de Tarragona

Joan Cavallé, este lunes, en la calle de las Moles de Tarragona.

«Me gusta involucrar el lector, es un juego que encuentro divertido»Olívia Molet

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Les benaurances remiten al pasaje bíblico del Sermón de la Montaña. ¿Estos textos han sido el punto de partida de su trabajo o ha sido al revés?

—Un poco de cada. Yo escribo cuentos de manera continuada y, cuando me planteo hacer una recopilación, busco puntos de conexión. Me di cuenta de que muchos cuentos que tenía escritos hacían referencia en busca de la felicidad y a los caracteres que ante la infelicidad sienten resignación y a los que luchan por conseguir la felicidad.

Siempre he hecho muchas referencias a los textos bíblicos, que constituyen mi poso más antiguo de lecturas y que siempre me ha dado mucho juego, tanto en los textos narrativos como en los teatrales. Vi que, en muchos de los cuentos, salía la fórmula de las dichas, y pensé que el título tenía que ser este. Pero también escribí alguno más, así que una parte de los relatos son previos y otros son posteriores.

—En las historias nos encontramos personajes resignados y otros que plantan cara a los infortunios que se les presentan. ¿Cómo ha conjugado estas actitudes?

—no voy pensando que haré un personaje que lucha o se resigna, sino que pienso en un personaje y la historia que lo rodea, y conforme lo desarrollo, veo si por coherencia a ello tiene que ser resignado o no. Y así se van alternando unas actitudes y otras, desde el primer cuento, Dona amb una sola cama, que plantea la historia de una mujer que tiene una vida feliz y de repente sufre la desgracia que ya recoge el título.

Eso hace que se desencadenen todo un proceso de desgracias sucesivas, y a partir de aquí se le plantea el dilema. Como lo afronta no lo tengo previamente pensado, es construyendo al personaje que va requiriendo que su actitud delante la vida sea la que es.

—También hay presencia de elementos fantásticos o sobrenaturales que los personajes asumen también con naturalidad, y esta misma resignación.

—Sí, hay dos tipos de cuentos que se englobarían en eso. Uno es Les aparicions, que no deja de ser un cuento realista, porque hay muchas personas que dicen que han tenido, y si lo describes desde fuera, estás haciendo realismo, porque aquellas personas dicen que han visto aquello. Pero hay otro tipo de relato que es el que tiene un envoltorio fantástico, una sociedad que no es realista, como por ejemplo L'excepció.

Estos están planteados como una metáfora de la realidad, a través de una cosa no real explicas cosas reales, que en este caso es también el efímero de la felicidad. Las personas que son el centro de atención de esta historia están en el punto más alto de la felicidad, pero una nada puede hacer que todo aquello se deshinche como un globo.

—La felicidad o su búsqueda, cierne por todo el libro, y queda bien definida en el primer cuento, en que un personaje clama que se puede ser feliz, del todo, durante un tiempo. Se puede ser una pizca feliz toda la vida. Pero nadie puede ser feliz del todo y para siempre.

—Sí, y hay una segunda cosa que también cierne a lo largo del libro, y es que la felicidad de los otros da rabia, contrasta con la infelicidad propia. Todo eso forma parte de la cultura popular, y lo trato con naturalidad, como una cosa que forma parte de la condición humana.

En este sentido, por ejemplo, en el cuento Braços, mans i també paraigües, que es una suma de hechos reales, hablo de una manera de afrontar la vida de que en algunos aspectos está superada, pero no para todo el mundo. Es una historia de actualidad, en la que aparece la violencia machista, y como en determinados entornos o épocas eso se ve como una cosa natural.

—En el primer cuento también se afirma que el destino es un tigre. De nuevo, no la lucha resignada.

—Hay muchas frases de estas, contundentes que, en realidad, hace falta tener en cuenta que las dice un narrador y, por lo tanto, se tienen que contextualizar en la opinión de quien está haciendo la narración. Pero efectivamente, en el contexto de la señora Edelmira Clols, que hace vaticinios, el destino es un tigre porque no se puede luchar contra él, es muy voraz y tienes que ir mucho al tanto. Eso contrasta con la persona que es la protagonista del relato, y que lucha contra el tigre de otra manera.

—En los relatos hay un juego narrativo muy interesante. ¿Con qué intención?

—Es una cosa que he buscado expresamente. Partes del hecho de que la historia la explica un narrador impersonal, el explicador del cuento, para entendernos. Pero a mí me gusta mucho involucrar en el lector. En muchos de estos cuentos he hecho que, en un determinado momento del relato, el narrador se dirija al lector pero no como lector, sino como tercero o cuarto personaje del relato.

Es un efecto que me gusta mucho, un juego que encuentro divertido y que espero que al lector le cause una impresión en determinados momentos. En el cuento que se llama Olívia, por ejemplo, tú estás escuchando lo que te dice por teléfono el actor que relata la historia, y por lo tanto, tú, automáticamente, eres una joven becaria periodista.

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