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Medio ambiente

La Mesa Territorial de la Calidad del Aire, en punto muerto cuatro años después

Nació para trabajar una demanda ciudadana, pero en octubre se volverá a reunir sin un horizonte consensuado sobre qué medidas a adoptar

Instante de la presentación del tercer estudio de la calidad del aire, en el Morell.

La Mesa Territorial de la Calidad del Aire, en punto muerto cuatro años despuésAjuntament del Morell

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Las inquietudes ciudadanas en el Camp de Tarragona –especialmente a raíz de estudios hechos en el Valle del Francolí– desembocaron, ahora hace cuatro años, en la creación de la Mesa Territorial de la Calidad del Aire. Este órgano ha sido, sin embargo, el último año y medio inactivo. El próximo 4 de octubre se reunirá nuevamente, según apunta la directora territorial de Territori i Sostenibilitat de la Generalitat, Trini Castro. Eso sí, no está claro si todos los implicados asistirán. La gran incógnita es la Plataforma Cel Net, quién en 2015 y en años anteriores fue la entidad ecologista abanderada de la reivindicación focalizada en las emisiones de la industria química.

«No nos lo hemos creído desde el comienzo», decía Josep Maria Torres, miembro de Cel Net. «A diferencia de los políticos, durante dos años me cogí días personales para asistir a los grupos de trabajo y no hemos sacado ninguna conclusión», se lamenta, «nos estamos planteando qué hacer». «Nos da miedo que haya sido una forma de canalizar el problema, la Mesa con políticos es un teatro», concluye Torres.

La próxima reunión servirá también para presentar los resultados y la metodología de un estudio que encomendó Repsol y elaborar el Instituto Cerdà i Eurecat, cansado de esperar que una de las conclusiones más esperadas de esta Mesa Territorial de la Calidad del Aire –la elaboración de un estudio financiado por la administración– no se hiciera realidad. Castro asegura que «la calidad del aire es buena y está controlada, no hay motivo de preocupación, ni es alarmante ahora ni lo será», mientras que elogia el papel de las empresas del sector: «El control que hacen cada vez es más riguroso». La directora territorial asegura que el hecho de que el órgano no se haya reunido en este tiempo es a causa de la aplicación del artículo 155 de la Constitución. «Nos paralizó el funcionamiento», afirma. En este sentido, agradece la iniciativa de Repsol, que compartirá la metodología y la tecnología utilizada por si en el futuro la administración o algún otro integrante de la Mesa se propone impulsar otro.

Desacuerdo con la metodología

Los resultados presentados por Repsol –hecho público en mayo–, según Torres, no convencen a los ecologistas. «No aparecen las puntas de emisión y son conscientes, hemos hablado», señala, especialmente con respecto al tipo de captadores. Además, la entidad critica que se basen en la legislación española para valorar los tipos de compuestos, unos tipos que «generalmente se emiten más por los tubos de escape de los coches que por la industria». «No hay legislación más allá de la que protege a los trabajadores».

La Generalitat, esperanzada con la vía empezada por Repsol, valora positivamente la creación de dos grupos de trabajo, uno comunicativo y el otro más técnico. Torres, sin embargo, cree que «nadie los ha dirigido bien».

«Aceptamos que tenemos episodios y miramos los motivos, yo pienso que no hay que hacer más estudios, estamos malgastando el tiempo y el dinero para ganar el discurso»: esta es la conclusión de la Plataforma. «No ha servido para nada, sentémos nosotros y vemos cómo se controlará y cuántos años harán falta para reducir las emisiones».

Dos días antes de la reunión, el 2 de octubre, Cel Net participará de un acto en el salón de actos del IMET, en Tarragona, a partir de las 19 horas para hablar de la calidad del aire y de la salud, en un debate con Sofia Piera, residente de Pediatria del Hospital Joan XXIII, y Jose L. Domingo, del Laboratorio de Toxicología y Salud Medioambiental de la URV.

Los ayuntamientos

Un ayuntamiento que en el último mandato se había mostrado crítico con la Mesa fue el del Morell. Aunque incluso llegó a salir, el actual alcalde, Eloi Calbet, dice que seguirán yendo «con espíritu crítico y escéptico». Calbet se muestra decepcionado por el hecho de que su consistorio haya sido capaz de financiar, con 6.000 euros, un estudio de la calidad del aire en el municipio, y no haya sido así por parte de la Generalitat.

Xavier Puig, concejal de Medio Ambiente del Ayuntamiento de Tarragona, explica que mejorar la calidad del aire «es una necesidad de la ciudad». Impulsar como consistorio un estudio es una de las opciones que hay sobre la mesa, pero antes se esperarán en la Mesa del próximo mes de octubre. «Iremos con actitud propositiva», añade Puig.

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