El sector de la avellana prevé una cosecha «normal» y espera una cotización al alza

El sector de la avellana espera una cosecha «normal» y una cotización al alza, en la línea de los aumentos de precio que ya marcan las lonjas turcas e italianas -por encima de los dos euros la libra. El responsable nacional del sector de la fruta seca de Unió de Pagesos, Rafel Español, confía en que este año se podrán reponer de la peor campaña que se recuerda y que la producción se acercará a las 10.000 toneladas. Como pasa en otros cultivos, los daños por el calor podrían hacer disminuir ligeramente la cosecha. Algunos agricultores ya han empezado a recoger los frutos más tempranos, pero la campaña llegará al punto álgido el próximo mes y no se dará por acabada hasta mediados de octubre. Mientras tanto, el sector reclama poder acceder a las líneas de crédito y a las ayudas pactadas con el Govern.

La campaña del 2018 se saldó con un balance nefasto para el sector de la avellana, con una bajada de la producción del 70% por las ventoleras y las lluvias durante la recolección, y con unos precios ruinosos por la devaluación de la moneda turca, el gran país productor. Después de haber reclamado un plan de choque y haber conseguido el compromiso del Govern de preservar el sector y valorizar el producto, los campesinos respiran más aliviados.

A la espera de afinar las previsiones y de conocer la cotización de la Lonja de Reus el 2 de septiembre, el responsable de la fruta seca de Unió de Pagesos, Rafel Español, apunta que tendrán una cosecha normal en la que esperan que los precios acompañen. Las cotizaciones en Turquía e Italia se sitúan a día de hoy en torno a los 2,05 y los 2,10 euros la libra –casi medio euro más de incremento respeto hace un año porque hay menos cosecha de la prevista-.

Habrá que ver, también, el impacto de los calores de los meses de junio y julio, que han estropeado algunas avellanas. «Nuestra perspectiva es que si tenemos una cosecha normalilla y nos podemos poner a precios de dos euros la libra, ya cubriríamos gastos», apunta Español, quien desea que el sector se pueda recuperar del susto del año pasado. «Ha sido la cosecha peor que se pueda recordar y el año se tendría que quitar del calendario», sentencia.

El portavoz de Unió de Pagesos recuerda que, en previsión de una campaña nefasta, el año pasado solicitaron un plan de choque al Govern con el fin de ayudar al sector y garantizar la continuidad de las explotaciones. En marzo, ambas partes anunciaron ayudas extraordinarias, líneas de crédito y la creación de una oficina técnica para impulsar el plan estratégico de valorización de la avellana.

Español recuerda que el acuerdo preveía ayudas de 280 euros por hectárea para los jóvenes agricultores, y de 120 euros por hectárea para el resto de profesionales. También se establecieron créditos de refinanciación para los jóvenes a coste cero de comisiones y a retornar en ocho años, y líneas de crédito para obtener liquidez.

El representante del sindicato agrario lamenta que justo ahora están haciendo el «papeleo» de las solicitudes y que les gustaría haber podido cobrar antes de empezar la cosecha. «Tienen para pagar hasta el 31 de octubre, pero si tenemos que esperar, mal. Eso no es el plan de choque que pedíamos para que la gente pudiera aguantar y pasar este año. Si en junio o en julio se hubiera cobrado, la gente hubiera ido más descansada», insiste Español.

El Camp de Tarragona concentra unas 9.000 hectáreas de avellanos y en las comarcas gerundenses hay unas 1.000. En los últimos dos años se han incorporado al sector una sesentena de jóvenes campesinos, pero Español admite que después de una campaña tan nefasta como la del año pasado, de momento estas incorporaciones se han frenado.

Más vigilancia contra los robos

Por otra parte, el sector tendrá que afrontar los robos en el campo, aunque desde hace años los Mossos d'Esquadra despliegan el Programa Operativo Específico (POE) del Mundo Rural, un dispositivo especial de patrullaje. Este año, según explica Español, todos los agentes implicados han decidido sumar las policías locales, vigilantes municipales y guardias rurales de los ayuntamientos de Constantí, la Pobla de Mafumet, el Morell, Vilallonga del Camp y la Selva del Camp. El objetivo es mejorar la coordinación y evitar que los efectivos se solapen mientras trabajan.

Los diferentes policías y vigilantes reforzarán la presencia en fincas y caminos, harán un control de puntos estratégicos e inspeccionarán almacenes para comprobar la trazabilidad del producto y que no haya avellanas robadas. «Si vamos todos coordinados, haremos mejor trabajo. Al 100% no hay nada que funcione, pero si en lugar de robar a 30 personas conseguimos que sólo sean cinco, sabe muy mal porque duele mucho, pero todo eso que habremos ganado», cierra.