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Un socorrista denuncia la situación del sector a Inspección de Trabajo

Juan Ramón Martín recoge testimonios en Internet a fin de que administraciones y empresas «respeten el socorrismo»

Socorristas, ayer, en una de las playas de Salou, donde la empresa Servitur Salvament trabaja.

Un socorrista denuncia la situación del sector a Inspección de TrabajoOlívia Molet

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Juan Ramón Martín, socorrista hasta hace poco de la empresa Servitur Salvament, ha presentado una denuncia a Inspección de Trabajo por las condiciones «precarias» que sufre el sector y, en concreto, que ofrecería esta compañía con sede en el polígono Francolí de Tarragona y que tiene concedidas algunas playas de la Costa Daurada, entre ellas las de Salou. Los acusa de «incumplir el derecho laboral en los días de descanso, una remuneración en algunos casos por debajo del Salario Mínimo Interprofesional (SMI), no pagar las horas extras y hacer que menores de edad las hagan a pesar de estar prohibido por ley». Esta es una situación «común en todo el sector», asegura, y no tan sólo de esta empresa. Está de acuerdo Carlos Aguilar, otro socorrista que recientemente creó la asociación Socorristes Profesionales para dignificar la profesión, explica que «nosotros cobramos la mitad que las kellys, que ya cobran poco y hay que no tienen parasol ni crema solar».

La clave, según explican tanto Martín como Aguilar es la reducción del dinero destinado a las licitaciones por los servicios de socorrismo en las playas catalanas y, también,ena las de la Costa Daurada. «Hay licitaciones que no contemplan el mínimo para que los socorristas tengan un sueldo según el convenio», explica Aguilar. Martín, por su parte, cree que «no se respeta el socorrismo y los ayuntamientos lo consideran más como un requisito legal que una necesidad». La situación tampoco es mejor en hoteles, parques y piscinas privadas, que contratan este servicio, por normativa en las múltiples empresas que operan en la zona. En Servitur, dice, «se trabajan 230 horas al mes entre 3 y 4 euros la hora cuando según el convenio son 7,15 euros».

Hace poco Juan Ramón Martín renunció a su puesto de trabajo «hartó» de las condiciones. «Cuando hice el curso de formación en el SOC ya veía que se cobraba poco», asegura este ya exsocorrista. Aun así, vio «que los jóvenes menores de edad cobran la mitad por hacer lo mismo que los mayores». Esta es la versión del trabajador, quien finalmente denunció el caso a Inspección de Trabajo con el asesoramiento de su sindicato, la Confederación General del Trabajo (CGT). Por su parte, la empresa ha optado por no hacer declaraciones al respecto y esperar a la resolución del organismo competente.

Otros casos judicializados

Miguel Moya, portavoz de la CGT, explica que «los socorristas no tienen convenio propio y lo que se les aplica es muy precario» en el global de Cataluña. El hecho de que la mayoría de socorristas sean jóvenes, afirma, hace que «se marchen sin denunciar e incluso algunos sin cobrar su salario». Hacen jornadas de 10 horas, de 9 a 21 h., añade. Sobre la evolución del caso a Inspección de Trabajo, el sindicato no se muestra muy esperanzado. «Puede ser que actúe pero cuando se haya acabado ya la temporada y no haya los trabajadores, nos pasa habitualmente pero no está en nuestras manos», dice Miguel Moya.

Además de los hechos expuestos en la denuncia, Moya asegura que hay socorristas que los traen otras zonas del Estado o de otros países, como Uruguay o Argentina. «Muchos trabajadores vienen de origen, las empresas les alquilan las habitaciones y se lo restan de la nómina, incluso algunas empresas se lucran».

Una empresa que el sindicato CGT ha denunciado en anterioridad por las condiciones de sus trabajadores es Proactiva Open Arms, liderada por Òscar Camps. El año 2016 sus socorristas organizaron incluso una huelga indefinida después de rebajas de salario, jornadas maratonianas, entre otros. Antes, en 2015, el Tribunal Superior de Justicia de las Islas Baleares los condenó por despidos improcedentes.

«Respectem el socorrisme»

Juan Ramón Martín, después de presentar la denuncia, colgó un vídeo en las redes con el mensaje «Respectem el socorrisme» con el fin de recoger testimonios de casos en que no se hayan pagado los sueldos o se hayan hecho horas extras no permitidas, entre otros. Según Martín, la mayoría de personas que se han puesto ya en contacto con él son jóvenes. Uno de ellos, Manuel Ángel Luque, trabajó también como socorrista para Servitur Salvament este verano, siendo menor de edad, y se marchó al cabo de dos semanas por estudios. «Estuvimos casi doce días seguidos trabajando un compañero y yo», asegura. «Hablamos con una quincena de trabajadores y comprobamos que estábamos cobrando la mitad por ser menores», dice.

Carlos Aguilar, por el contrario, insiste en que la normativa favorece la precarización del sector. «Hay que pueden trabajar de socorristas sin saber nadar, sólo con un curso online», destaca. «Incluso hace poco unos bañistas tuvieron que socorrer a un socorrista en la playa Llarga de Salou», asegura. «Estas decisiones provocan que haya habido un 20% más de muertos», denuncia Aguilar.

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