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La Sínia pide permiso a la Generalitat para pescar el cangrejo azul de Tamarit

La especie, que llegó al Delta de l'Ebre en el 2012, fue localizada por la asociación en Tarragona a principios de julio

Imagen de archivo de un ejemplar de cangrejo azul.

Imagen de archivo de un ejemplar de cangrejo azul.ACN

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La asociación medioambiental la Sínia ha pedido permiso al Departament d'Agricultura para instalar trampas en los alrededores de la playa de Tamarit para capturar el cangrejo azul. Esta especie fue localizada en Tarragona por primera vez el pasado julio. Los voluntarios de la entidad esperan empezar el trampeo entre finales de agosto e inicios de septiembre.

Los voluntarios de La Sínia ya han empezado las primeras capturas de cangrejos azules. Hèctor Hernández, coordinador de la entidad, explica que los crustáceos habrían llegado desde el Delta de l'Ebre donde aparecieron en el 2012 gracias, en parte, a sus cualidades excepcionales. «Camina y nada, tiene una capacidad para nadar brutal. Seguramente ha remontado el litoral hasta la desembocadura del Gaià», observa. Hernández recuerda que en el Delta, los cangrejos azules acabaron con parte de las conchas asiáticas. «Todavía no sabemos de qué se alimentan los que están en Tarragona, pero seguro que se alimentan de alguna cosa», apunta. También se alimenta de mejillones, aunque en el Gaià no hay. Esta especie proviene de la costa oeste atlántica americana y su hábitat son los pantanales.

«La gente tiene que entender que es una especia invasora», señala. Sin embargo, la Generalitat afirma que se trata de una especia alóctona, es decir, que no es originaria de Cataluña sino que ha accedido recientemente a nuestras aguas a causa de la acción humana. Su depredador natural es el pulpo, pero Hernández no confía en que el pulpo mediterráneo sea capaz de controlarlo. El cangrejo azul se ha ido extendiendo por todo el litoral catalán hasta llegar a Gerona. En Tamarit, término municipal de Tarragona, Hernández está preocupado para que el crustáceo pueda afectar a la tortuga marina, que fue vista en Tarragona en el 2014.

El crustáceo representa un peligro para las capturas de otros animales que huyen ante su presencia. Tiene muy buen recibimiento en el ámbito culinario y se vende a un precio muy bajo a causa de su fuerte presencia. Además, sus fuertes pinzas rompen las redes de los pescadores. «Recomendamos a la gente es que, cuando vean a uno, no lo toquen», explica Hernández. Desde la asociación asegura que colocar trampas ahora sería contraproducente porque, en alguna ocasión, los turistas las roban. Además de los perjuicios que representan por el sector pesquero, ha afectado a la especie de cangrejo verde autóctona que ha sido desplazada y ha pasado a tener una presencia testimonial en muchos lugares dónde era bastante abundante.

Ante la gran expansión del animal, la Generalitat creó en el 2018 el Comitè de Cogestió del Cranc Blau de les Terres de l'Ebre (CCCBTE). En esta plataforma trabajan conjuntamente la Federació Territorial de Confraries de Pescadors de Tarragona y la Federació Nacional Catalana de Confraries de Pescadors y otras entidades del ámbito de las ONG y científico. La Direcció General de Pesca i Assumptes Marítims inició el año pasado una campaña de pesca intensiva. Su pesca está reservada a los pescadores profesionales.

La pesca recreativa del cangrejo azul está prohibida y sólo puede producirse de forma accidental y con caña de pescar, que constituye el único utensilio de pesca autorizado.

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