Diari Més
Noemí Llauradó

Presidenta de la Diputación de Tarragona y vicealcaldesa de Reus

«La Diputación podría tener unos servicios pedagógicos y mostrar a la población qué hace»

La primera mujer presidenta asegura que el pacto para acceder al cargo «se hizo aquí», defiende la utilidad de la institución y quiere acercarla a la ciudadanía

Llauradó, en el despacho que ocupa en el Ayuntamiento de Reus donde ostentará este mandato 2019-2023 el cargo de vicealcaldesa de la ciudad

«La Diputación podría tener unos servicios pedagógicos y mostrar a la población qué hace»Olívia Molet

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—¿Es presidenta de la Diputación de Tarragona a cambio de no ser alcaldesa de Reus?

—En el pacto de la Diputación no ha habido ningún municipio que haya tenido más peso que otro, siempre se ha tenido una visión global de la demarcación. Además, se ha negociado y firmado en el territorio y lo que es más importante es que existe y que permite empezar a gobernar. No se trata de cómo se ha hablado o cómo se ha dejado de hablar, sino que ya lo tenemos y que hay muy buena sintonía entre las partes e, incluso, con la oposición. Trabajaremos en beneficio de la ciudadanía y pondremos a las personas en el centro.

—El relato sobre que el pacto se hizo en Barcelona posiblemente viene, sin embargo, de una rueda de prensa de ERC dos días antes de investir a Pellicer (Junts per Reus), donde Usted hablaba de un «acuerdo nacional».

—Las presiones, quizás, también hicieron que no nos expresáramos suficientemente bien. Lo que se quería decir es que ERC es un partido que es municipalista pero que también tiene vocación nacional. Por lo tanto, esta visión nacional se tiene que tener en cuenta, y más ahora que tenemos una situación de excepcionalidad democrática, presas y presos políticos, exiliadas y exiliados. Sin embargo, donde se gestó el pacto, y los que lo negociaron lo saben, se hizo en el territorio.

—¿Cómo valora el hecho de ser la primera mujer al cargo?

—Espero abrir caminos, que no sea yo la última. Eso sirve para denunciar una situación anómala: no hay paridad en instituciones, organizaciones, y muchos ámbitos. En la Diputación, de 27 que somos, sólo 7 somos mujeres. Es hora que, todos los grupos, nos marquemos como objetivo que, a la hora de escoger representantes en las administraciones por designación derivada, se establezca que fuera paritario. En ERC nos lo vamos autoexigir y somos el único grupo provincial que lo tenemos.

—¿Cuál es el balance de sus primeros 15 días?

—El balance es 100% positivo y todo muy intenso desde las primeras horas. Ya estoy inmersa de pleno en la agenda de la Diputación. Mi primer día, ya fui a los Juegos Populares Internacionales de Tortosa. Después, nos reunimos con las mujeres del gabinete, que la mayoría son mujeres, y con el equipo directivo. He podido conocer las instalaciones. Me voy reorganizando para hacerlo compatible con la responsabilidad que tengo en Reus como vicealcaldesa. Como hay muy buenos equipos en las dos instituciones, está saliendo muy bien. Tendré la dedicación que se merece tanto una como la otra.

—Enumere algunos de los objetivos prioritarios como presidenta de la Diputación.

—Me gustaría poder consensuar un buen equipo de trabajo entre el gobierno y la oposición para ir juntos en beneficio del conjunto de la ciudadanía. Objetivos presidencialistas, no tengo. Quiero unos objetivos de equipo y contar con la oposición. La Diputación ha funcionado de manera consensuada siempre.

—Entonces, ¿cuáles serán estos objetivos de equipo?

—Tenemos muchas líneas a desarrollar y eso lo haremos a través del Plan Estratégico del cual nos tenemos que dotar y que irá vinculado a los presupuestos de la Diputación. Como representante de ERC, pienso que podemos incidir en líneas que favorezcan las políticas sociales y de izquierdas. La de la vivienda, por ejemplo, todavía no está del todo desarrollada y tenemos que ver como dar apoyo a los municipios para que puedan ayudar a garantizar a su población un derecho que es fundamental. También tenemos presente la cuestión del medio ambiente. Tenemos un proyecto bastante adelantado que es el de las redes de calor, a través de la biomasa, a las cuales se han adherido muchos municipios y que significa que, además de gestionar mejor el bosque para que no sea tan fácil que se propaguen incendios como pasó en la Ribera, se pueda dar energía en equipamientos de los municipios. Es muy interesante.

—-La gestión del bosque es una de las cuestiones relevantes, y también lo es el despoblamiento.

—Sí. Hay que estudiar medidas para combatirlo. Y no sólo afecta a la demarcación sino probablemente a todos los estados de la Unión Europea. Se trata de mirar, con una colaboración interadministrativa y entre los tejidos asociativos, empresariales y sindicales, que todas las zonas ofrezcan las mismas oportunidades para ganarse la vida sin que nadie tenga que dejar su casa. Poder desarrollarse cada uno en su territorio y no abandonar, por ejemplo, las tierras. Tenemos que favorecer las conexiones en infraestructuras, internet, oportunidades laborales con salarios dignos y, aparte de las opciones tradicionales, fomentar alternativas como el turismo.

—¿Son útiles las diputaciones? ¿Tienen su razón de ser? ¿Tendrían que desaparecer?

—Las diputaciones están al servicio de la ciudadanía. Por lo tanto, es obligación de los representantes políticos utilizar las herramientas a su alcance para hacer políticas en beneficio de la ciudadanía. Y si puede ser, políticas de izquierdas, progresistas, sociales, de atención a las personas. Por eso hemos querido estar. El trabajo de la Diputación lo conocen muy bien los ayuntamientos, que saben las prestaciones que pueden recibir económicamente, en servicios, en recursos personales o materiales. Falta un paso más que es dar a conocer todo eso en la población, no sólo a concejales y alcaldes.

—-¿Y cómo se puede hacer?

—Me ronda por la cabeza alguna cosa como unos servicios pedagógicos que podrían estar en la Diputación y mostrar así qué significa el mundo municipal, no sólo la Diputación sino también los ayuntamientos. Un sistema similar a lo que tienen ahora en el Parlament. Ubicar una cosa así en la Diputación sería una buena manera de hacer llegar a la gente de la calle qué está haciendo su administración más próxima.

—¿Hasta qué punto la ideología tendrá un papel importante en este mandato? ¿Colgará la pancarta de presos políticos?

—Tenemos que encontrar la mejor manera de defender los derechos y libertades de la ciudadanía catalana y de nuestros representantes políticos. Hay una excepcionalidad, hay presas y presos políticos, habrá una sentencia, y tenemos que encontrar la mejor manera. Si esta es la mejor manera, sí. Si encontramos una mejor, cogeremos la mejor manera.

—Usted, personalmente, ¿querría que estuviera la pancarta?

—En el Ayuntamiento de Reus sí que la tenemos colgada. Pero hay otras maneras de defender los derechos que podrán sumar, seguramente más representantes.

—¿Ha hablado con el expresidente Josep Poblet?

—Hablé el primer día. Me pidió encontrarnos y fue muy agradable y me dijo que estaba disposición de lo que yo creyera oportuno. Evidentemente le acepté porque ha sido 12 años al frente de la Diputación y seguro que muchas dudas que me puedan surgir, me podrá dar su opinión. Siempre le he reconocido una gran talla política.

—La de Llauradó será una etapa nueva o de continuidad?

—Construimos sobre aquello que está construido, siempre en positivo. Se ha hecho muy buen trabajo en la Diputación. Tenemos que seguir en beneficio de las personas y hacerlo con nuestro acento y nuestra huella. El gobierno está configurado con fuerzas diferentes de las que había y, por eso, habrá alguna diferencia. Sin embargo, como la Diputación es una institución muy de gestión y de prestación de servicios, construiremos sobre el trabajo.

—¿Cuál será el papel en la reivindicación de infraestructuras?

—La Diputación puede tener un papel aglutinador de los intereses de los municipios de la demarcación, que es amplia. Nos tenemos que unir bajo una voz propia y unívoca para decidir qué infraestructuras nos hacen falta en todos y no cuál hace falta a un determinado municipio. La conciencia ya existe y lo que hace falta ahora es vehicularla y plantear peticiones en los ámbitos donde haya que plantearlas.

—¿Se trata de ir a Madrid?

—Es una de las opciones. Si hay cuestiones que están atascadas en ciertas administraciones, se puede ir a las administraciones y argumentar la necesidad.

—Pero eso ya hace tiempo que se hace, sin muchos resultados para el territorio.

—Es que no sé si se ha hecho realmente nunca así, de esta manera que digo. Y si se ha ido de forma unísona, se tiene que revolver. Las zonas del país que han conseguido cosas lo han hecho con este sistema.

—¿Qué futuro tiene el Aeropuerto?

—Tiene más potencialidad. Se tendría que ampliar el horario para que sea más atractivo para las compañías. Y tener una visión global para que se lo conciba como uno de los aeropuertos principales con Barcelona y Girona. Ya se está planteando desde la Mesa del Aeropuerto, pero hay que poner más esfuerzo. Turísticamente puede favorecer mucho la demarcación, y también en las mercancías. Es una oportunidad que no podemos desperdiciar.

—¿Y la Región del Conocimiento?

—Lo primero que me gustaría es tener un intercambio de opiniones con alcaldes, alcaldesas y URV con el fin de saber hasta qué punto la cuestión está desarrollada. La colaboración con la universidad es muy positiva porque representa lo que es funcionar como Catalunya Sud y es un buen ejemplo a seguir.

—El Centro de Lectura de Reus espera una subvención para poder ampliarse.

—Estoy pendiente de encontrarme con el nuevo presidente. La Diputación hace unas aportaciones notables para que se lleve a cabo el proyecto. El Ayuntamiento ya había presupuestado un importe. El Centro de Lectura hace una tarea primordial, en la cultura, para toda la ciudadanía. Todo lo que sea favorecer una institución de estas características y una remodelación urbanística que disfrutará la población es positivo hablarlo.

—Que la presidenta de la Diputación de Tarragona sea reusense, ¿beneficiará la ciudad?

—La Diputación vela por el conjunto y no puede beneficiar ningún municipio concreto. Pero sí que es cierto que hacía 40 años que no había ninguna persona en la presidencia que fuera de Reus. La ciudad, no es que saque provecho, pero puede tener oportunidad de mantener un contacto fluido, más directo, de presentar proyectos interesantes para el entorno y eso también lo facilita que la presidenta es de Reus. Pero no puedo beneficiar Reus.

—Compaginará esta figura con la vicealcaldía de Reus. ¿Cómo se hace? ¿Se cobran dos salarios?

—No, no se cobran dos sueldos. A mí el que me importa más es que queden bien atendidas las dos instituciones y, en eso, cuento con buenos equipos para hacerlo. Todo queda perfectamente cubierto. Yo sólo percibiré las retribuciones de la Diputación y, si es posible por ley, en Reus sólo cobraré por asistencias. Es decir, haré lo que está marcado por ley.

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