Compromiso de coordinación entre las administraciones para hacer frente a los daños del incendio de la Ribera d'Ebre

Compromiso total de coordinación entre la administración del Estado y la Generalitat para hacer frente a las consecuencias y a la reparación de los daños por el incendio de la Ribera d'Ebre. Esta ha sido la principal conclusión de la reunión que han mantenido representantes del gobierno español y el catalán con alcaldes y otros sectores en Flix. Todavía no han podido detallar ni cuantificar las pérdidas del sector agrario ni la dimensión de los daños, pero han precisado que algunas de las ayudas directas a los productores afectados ya están disponibles y se pueden solicitar. De momento, pues, el plan de choque se encuentra en marcha pero con pocas concreciones, más allá de la voluntad administrativa de coordinar y agilizar al máximo las medidas. También, sobre el papel, a medio y largo plazo, con la voluntad de extraer las lecciones de este caso y evitar que se repitan en el futuro. Las administraciones se volverán a reunir en septiembre.

Sin valoración concreta de afectaciones ni previsiones de volumen de ayudas, los representantes de las administraciones catalana y estatal, han subrayado el compromiso de coordinación como uno de los principales acuerdos del encuentro de este sábado. Así lo han constatado tanto la consellera de Presidencia, Meritxell Budó, como la delegada del gobierno español en Cataluña, Teresa Cunillera. En la reunión ha participado también representantes de las diputaciones, de la URV o de las cámaras de comercio.

«Lo más importante es que estamos comprometidas en la búsqueda de soluciones y no crear más problemas de los que tenemos», ha manifestado Cunillera, apelando al «respeto institucional» hacia los campesinos afectados y de trabajar al margen de «diferencias políticas y diferentes proyectos de países». «Hace falta que nos respetemos las competencias de cada uno pero que haya un compromiso de las instituciones para trabajar en una misma línea. No se trata de hacernos una foto ni ponernos una medalla», ha añadido.

La mayor parte de la dotación económica de las ayudas dependerá del gobierno español, según ha remarcado Cunillera, quien ha precisado en estos momentos ya se han puesto en marcha las medidas de ayuda «rápido» que prevé el decreto 107 ante necesidades urgentes. Budó ha reconocido que, una vez esbozada la diagnosis este sábado, ya están en marcha ayudas directas y otros serán canalizados a través de las administraciones. Lunes, se mantendrán reuniones «técnicas» para detallar con mayor concreción estas actuaciones en la línea de poner en marcha inmediatamente los regadíos y evitar pérdidas mayores.

Las delegaciones del Govern, tanto de las Terres de l'Ebre como de Lleida, serán las encargadas de centralizar la información proveniente de los municipios y afectados para ir implementando este plan de choque, todavía en fase muy incipiente. También la delegación del gobierno español ha puesto a disposición de los ayuntamientos de los municipios pequeños afectados al personal de las subdelegaciones para poder tramitar las demandas de los afectados y los correspondientes expedientes. Al margen de la coordinación, han coincidido tanto Cunillera como Budó, la otra clave de todo es la «agilidad» en la respuesta de las administraciones ante situaciones dramáticas, con campesinos que han perdido los cultivos, las cosechas y tendrán que invertir mucho dinero para poder recuperar la producción en los próximos años.

Sobre el papel, el compromiso de las administraciones en la recuperación de la zona afectada quiere ir mucho más allá de la inmediatez y fijarse también en el medio y largo plazo. Por una parte, según ha apuntado Cunillera, para evitar que casos como este se repitan. Por eso, considera, hay que extraer las lecciones necesarias en un contexto de cambio climático y de abandono de los terrenos de cultivo que lo favorece. En este contexto, Budó ha recordado que en septiembre se pondrá en marcha la mesa del programa 'País Viu, País d'Oportuntitats' con una comisión interdepartamental, para fomentar el desarrollo de comarcas como la Ribera d'Ebre y evitar su despoblamiento.

Ejemplo de adaptación a la emergencia climática

Más concreto en este ámbito se ha mostrado el alcalde de Flix, Francesc Barbero. «No queremos que de aquí cinco o diez años hayamos recuperado la situación de antes del incendio sino que queremos ir hacia un modelo de territorio más resistente a los incendios», ha defendido. Ha apostado para que la tecnología juegue un papel importante y se pongan en marcha medidas y estudios –con la posible solicitud de algún programa Life, por ejemplo- para convertir el caso de este incendio en «un ejemplo extrapolable de cómo adaptarse a la emergencia climática». «Cuando en los pueblos de interior se nos quema el término municipal, se nos quema una parte de nuestras almas, el encuentro de hoy nos ayudará a intentar poner la primera piedra de la recuperación», ha cerrado al alcalde.

Barbero, además, ha celebrado la «voluntad de entendimiento» entre las administraciones catalanas, estatales y locales y la implicación de los agentes del territorio. «Haremos todos juntos el esfuerzo por ir el más rápido posible porque entendemos que los afectados necesitan respuestas urgentísimas para poder reanudar las explotaciones», ha subrayado al alcalde. Según ha precisado, hará falta reparar las redes de caminos, gestionar la biomasa, proteger urgentemente el suelo para que no se degrade con las lluvias del otoño sobre la zona quemada y, sobre todo, hacer llegar las ayudas a los propietarios afectados lo antes posible para evitar que las cosechas de los años siguientes se vean el menos afectadas posible.