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Judicial

Piden hasta 15 años de prisión por los disturbios a raíz de la muerte de un mantero en el 2015 en Salou

Los procesados son catorce senegaleses, los cuales suman 130 años de condena

Dos senegaleses enfrentándose con los Mossos d'Esquadra el 11 de agosto del 2015 en Salou.

Piden hasta 15 años de prisión por los disturbios a raíz de la muerte de un mantero en el 2015 en SalouACN

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Los disturbios ocasionados a raíz de la muerte de Mor Sylla, el mantero que se precipitó desde un balcón durante un operativo policial en Salou en agosto del 2015, continúan pendientes de juicio. Los procesados son catorce personas de origen senegalés, para los que la fiscalía pide penas que suman 130 años de prisión -oscilan entre los seis y los quince años. El mes que viene la Audiencia de Tarragona ha convocado las partes para que exploren una posible conformidad que evitaría la apertura del juicio oral. Los disturbios dejaron 36 lesionados -30 de los cuales agentes de los mossos-, comportaron el corte de la circulación ferroviaria durante todo el día, múltiples daños materiales en vehículos y negocios próximos, y cuantiosas pérdidas económicas. La fiscalía reclama indemnizaciones de cerca de 170.000 euros.

El ministerio público acusa a los procesados de ponerse de acuerdo con el propósito «de alterar la paz pública» después de la muerte del compatriota el 11 de agosto del 2015. La reacción se produjo a partir de las ocho de la mañana delante del inmueble donde vivía el mantero. Decenas de personas se concentraron en la plaza de Sant Jordi «y tiraron masivamente piedras, palos y mobiliario urbano» a la línea policial que protegía a la comitiva judicial, los servicios funerarios y los agentes encargados de los registros domiciliarios.

Hacia las once y media del mediodía se ordenó una carga policial de los Mossos d'Esquadra para desalojar la plaza, dado que unos 200 concentrados impedían la salida de la comitiva y del furgón de la funeraria con el cadáver. Mientras un grupo de personas atacaba el vehículo funerario y hería el conductor, el resto de acusados y terceras personas «golpeaban y atacaban a los agentes que se encontraban de servicio, dispuestos en líneas policiales para contener la multitud», según la fiscal.

Al mismo tiempo, el ministerio público relata que los manifestantes cortaron el tráfico ferroviario a la altura del paso a nivel de la calle Barcelona, aproximadamente entre cuartos de doce del mediodía y hasta las diez de la noche. Los individuos arrancaron las barreras, estropearon los cables de comunicaciones, colocaron contenedores de basura como obstáculos en medio de la plataforma y pusieron grandes piedras encima de los raíles que habrían podido hacer descarrilar los convoyes.

Se vieron afectados 32 trenes de servicio público con 3.835 viajeros, con retrasos medios de 120 minutos, y 25 trenes de servicio comercial con 4.169 viajeros, con retrasos medios de 150 minutos. En conjunto, los trenes de Renfe acumularon cerca de 4.000 minutos de retraso y se tuvieron que suprimir cinco servicios. Los planes alternativos por carretera supusieron un coste de unos 78.147 euros, mientras que los daños ocasionados en las vías se valoraron en cerca de 72.500 euros.

El ministerio fiscal añade que los procesados consiguieron el propósito de estropear vehículos policiales, mobiliario y cortar el tráfico ferroviario y de vehículos en varias calles de Salou mediante «el lanzamiento de contenedores y adoquines, arrancando papeleras, incendiando contenedores y lanzando sillas, mesas, sombrillas y soportes de hierro pesado que se iban encontrando a su paso». También ocasionaron daños en establecimientos comerciales, y agredieron peatones y agentes de policía.

En concreto, unos 30 agentes de los Mossos d'Esquadra resultaron lesionados en el dispositivo. Los procesados y otras personas no identificadas los agredieron con puñetazos, palos de madera, ramas, botellas, piedras, baldosas, adoquines y otros objetos contundentes. «Que te mato» o «a nosotros nos es igual; si morimos, morimos todos» son algunas de las expresiones que proferían los manifestantes a los efectivos policiales, a quienes acusaban de haber matado al mantero senegalés.

Además, cuando la plaza fue desalojada y el furgón funerario pudo emprender la marcha custodiado por un vehículo de los Mossos, los concentrados tiraron varias piedras, una de las cuales rompió el parabrisas delantero del vehículo funerario y ocasionó daños por valor de 1.800 euros. Además, dos de los procesados abrieron la puerta del conductor y lo golpearon con una piedra en la cara.

Los manifestantes también agredieron personas que intentaban calmar los ánimos, y algunos ciudadanos que se encontraban a su paso. Cinco peatones acabaron con lesiones, la mayoría después de ser empujados al suelo. Además se estropearon ciclomotores y turismos, y se rompieron puertas y escaparates de comercios. La terraza de un bar quedó literalmente «arrasada» ya que sufrió daños en un televisor, cinco letreros, seis sombrillas, catorce mesas y 33 sillas, entre otros. Medio centenar de negocios sufrieron daños y pérdidas derivadas de tener que bajar la persiana. Las estimaciones cifran el impacto en más de 52.000 euros.

Otros individuos rompieron los vehículos de los coches patrulla, les pincharon las ruedas y les tiraron piedras, incluso cuando había agentes dentro. En conjunto, quedaron estropeados una veintena de vehículos. Los daños se tasaron en 7.200 euros y las reparaciones subieron a 16.725 euros. El Ayuntamiento de Salou cifró los daños ocasionados en el mobiliario urbano y los gastos derivados de la limpieza del lugar en 9.056 euros. Además, los agentes municipales hicieron horas extraordinarias por un importe de 8.514 euros, que el consistorio también reclama.

Los incidentes obligaron a los Mossos a activar mecanismos de medicación con el colectivo senegalés, que exigía para desbloquear el corte ferroviario que se dejara sin efecto la detención de algunas personas que habían protagonizado disturbios. Incluso, el cónsul del Senegal fue «objeto de ataques tumultuarios por parte de aquellos con quienes hablaba». Los manifestantes acabaron la protesta cuando se les comunicó y demostraron la puesta en libertad de los arrestados hacia las nueve de la noche.

Posible acuerdo de conformidad

La fiscalía pide para cada uno de los catorce investigados seis años de prisión por un supuesto delito de desórdenes públicos con instrumentos peligrosos y actos de violencia peligrosos con motivo de una manifestación. Además, para algunos procesados pide penas adicionales de entre dos y cuatro años de prisión por varios delitos de atentado a los agentes de la autoridad, daños o lesiones con instrumento peligroso, entre otros. Dos procesados también se enfrentan a siete años de prisión porque les pillaron con dos cócteles molotov que habían preparado con dos botellas de vodka para atacar los agentes, pero que no llegaron a lanzar. Sin embargo, para doce de ellos el ministerio público plantea sustituirles la pena privativa de libertad por la expulsión del Estado durante nueve años.

En concepto de responsabilidad civil, la fiscalía pide que los procesados indemnicen solidariamente y conjuntamente la compañía ferroviaria, el Ayuntamiento de Salou, el conductor del vehículo funerario y su empresa, los agentes lesionados, las empresas de renting de los vehículos de los Mossos, empresarios de la zona y ciudadanos lesionados. La suma a pagar se enfila a los 170.000 euros.

El 19 de julio la Audiencia de Tarragona ha convocado las partes con el fin de someter los hechos a una posible conformidad que evitaría la apertura de juicio oral. En caso de que no haya acuerdo, la fiscalía ya ha planteado pedir que comparezcan unos 130 testigos entre los cuales hay policías, vecinos y comerciantes, entre otros. La compañía Renfe, el Ayuntamiento de Salou, el Abogado del Estado y la Letrada de la Generalitat, en representación del Departamento de Interior, figuran entre las partes personadas en la causa.

El consistorio se adhiere a las pretensiones de la fiscalía, pero subraya que los disturbios provocaron un daño «inquantificable» en la ciudad teniendo en cuenta que pasaron en «una época de máxima concurrencia turística». Por su parte, la Generalitat pide cinco años de prisión por delitos públicos agravados y cuatro años y medio por un delito de atentado a los agentes, además de una multa por los delitos leves de lesiones.

El caso por la muerte del mantero, archivado

Muere Sylla murió en el marco de un dispositivo de los Mossos d'Esquadra contra el top manta. El octubre pasado la Audiencia de Tarragona ratificó que el hombre se precipitó por el balcón de su casa cuando pretendía huir de los agentes y ratificó el archivamiento de la causa. El juzgado de instrucción ya consideró que la muerte era accidental y que no se podía atribuir a la acción de ningún efectivo policial.

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