Diari Més
Xavier Armengol

Candidato a la alcaldía de Vilallonga del Camp (Junts per Vilallonga)

«Presentamos un proyecto estimulante para Vilallonga a corto, medio y largo plazo»

Quien fue alcalde de Vilallonga del Camp entre el 2007 y 2015 aspira a recuperar el gobierno municipal con una lista renovada

Xavier Armengol, cabeza de lista de Junts per Vilallonga.

«Presentamos un proyecto estimulante para Vilallonga a corto, medio y largo plazo»Cristina Aguilar

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—¿Cuáles son los proyectos más relevantes de su programa de gobierno?

—De entrada, la finalización de la escuela. Cuando gobernábamos se planteó una ampliación. Conseguimos ejecutar la primera fase y la segunda se hizo durante este mandato. Ahora queda la última. Por otra parte, un proyecto que nos resulta muy estimulante es la remodelación integral de la plaza de la Pau. Es un punto estratégico por la proximidad de la escuela y también para la movilidad dentro del pueblo. Planteamos una remodelación que sirva para ordenar la circulación, pensándola muy bien, en función de las necesidades. El campo de fútbol también es un proyecto que nos anima. Ahora lo tenemos abandonado y lo queremos reconvertir en un espacio lúdico para las familias, que puedan ir a hacer barbacoas, con un campo de fútbol 7, circuitos de bicis para los pequeños, un parque canino y un skate parco. Con una voluntad similar queremos integrar el polideportivo con la zona verde del lado, para hacer un gran espacio para el deporte, incorporando alguna pista de pádel, un gimnasio municipal, un parque de salud y un rocódromo. Finalmente, en el aspecto urbanístico, queremos hacer acciones en la zona sur del pueblo para ampliar aceras, poner árboles, etc. En definitiva, hacerla más bonita y amable, porque hacía muchos años que no se hacía nada. Finalmente, también queremos prestar atención a los jóvenes, que reclaman instalaciones. Pensamos en un casal joven donde se puedan reunir.

—Plantean también la construcción de un polígono industrial. ¿Cómo será, este polígono?

—Es un proyecto importante, que previmos en el Plan general que aprobamos durante nuestro mandato. Será un polígono pequeño pero muy potente, y que nos planteamos salir adelante de manera muy seria, a fin de que se puedan implantar empresas y también generar nuevos puestos de trabajo. Buscaremos las colaboraciones necesarias para sacarlo adelante.

—¿Es alcanzable en cuatro años?

—Ciertamente es un programa muy extenso, si lo quisiéramos hacer todo tendríamos que hablar como mínimo de dos mandatos. Es la primera vez que un grupo político habla a corto, medio y largo plazo. Aunque hay cosas que sí que se pueden hacer en cuatro años, como la remodelación de la plaza de la Pau y la tercera fase de la escuela. Con respecto al polígono industrial, contamos con que al menos se puede dejar cerrada toda la fase administrativa y arrancarlo. El campo de fútbol seguramente lo tendremos que desarrollar por fases, pero miraremos también de sentar las bases y arrancarlo en la medida de lo posible. Lo mismo pasa con la zona deportiva y de ocio, y con la zona sur, donde habrá que plantear un proyecto que guste a los vecinos.

—Este programa prevé hacer muchas inversiones. ¿De qué manera cuentan tener la financiación necesaria?

—Administrando bien los impuestos. Estos cuatro años han hecho una subida enorme, y este incremento se ha destinado sobre todo al capítulo 1 de gastos, es decir, a personal del Ayuntamiento, cuando realmente no hace falta. Han pasado de 400.000 euros de gasto a casi 600.000, y aunque hay más gente, eso no se ha traducido en una mayor efectividad de la administración. El IBI ha subido en un 52% y el IAE en un 84%. Nosotros pensamos rebajarlo en un 10% anual los próximos cuatro años. También bonificaremos las tasas de la rústica con el fin de ayudar al sector de la avellana, que está sufriendo una crisis muy grave de precios. En segundo lugar, haremos una correcta gestión de las subvenciones. Durante este último gobierno Vilallonga ha perdido 600.000 euros en subvenciones que provenían tanto de la Generalitat como de la Diputación, porque no se han gestionado correctamente. Por otra parte, se renunció a una subvención del FEDER que habíamos iniciado nosotros, por un importe de 400.000 euros, porque el equipo de gobierno se vio incapaz de gestionarla. Es cierto que gestionar los fondos FEDER es muy complejo, pero eso no quiere decir que no se pueda hacer. De hecho, nosotros la sacamos adelante. El actual gobierno, en cambio, directamente renunció. Nos habían adjudicado un programa muy potente, Vivir en el pueblo , pero lo han dejado morir. Con el agravante que, como han renunciado, ha tenido que devolver una parte del dinero.

—¿Todo esto ha tenido repercusión en las cuentas municipales?

—El actual gobierno no ha seguido su propio plan de saneamiento de cuentas. En el 2017 habían planificado unos beneficios de 30.000 euros y tuvieron unas pérdidas de 400.000 euros. El pago a proveedores es de 181 días, cuando la media nacional es de 66 días, y la ley dice que tiene que ser de 30. Nosotros pagábamos a 35 días. En cuanto a los ingresos, la desviación ha sido de 695.000 euros, un 24%. Es decir, que uno de cada cuatro euros previstos no han llegado. En cuanto a los gastos por habitante, es de 950 euros. El 26% de estos gastos se destinan a sueldos. En paralelo, las inversiones han sido de 75 euros por habitante, un 8% del presupuesto. El año 2017, que el gobierno acaba de cerrar ahora, ha acabado con un remanente de tesorería de -400.000 euros. Y, si hubieran sido fieles a los números, habría sido el doble, pero se ha traspasado una parte al 2018. Estamos en mayo del 2019 y todavía no tenemos los números del 18. Pensamos que seguramente esconderán cuestiones sustanciales.

—Usted fue alcalde de Vilallonga en dos mandatos, entre el 2007 y en el 2015. ¿Qué balance hace, de aquella etapa?

—Cuando empecé nos encontrábamos en medio de una coyuntura económica muy complicada, pero salimos adelante muy bien. En el 2007 heredamos una situación económica catastrófica, y nos marchamos con la situación enderezada. Al final, pudimos presentar un balance de mandato muy positivo. Pusimos en marcha el Centro de las personas mayores, una obra que ahora está inacabada porque en estos cuatro años no se ha hecho nada más. La pista polideportiva de fútbol 7, el nuevo depósito de agua, la renovación del alumbrado del pueblo, dos parques infantiles, el consultorio médico, el archivo municipal, la biblioteca, la segunda fase del jardín de infancia y las dos primeras de la escuela. También hicimos dos parkings disuasivos, en una política que consideramos que se tenía que continuar, pero por la cual no se ha hecho nada. El actual gobierno ha perdido el tiempo. Tenían un trabajo iniciado que era muy potente, y no han sido capaces de articular nada.

—Hágame ahora un balance de estos años en que ha estado a la oposición.

—En el 2015 ganamos las elecciones pero no conseguimos formar gobierno. Pensamos que el gobierno que se articuló, de ERC con VPM, la marca blanca de los socialistas, nació mal, porque no era más que una joint venture para echarnos a nosotros, no para gobernar. Después se ha visto que este pacto era muy débil, porque el ayuntamiento ha retrocedido. Hoy día tenemos una administración deficiente. Las últimas cuentas presentadas a la Sindicatura son del 2016. Y se presentaron el año pasado. Por otra parte, se han puesto en marcha muy pocos proyectos, y los que se han puesto en marcha han encontrado muchas dificultades. Se ha querido cubrir la pista polideportiva y se tuvo que detener porque las obras incumplían la normativa y un vecino los denunció. Ahora el gobierno se encuentra en pleno proceso judicial y con muy malas perspectivas. El actual gobierno tiene once expedientes abiertos en el juzgado del contencioso, de los cuales cuatro están pendientes de resolución y dos han sido condenados a costas, por temeridad y mala fe. Es la primera vez en un ayuntamiento de la provincia. Tienen doce reclamaciones en la comisión de garantía del derecho a la información, siete de las cuales han sido estimadas. Y al juzgado de lo penal, cuatro diligencias previas abiertas y un juicio oral también abierto. Al final toda esta presión ha acabado por paralizar la gestión del gobierno. Administrativamente no están dando respuesta y un mandato que tendría que haber servido para consolidar todo el trabajo hecho hasta el 2015, ha sido fallido, fracasado y perdido.

—¿Qué previsiones tienen de cara a las elecciones del 26 de mayo, tanto con respecto a resultados como a posibles pactos?

—Nuestra primera opción es hacer un resultado que nos permita marcar camino. Sin embargo, somos conscientes de que con cinco listas, sacar mayoría absoluta es muy complicado. Por lo tanto, entendemos que a partir del 26 de abril habrá una segunda fase que tendremos que estudiar en función de los resultados. Es evidente que habrá que hacer pactos y, en este sentido, no ponemos ninguna condición previa, estamos abiertos a gobernar con todo el mundo, porque todos formamos parte de la misma comunidad y damos por hecho que todo el mundo se presenta para hacer lo mejor para el pueblo.

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