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Llenando vacíos de la memoria familiar

El Memorial Democràtic ha reconocido la figura de Ramon Gorga, fusilado en la Guerra Civil

Joan Gorga y su esposa Maria Montserrat Gené, revisando la documentación del abuelo.

Llenando vacíos de la memoria familiarGerard Martí

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Ramon Gorga Artigues era un campesino de Poboleda, que el año 1939, tenía mujer y dos hijos, Joan y Claudio, de 14 y 13 años respectivamente. Había tomado las armas con el bando republicano, y a menudo hacía tareas en el ayuntamiento del pueblo. Tenía poco más de cuarenta años cuándo, al principio de aquel año 1939, un pelotón de la Guardia Civil picó a la puerta de su casa. Lo acusaron de rebelión militar, lo detuvieron y se lo llevaron a la prisión de Falset. Después de pasar un par de días, Ramon Gorga fue a parar a la prisión provincial de Pilats, en Tarragona. «Lo pusieron en la sala 1, donde iban a parar los condenados a muerte. El día 13 de abril lo sentenciaron y el 6 de mayo lo fusilaron. No duró ni un mes», explica Joan Gorga, nieto de Ramon. Durante su estancia en prisión, el campesino de Poboleda escribió varias cartas a su mujer Maria. La última, que escribían los reos justo antes de ser ajusticiados, no llegó nunca al pueblo, «aunque sabemos que la escribió», asevera Joan.

Toda la documentación relativa a estos hechos –las cartas, las sentencias y varias fotografías– permanecieron guardadas durante décadas hasta que el nieto las encontró, una vez la abuela murió: «No sabíamos que el abuelo había sido fusilado, supongo que la abuela no nos lo explicó nunca para no remover los hechos». Después de la muerte de Ramon, Maria y sus dos hijos, desposeídos de su casa, se trasladaron a vivir a Reus, donde todavía viven las posteriores generaciones.

Lo primero que hizo Joan Gorga cuando conoció la historia fue tratar de encontrar los restos del abuelo. «Al principio nos pensamos que estaba en el Valle de los Caídos, pero después resultó que estaba en el Tanatorio de Tarragona. Allí tienen un registro de todas las personas fusiladas, y nos confirmaron que está allí, en una fosa común», dice.

Un acto de justicia

El año 2010 el Memorial Democràtic de la Generalitat de Catalunya emitió un documento de reconocimiento a Ramon Gorga Artigues Por su contribución a la causa de la libertad y la democracia durante la Guerra Civil y la dictadura franquista. Unos años más tarde, Joan y su esposa, Maria Montserrat, iniciaron los trámites para que, a través de la Ley de reparación jurídica de las víctimas del franquismo, fuera declarado ilegal el tribunal franquista que juzgó al abuelo y se anularan todas las causas que este dictó. Una gestión que dio sus frutos, y a día de hoy la figura de Ramon Gorga Artigues ha sido restituida.

Con respecto a los informes, cartas y fotografías recuperados de casa de la abuela, Joan explica que, por su valor documental, tienen en mente hacer entrega a algún archivo local a fin de que puedan ser conservados. Su experiencia, añade, puede servir para animar a otras familias que perdieron padres o abuelos durante la guerra a hacer lo mismo. «Si no lo hubieran matado, quizás lo habríamos podido conocer. Perdimos a un abuelo», concluye.

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