«Creo que hemos hecho una buena gestión y estamos ante una reválida»

—¿Qué tiene pensado si repite como alcalde de Altafulla?

—Espero ser alcalde. Creo que hemos hecho una buena gestión en los últimos ocho años y estamos ante una reválida. Tenemos la esperanza de ganar para hacer más cosas y mejor. Nuestro programa se basa en honestidad, gestión y en no engañar a la gente. Lo más importante es que todo el mundo sea igual ante la administración y que no prometamos cosas que no podamos cumplir. Nosotros no podemos poner a más médicos, más comadronas, más maestras... Eso le toca a otro. Lo que tenemos que conseguir es que las condiciones y los servicios de nuestra población sean los mejores posibles. Tenemos que pensar que mucha gente joven quiere venir a vivir en Altafulla por sus servicios y su calidad de vida, que son inmejorables.

—¿Y si no es alcalde?

—Mi puerta giratoria es el diario Sport. Volveré a mi trabajo, que me gusta mucho.

—¿No se quedaría en la oposición?

—No. En la vida uno tiene que saber retirarse. Si la gente no quiere que yo sea alcalde, no pasa nada. Volveré a mi trabajo.

—¿Tiene prevista alguna inversión de cara a los próximos cuatro años?

—Tenemos un presupuesto de unos ocho millones y la mitad va a sueldos. Casi gastamos un millón en limpieza... No podemos engañar. Tenemos posibilidades de inversión, pero lo que es evidente es que tenemos déficit cero y que podemos impulsar porque tenemos crédito. Nos gustaría recuperar el antiguo hospital para el pueblo, también nos gustaría hacer inversiones en la Vila Closa, arreglar la ronda... Esta última actuación, por ejemplo, costaría unos dos millones de euros.

—¿Con quién pactaría y con quién no?

—Soy una persona muy dialogante. Pactaría con cualquiera, siempre y cuando estuviera dentro de los valores democráticos. Cuando las cosas son de sentido común, gente del PP, de Cs, del PDeCAT, del PSOE o de ERC se pueden poner de acuerdo.

—¿Cree que puede mejorar el transporte en el municipio?

—Yo seguiré presionando, pero es cosa del Congreso de los Diputados. Hay cosas que toca hacerlas allí y otros que también son competencia de la Generalitat.

—¿Cree que la solución que se ha buscado a la rotonda de la salida de Torredembarra es la adecuada?

—No me gusta, pero se ha demostrado que es funcional. A nadie le gusta hacer dos kilómetros más, pero los técnicos de Fomento, junto con Trànsit de la Generalitat vieron que era la mejor solución para evitar las colas sobre todo en verano y los domingos. La solución es el desdoblamiento de la N-340 a su paso por Altafulla, que conseguimos conmigo en el Congreso.

—A nivel turístico, ¿opina que a Altafulla le falta crecer?

—Altafulla ha notado menos la crisis y, gracias a nuestra oferta, se ha mantenido bien como destino turístico.

—Ha conseguido poner en el mapa Altafulla con el triatlón.

—Soy un poco atrevido. Veíamos el deporte como una oportunidad en un momento de crisis. Falló otra población a la hora de organizar el triatlón para los Juegos Mediterráneos y acabamos consiguiendo la mejor prueba.

—Hablando de los Juegos, ¿qué le parecieron?

—A nivel deportivo, muy bien. No hemos sabido valorar lo que han sido. Hay gente que ha querido utilizar los Juegos políticamente para desgastar a unos y a otros. Jugar con el orgullo, con los valores que tiene un territorio como Tarragona e infravalorar todo lo que se consiguió es triste. Tarragona 2018 es un antes y un después.

—¿Cree que un alcalde y un ayuntamiento tienen que tomar partida en el proceso?

—Hay dos fórmulas. Una es a nivel personal y, la otra, la institución. La institución forma parte del Estado. Los ayuntamientos omos Estado. Si no fuera alcalde, tendría una posición, pero siendo alcalde tengo que respetar las decisiones constitucionales. Los municipios tienen que defender la democracia, pero, sobre todo, defender la ley.