Diari Més

Seis años esperando un piso adaptado para una niña con movilidad reducida

Tiene ocho años y tiene que subir las escaleras a cuatro patas mientras su madre carga la silla

Haizea subiendo las escaleras en una imagen cedida por su madre.

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La vecina de Constantí Verónica Villar hace seis años que espera un piso adaptado donde ir a vivir con su hija, que tiene graves problemas de movilidad. Haizea tiene ocho años y un grado de discapacidad del 83%. Tiene que subir las escaleras cada día a cuatro patas hasta el segundo piso, ya que su madre tiene que cargar con la silla de ruedas porque, después de que la hayan destrozado hasta tres ocasiones, ya no la puede dejar en el portal como hacía hasta ahora.

Haizea nació con agenesia del cuerpo calloso, una enfermedad rara. Aunque puede andar, lo hace con muchas dificultades y necesita desplazarse en silla de ruedas. Su madre y ella viven en la calle de los Horts, en el número 20, en una de las conocidas como 600 viviendas de Constantí. Mientras ha sido un bebé, subir hasta el segundo piso, donde viven, no era problema. Hasta hace muy poco, Verónica Villar dejaba la silla en el portal y cargaba con Haizea hasta el segundo piso, ya que el edificio no tiene ascensor. «Pero ahora la niña tiene ocho años y no puedo cargar con ella y la silla al mismo tiempo. La destrozaron, robaron piezas y han estropeado las ruedas, la última vez fue en enero», explica la madre. «No digo que el Ayuntamiento o Servicios Sociales no hagan nada, me han ayudado, pero hace mucho tiempo que espero. Me encuentro en lista de espera por un piso adaptado, pero parece que no hay ninguno en el municipio», añade. Vive de alquiler y el mes de mayo tendrá que abandonar el piso porque ha dejado de pagarlo.

«Sólo necesitamos un sitio donde mi hija no tenga que subir los peldaños a cuatro patas, un alquiler social o una vivienda de protección, si no está en Constantí, en cualquier otro municipio. Hace mucho tiempo que espero y parece que se tiran la pelota los unos a los otros», dice la mujer.

Haizea tiene una vida activa. Tres días a la semana va a clases al colegio en Constantí y va al Centro de Parálisis Cerebral la Muntanyeta dos días a la semana.

La impaciencia de Verònica Villar la ha llevado a compartir un vídeo a las redes de la niña subiendo las escaleras pidiendo ayuda.

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