El CAT pide un ajuste de la concesión a la CHE porque industria y ayuntamientos gastan menos agua del Ebro

El Consorci d'Aigües de Tarragona (CAT) ha pedido un ajuste de la actual concesión del minitrasvase a la Confederació Hidrogràfica de l'Ebre (CHE) ante la reducción de los consumos y las dotaciones, sobre todo de la industria y los ayuntamientos. La petición es para pasar de los 100,27 hectómetros cúbicos anuales a 94,71. Las empresas industriales del Camp de Tarragona consumieron el año pasado un 15% más de agua reutilizada de las depuradoras de Vila-seca y Tarragona y se redujo un 14,43% la suministrada por el CAT. Por otra parte, el Consorci negocia con la CHE que los pueblos ebrenses de la cuenca dejen de pagar el canon del agua. También se pondrá en marcha este año, entre otros, el proyecto para hacer llegar agua del Ebro a diez municipios de la Conca de Barberà, una actuación que aparca el polémico pacto de Rialb.

El año pasado se consumió un 5,80% menos de agua del minitrasvase del Ebre en el Camp de Tarragona. Los ayuntamientos han mantenido un consumo similar a 2017, de 45,17 hectómetros cúbicos, pero la reducción se debe sobre todo a la bajada de agua suministrada a la industria por parte del Consorci d'Aigües de Tarragona. De 30,64 hectómetros cúbicos se ha pasado a 26,22, un 14,43% menos que hace dos años.

Esta diferencia las empresas industriales del Camp de Tarragona la han suplido con el consumo de 4,72 hectómetros cúbicos de agua reutilizada, proveniente de las estaciones depuradoras de Vila-seca y Tarragona. «Genera una gestión más eficiente para reducir el consumo», ha destacado a la presidenta del CAT, Meritxell Roigé. El modelo se tiene que ir extendiendo pero requiere de las inversiones de las empresas. «El objetivo es que cada vez haya más reutilización que permita reducir el agua que se capta directamente desde el río», ha añadido Roigé.

En estos datos se sustenta la petición en la CHE para reducir la concesión del minitrasvase a 94,72 hectómetros cúbicos anuales. Se la segunda reducción que se pide después de que en el 2015 ya se pasara de 120 hectómetros cúbicos en 100. La Confederación emitirá el informe pertinente que resolverá el Ministerio de Medio Ambiente.

Como ha adelantado Roigé, también se ha solicitado en la CHE que los pueblos de las Terres de l'Ebre que forman parte de la cuenca del río estén exentos de pagar el canon del agua. «Es de justicia y tendría que llevarse a cabo», ha defendido a la presidenta del CAT. «Parece que lo otorgarán pero no se puede dar por hecho porque todavía se está tramitando», ha añadido.

Los barros retornarán al Delta

Uno de los proyectos que «il·lusion» la nueva presidenta del CAT, y que se empezará a desarrollar en el 2020, es la ejecución de los resultados del proyecto Life Ebre-ADMICLIM. Los barros que se generan en la planta del CAT de l'Ampolla (Baix Ebre), que resultan de la gestión del agua cruda captada del río, podrán volver al delta del Ebro, una vez tratados, a través de los canales de riego. «Permitirá que los limos que gestionamos se deriven y lleguen como sedimentos en el Delta. Es un gesto pequeño y mínimo pero es nuestra aportación en términos ambientales, nuestro grano de arena para la mitigación de los efectos de cambio climático en el delta del Ebro y su regresión», ha destacado Roigé. También el director-gerente del CAT, Josep Xavier Pujol, ha destacado que se trata de una «pequeña contribución» que resulta «limpia y positiva» para el retorno de los sedimentos. «Devolvemos al medio lo que es del medio», ha dicho.

Balance de 2018

El CAT sigue desplegando hasta 17 sensores multiparamétricos en la red de distribución del Consorcio, un proyecto con un presupuesto de 250.000 euros que culminará en el 2020. Los sensores miden la conductividad, la temperatura, la turbiedad y otros índice de calidad del agua y permiten detectar a tiempo real cualquier incidencia en la red.

También se sigue renovando la flota de una cuarentena de vehículos del CAT para que el 2021 sean todos de motor eléctrico o híbrido. El año pasado se incorporaron dos coches y cuatro furgonetas, con un presupuesto de 51.500 euros. Pujol ha destacado que se evita así la emisión anual de 20 toneladas de dióxido de carbono. La estación de Tratamiento de Agua Potable y el punto de captación de Campredó tienen ya instalaciones para cargar los vehículos. A largo plazo se instalará también en las estaciones de bombeo del Vendrell, Calafell y Valls.

Durante el 2018, el CAT ha renovado la página web, con un portal de transparencia y datos diarios matinales de la calidad del agua, y quiere hacer difusión de sus instalaciones duplicando el número de visitas que se harán este año a las instalaciones de l'Ampolla. La previsión se recibir a unos 2.100 visitantes, sobre todo estudiantes.

Aigua de l'Ebre per la Conca de Barberà

Uno de los principales proyectos que se pondrá en marcha este año es el de la Conca de Barberà, para hacer llegar agua del Ebro a diez municipios de esta comarca con graves problemas de abastecimiento de agua de boca. Actualmente se están redactando los estudios. Esta actuación entierra el polémico Pacto de Rialb y el trasvase de agua del Segre, a través del canal de riego Segarra-Garrigues, hacia las comarcas tarraconenses, una propuesta que fue duramente criticada por|para la Plataforma en defensa del Ebro (PDE).

Otros proyectos para 2019

En julio, el Consorci d'Aigües de Tarragona conmemora 30 años de suministro de agua desde el Ebro a Tarragona y ha puesto en marcha un estudio, encargado a la Fundació Universitat Rovira i Virgili, para conocer el impacto económico del CAT desde 1989. Los resultados se presentarán en otoño.

Entre las inversiones de 9,3 millones de euros previstas para 2018 y 2019, se hará este año la construcción del depósito regulador en la zona del Coto del Rei, en el Vendrell, se iniciarán las obras para reconectar a la red l'Espluga de Francolí, que uno se ha vuelto a consorciar durante el 2018, se hará un nuevo ramal de suministro la zona playa de Mont-roig del Camp, y se reestructurará la red de abastecimiento en la Selva del CAT.