Demasiado paro, demasiados contratos temporales y menos exportaciones en el tercer trimestre del año en Tarragona

La economía de Tarragona crece en la misma dinámica que el conjunto del Estado y de Cataluña, pero tiene dificultades de creación de empleo, un nivel de paro demasiado alto y una ocupación temporal muy elevada en el tercer trimestre del año. Además, las exportaciones también han disminuido, con tasa interanual, mientras que en la economía española y catalana crecen. Estas son las principales conclusiones del informe de coyuntura de la Universitat Rovira i Virgili que se han presentado este martes a la Cambra de Comercç de Tarragona. Con todo, teniendo en cuenta que el crecimiento se puede moderar en el último trimestre, el informe considera que la economía del Camp de Tarragona y las Terres de l'Ebre está funcionando a buen ritmo, con un crecimiento de PIB cerca del 20% los últimos cinco años. «Eso da cierto optimismo», ha apuntado a Joaquim Margalef, del grupo de investigación de industria y territorio de la URV.

Para Margalef, hay «ciertas contradicciones» en el crecimiento de la economía tarraconense en el tercer trimestre del año: la dificultad de creación de puestos de trabajo, una tasa de paro demasiado alta -13,92%, con respecto al 10,63% de Cataluña y medio punto en datos interanuales- y una ocupación temporal que resulta muy elevado y con tendencia a disminuir el tiempo de trabajo. Además, «como colofón», la economía tarraconense sufre una disminución de exportaciones con tasa interanual, sin perder de vista que el año anterior creció mucho. Así, mientras que en Cataluña las exportaciones crecen sobre el 3% y en España un 4%, en Tarragona disminuyen un 3,7%.

Aunque el informe no ha estudiado al detalle a qué se debe la bajada de exportaciones en la demarcación, se apunta que en la zona son «muy dependientes de la química y la petroquímica». «Puede ser que hayan frenado las importaciones de petróleo, que las petroquímicas hayan tenido una orientación superior hacia el mercado interior o que hayan bajado los niveles de producción», ha detallado Margalef, que ha dicho que las medias y pequeñas empresas exportadoras siguen haciendo su actividad al mismo ritmo.

Por lo que hace al paro, el informe señala que se contrata menos y que hay una temporalidad muy fuerte en la estructura productiva del Camp de Tarragona y Terres de l'Ebre. Así, el sector terciario es uno de los motores de contratación, con el turismo o el comercio. Por otra parte, el sector industrial es el que mantiene la ocupación más estable. También sigue estos parámetros la agricultura, que en la demarcación supera al 5% de población activa ocupada, mientras que la media está por debajo del 2%. «La agricultura es el refugio de ocupación cuando no hay en otros sectores productivos», ha anotado Margalef.

La contratación temporal es muy alta en la demarcación de Tarragona y la duración se ha acortado. Así, un contrato de entre uno y tres meses de duración representa el 50% del conjunto de la contratación laboral en la zona. Con respecto a la distribución comarcal del nuevo empleo, se han creado puestos de trabajo en todas las comarcas pero las tasas de Seguridad Social son inferiores a la media catalana. La mayor parte del nuevo empleo asalariado se ha creado en empresas grandes. Así, las compañías de más de 50 trabajadores han representado el 66% del total.

El informe también se detiene a analizar la vivienda. Mientras que en el país por cada casa acabada se inician 2,29, al conjunto de la demarcación esta cifra es de 0,57. Según los autores del estudio, se han acabado muchas viviendas que se quedaron inacabadas al inicio de década, con la crisis, y eso ha prolongado el plazo de producción. En cifras globales, entre el 2013 y el tercer trimestre del 2018, en Tarragona se iniciaron 2.072 viviendas y se acabaron 3.687. En Cataluña se iniciaron 43.606 y se acabaron 33.718.

Con respecto al indicador de los precios de consumo en variación interanual, aumenta más rápidamente en Tarragona que en el Estado o en Cataluña, especialmente en vivienda de alquiler –porque se tiene en consideración las viviendas de la zona de la costa- y de transporte. Finalmente, el montante de crédito vive desde el 2014 y hasta mediados de este año ha disminuido en 4.225 millones de euros, una cifra que equivale al 20% del PIB de la zona. Por otra parte, los depósitos también han bajado unos 1.200 millones de euros.