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La fiscalía eleva hasta los 23 años de prisión la petición de pena para el asesino confeso de la Pobla

Francisco Javier Mora sostiene que el día del crimen había consumido drogas y alcohol

El acusado de matar a su mujer en la Pobla de Mafumet, durante el juicio que se celebra en la Audiencia de Tarragona.

La fiscalía eleva hasta los 23 años de prisión la petición de pena para el asesino confeso de la PoblaACN

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El asesino confeso de su mujer en la Pobla de Mafumet el año 2016 ha asegurado este jueves en la Audiencia de Tarragona que el día del crimen consumió una gran cantidad de alcohol y drogas. Muy emocionado, Francisco Javier Mora ha relatado que los estupefacientes le produjeron «paranoia» y una sensación muy extraña, y ha asegurado que no recuerda nada más. El procesado ha admitido que posiblemente discutió con la mujer porque quería más droga y dinero. En las conclusiones definitivas, la fiscalía ha elevado su petición hasta los 23 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, mientras que las acusaciones han mantenido la petición de 25 años. La defensa ha pedido 7,5 años de prisión por homicidio.

El procesado, que sólo ha respondido las preguntas de su abogado, ha relatado ante el jurado popular el qué hizo durante las horas previas al crimen, el 17 de diciembre del 2016. El hombre se ha mostrado visiblemente emocionado en varios momentos de su intervención. Según ha explicado, durante la mañana estuvo trabajando y después fue a comprar «unos ocho o diez gramos de cocaína por las fiestas de Navidad». A continuación, ha añadido que fue a comer con su mujer en un restaurante y que más tarde compraron alimentos y bebidas alcohólicas en un supermercado, también de cara a las comidas familiares de las fiestas.

Francisco Javier Mora ha añadido que, al llegar a casa, se fue a la buhardilla con una botella de güisqui «del más barato», una bolsa de hielo, la cocaína que había comprado y varias pastillas. Según el procesado, allí se«enredó» y acabó ingiriendo casi toda la botella de alcohol -según ha dicho, sólo dejó cuatro dedos. También ha asegurado que consumió unos ocho gramos de cocaína y que la droga le provocó «sudores, paranoia y una sensación muy extraña que no había sentido nunca».

Ante esta situación, el procesado ha justificado que tomó media docena de pastillas para dormir «para contrarrestar la taquicardia» y que bajó al piso «endemoniado, muy alterado y muy mal». Sobre los hechos que pasaron a continuación, Mora ha evitado dar detalles del crimen y se ha limitado a decir que no recuerda nada más. Preguntado por su abogado, el hombre ha admitido que, posiblemente, discutió con su mujer porque quería dinero para comprar más droga.

El interrogatorio lo ha llevado a explicar por qué se desplazó al día siguiente por la mañana a la comisaría de los Mossos de Campclar. Según ha relatado, se levantó «con el cuerpo muy pesado por la reacción de las pastillas y, cuando vio «que alguna cosa no había hecho bien», decidió coger el coche y sacar a la hija de la mujer -menor de edad- del piso «para que no viera a su madre muerta». Mora ha explicado que llegó a la comisaría con «sensación de miedo» y que dijo a los mossos «creo que he matado a mi mujer», por lo cual fue detenido.

Las conclusiones de las partes

En el turno de las conclusiones, el ministerio fiscal ha introducido alguna modificación en el relato de los hechos. Según el fiscal, el 17 de diciembre del 2016, entre las nueve de la noche y dos cuartos de una de la madrugada, el acusado, «aprovechando que la mujer se encontraba en el lavabo desprevenida, de espaldas y actuando con intención de matar», le propinó una veintena de cuchilladas «con la intención de aumentar su dolor». Según el ministerio público, los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento, por los cuales pide 23 años de prisión -dos años más de los que solicitaba en las conclusiones provisionales.

Por su parte, las acusaciones particulares han mantenido la petición de 25 años de prisión por asesinato, mientras que la defensa ha argumentado que habría que imponerle una pena de siete años y medio de prisión por un delito de homicidio, con los atenuantes de adición grave en sustancias estupefacientes y de confesión. Según su letrado, en el momento de los hechos el procesado tenía sus facultades volitivas «afectadas» por el consumo de grandes cantidades de cocaína.

Está previsto que martes el magistrado de la sección segunda de la Audiencia de Tarragona entregue el objeto del veredicto al jurado popular para que empiece a deliberar.

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