Diari Més

Prevén una campaña con menos producción de avellana por las condiciones meteorológicas adversas

Las ventoleras de marzo hicieron caer brote y las altas temperaturas de la ola de calor han quemado ramas exteriores

Imagen de un campo de avellanos con las hojas caídas.

Unió de Pagesos prevé un 50% de pérdidas en la cosecha de avellana en el Camp de TarragonaCedida

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Pocos días antes de empezar la campaña de la avellana, los campesinos prevén que habrá menos producción que el año pasado y se rondarán las 8.000 toneladas. Desde Unió de Pagesos, el responsable de la fruta seca, Rafel Español, ha explicado que «las inclemencias del tiempo» hacen esperar menos cosecha que en la temporada pasada, cuando tampoco se alcanzaron grandes cifras. Las ventoleras de marzo son las principales culpables, ya que hicieron caer el brote, donde tiene que salir la avellana. Aparte, después de la primavera se han registrado pocas lluvias, y la ola de calor ha sometido los árboles a temperaturas extremas que han quemado las ramas exteriores de los avellanos. Según Español, eso hará peligrar las ramas afectadas por el golpe de calor: «en invierno habrá muchas ramas muertas y el árbol, en lugar de hacerse grande, se hará pequeño, y habrá menos cosecha», ha augurado. Con todo, serán los campos de secano, minoritarios, los que registrarán más daños. En cambio, la avellana no se ha tenido que ver afectada por los 40 grados que ha aguantado durante los últimos días.

Español ha apuntado que los avellanos soportan bien las ventoleras de entre diciembre y enero, pero que a partir de marzo los empiezan a jugar en contra porque es cuando el árbol empieza a estar brotado. Una fuerte ventolera el 31 de marzo provocó daños graves en los cultivos de fruta seca, especialmente en los de avellanos del Alt Camp, Baix Camp y Tarragonès, donde ya habían brotado los árboles más tempranos, las variedades italianas y la variedad gironell. El sindicato agrario calculó que la afectación podía ser del 50% de la cosecha.

«Hizo mucho de daño», admite Español, que explica que a partir de entonces los árboles quedaron «muy estrujados». Después de las ventoleras, hubo lluvias que ayudaron los avellanos, pero a partir de Sant Joan se ha registrado un tiempo «totalmente seco», seguido de «temperaturas extremas» que han hecho daño a los árboles. «Entre una cosa y la otra, contamos con que la cosecha será más corta que la que hubo este año pasado, y eso que aquella tampoco fue ninguna cosecha del otro mundo», señala.

Los árboles han tenido que soportar un verano de mucho calor, con «la traca final» de los primeros días de agosto, con temperaturas que han rondado los 40 grados durante el día y que por la noche no han bajado de los 30 o 32 grados, cuándo la media es de 25 grados. «Las personas notamos los golpes de calor y buscamos sombra, pero el árbol no, lo tiene que aguantar y le cae encima», lamenta el responsable de fruta seca de Unió de Pagesos, que explica que los avellanos con riego de soporte no se han quemado tanto como lo han podido hacer los de secano. La mayoría de campos de Tarragona –aproximadamente, un 90%- dispone de riego.

Con un solo vistazo en un campo de avellanos se aprecia que las ramas exteriores han adquirido un tono marronáceo. «Eso querrá decir que en invierno habrá ramas que, del choque|shock de calor, morirán y se tendrán que sacar, y perderemos rama», ha explicado Español, que cree que estos daños se verán más en los campos donde no disponen de sistemas de riego porque «el verano ya ha sido fuerte, no han podido regar y tampoco» ha «llovido». En cambio, las hojas que han quedado más protegidas por el mismo árbol lucen verdes.

La ola de calor no ha afectado al fruto, según Unió de Pagesos, porque la avellana ya estaba prácticamente hecha. «Si hubiéramos tenido la ola de calor a principios de julio, habría sido peor, porque es cuando se empieza a formar la avellana, y habrían podido quedar paradas». «Ahora el fruto ya estaba hecho y sólo le faltaba maduración. Con más agua, quizás habrá madurado más rápidamente y, en lugar de caer a partir del 15 de agosto, empezarán a caer ahora las más tempranas», ha detallado Español, resumiendo que podría ser que se avanzara la caída del fruto. Ahora pocos días de empezar la cosecha, los campesinos del Campo de Tarragona, donde hay 9.000 hectáreas de avellanos, sólo esperan que las lluvias no se reconviertan en granizadas que puedan hacer daño.

Pendientes del precio de la avellana

Los campesinos iniciarán de nuevo la campaña a la expectativa del precio de la avellana, aunque las perspectivas apuntan que tampoco será muy elevado. El año pasado se cerró en 1,45 la libra. «Así no se cubren gastos», ha lamentado Español, que ha insistido en que «el problema es que Turquía –productor del 80% de avellana- tiene una moneda mucho devaluada» y este tipo de fruta seca cuesta tres veces menos que el precio de aquí, al hacer el cambio. «Para que el campesino se pueda mantener haría falta que estuviera a unos 2 euros la libra», ha detallado Español, que apunta que el último año que estuvo sobre este precio fue el 2016, con unos 2-2,20 euros la libra.

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