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Los cuadros del alcoverenc Jordi Isern emocionan a una invidente japonesa

El artista expuso del 29 de junio al 2 de julio 38 cuadras de paisajes del Campo de Tarragona en Tokio en su séptimo viaje al país nipón

L'artista Jordi Isern pintant durant la trobada amb una escola d'art de discapacitats japonesa.

Los cuadros del alcoverenc Jordi Isern emocionan a una invidente japonesaCedida

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Los paisajes catalanes y, sobre todo, del Campo de Tarragona han llegado, de nuevo, al Japón de la mano de los cuadros realistas que pinta esmeradamente el artista alcoverenc Jordi Isern. La muestra tuvo lugar en Tokio del 29 de junio al 2 de julio, con un total de 38 piezas.

Isern siempre destaca la gran curiosidad de los japoneses y su espiritualidad. «Se emocionan mucho e, incluso, lloran ante los cuadros», dice. Pero en esta ocasión, el fenómeno ha traspasado cualquier expectativa y una mujer invidente compró un cuadro, «un hecho que no se me había pasado nunca», explica. «Fue increíble», dice el pintor, que recuerda que la mujer llegó a la galería acompañada de una voluntaria que le explicó cuadro por cuadro, a lo largo de una hora. «Se marchó y, por la tarde, devolvió con la decisión de comprar un cuadro en concreto porque decía que le había transmitido muchas emociones», narra Isern. La obra es una pintura del lago de Banyoles a la primavera con un desmayo en primer plano. «Decía que había tocado físicamente el cuadro y que había notado su energía e, incluso, el olor del lugar. Es difícil de explicar qué se oye cuando una persona invidente te dice una cosa tan extraordinaria como esta,» asegura a Isern.

Esta ha sido la séptima ocasión en la cual el artista ha expuesto en el país nipón, pero la primera vez que hacía parada en Tokio, «una ciudad donde es muy complicado hacer cualquier acto cultural por la gran demanda que hay», explica Isern, quien recuerda la especial ilusión que le ha hecho el viaje: «Hacía tiempo que tenía ganas».

El pintor llegó a la ciudad el 29 de junio y empezó su estancia con una visita a una escuela de arte para discapacidades. «Son muy responsables y disciplinados. Los jóvenes –de entre 10 y 15 años– hicieron muchas preguntas y, ante cualquier pequeño truco que los explicaba, como por ejemplo, dar sombras, lo captaban muy rápido y la ponían seguidamente en la práctica», narra Jordi Isern, que asegura que son «niños y niñas muy agradecidos» y que fue una «experiencia muy enriquecedora».

El mismo viernes lo recibió uno de los 23 alcaldes que tiene la ciudad (uno por barrio) y, concretamente, el de Shinjuku-ku. Durante el encuentro, el artista entregó al alcalde un libro y un cuadro pintado expresamente por la ocasión. «Hablamos de temas personales, artísticos y también económicos. Fueron muy atentos», señala el artista. A continuación, fue el momento de la inauguración institucional de la exposición y, el sábado, se abrieron las puertas a todos los públicos, hasta el lunes, 2 de julio. Tal como destaca Jordi Isern, en Japón, el arte siempre tiene un cariz benéfico, por lo cual, parte de los beneficios de la venta de los cuadros –todos ellos, sobre todo, de paisajes del Campo de Tarragona, Olot y Tenerife- serán destinados a la escuela de arte para discapacidades que el pintor visitó el primer día de su estancia.

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