Diari Més

Las obras de la avenida Barcelona de Miami Playa pasan factura a los negocios

Nadie duda de que la transformación de la antigua N-340 en una rambla será una gran mejora pero, este verano, la mayoría cree perdida la temporada

Se trabaja en un tramo de casi un kilómetro para convertir la antigua N-340 en una rambla que dará prioridad a los peatones y a las zonas verdes.

Las obras de la avenida Barcelona de Miami Playa pasan factura a los negociosOlívia Molet

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«Hemos perdido un 60% de caja en comparación con otros años. La temporada está perdida, estamos indignados. Hemos contratado personal, como cada verano, y aquí estamos, mirándonos los unos a los otros. Eso es la ruina», dice Carmen Ortiz, empleada de la Brasseria Novoast de Miami Playa desde hace treinta años.

Las quejas de Ortiz son comunes entre buena parte de los negocios ubicados en el tramo en obras de la avenida Barcelona. La transformación de la antigua N-340 en una rambla urbana con prioridad para los peatones y con zonas ajardinadas está en marcha y los trabajos no se detendrán este verano porque es necesario que estén acabados el 31 de diciembre. Es el requisito para que la Generalitat pague la mitad del presupuesto (4.495.188,93 euros), ya que es un proyecto incluido en el Plan de Barrios de La Florida. La mayoría de empresarios confía en el hecho de que el cambio de imagen será beneficioso para todos, pero, mientras tanto, la avenida Barcelona presenta un panorama desolador. Cerrada al tráfico, según algunos comerciantes, acercarse a los negocios es imposible y transitar por la zona ocurre una odisea. Las vallas separan las aceras del pavimento, donde trabajan los operarios con las máquinas, pero no evitan que el polvo entre en los establecimientos.

«Estamos haciendo cajas ridículas. La gente no llega, se desvía, no entran aquí. Ha sido todo un poco obligado, se nos ha informado, no se nos ha consultado. Para hacer una plaza en Mont-roig pueblo, se consultó a los vecinos. Aquí no lo han hecho. Perderemos mucho dinero», dice el propietario de otro negocio que prefiere mantenerse en el anonimato porque, como dice, «eso es un pueblo y, si te quejas, encima, te critican». Este empresario pone en cuestión los supuestos beneficios del proyecto.

Jun Lin es propietario de un bazar chino. Hace 23 años que trabaja en Miami Platja. No tiene problema a reconocer que las obras están pasando factura a su negocio. «Los coches no pueden circular. Algunos clientes del camping me llaman, les digo por donde tienen que ir, pero finalmente no vienen. Hay ruido y polvo, sobre todo a la hora de recoger, todos los artículos de fuera están sucios. Perdemos dinero», afirma. Todos los empresarios encuestados por Diari Més coinciden en decir que la temporada turística en Miami Platja dura escasos dos meses. Es el tiempo en que muchos aprovechan para hacer caja. El proyecto está muy bien, pero no para ejecutarlo en verano. Estamos esperando que llegue la temporada y las obras tendrían que haber empezado mucho antes, por no encontrarnos con este panorama», se queja Macrina Navarrete Muñoz, de Pollos Isabel. Su negocio es de venta de pollos asados. Cuando Diari Més recogió la opinión de Macrina, esta se mostraba muy preocupada sobre cómo afrontaría las colas del fin de semana en la estrecha acera que ha quedado entre su negocio y la valla de las obras. «Yo abro la persiana y sirvo a la gente, pero te encuentras polos, ruido. Peor no se podía hacer. Y no sé qué haré si se acumula mucha gente. Se tendrían que haber recogido las necesidades de los empresarios antes de empezar», se lamenta.

Confianza en el resultado

No todo el mundo ve un perjuicio en la ejecución de los trabajos durante el verano. Otro empresario de la avenida alaba la tarea que llevan a cabo los operarios. «Trabajan deprisa y bien. No tengo queja. Al contrario, el bar se llena de personas que vienen a ver las obras, eso está lleno de ingenieros. Es cierto que tendrían que haber empezado muy antes», asegura. Sisco Julvé, de Deportes Mañé, destaca también el trabajo de la empresa adjudicataria. «Es muy seria y tienen buenos trabajadores. Es cierto que es un perjuicio por el comercio, que las obras sean durante el verano es un problema y nos está afectando. Pero el proyecto hacía falta, Miami Platja necesitaba un cambio urgentemente y es una inversión a largo plazo. En el futuro nos beneficiaremos», dice Julvé. Añade que confía plenamente en que el desmantelamiento de la vía del tren y, en el futuro, el arreglo de la fachada marítima acaben de dar el giro definitivo a Miami Platja. «Quizás, con el cambio de imagen, se conseguirá que abran los locales que a estas alturas están vacíos. Creemos que el valor de las viviendas de la zona también aumentará», añade Julvé.

Recreació de com serà el resultat final de l'obra.

Las obras de la avenida Barcelona de Miami Playa pasan factura a los negociosAjuntament de Mont-roig

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