Diari Més

«Los jugadores 'esprintaron' porque había una serpiente en el campo»

Oriol Mohedano vive en Camboya, donde entrena en el Camboya Tigers FC

Oriol Mohedano, en el banquillo.

«Los jugadores 'esprintaron' porque había una serpiente en el campo»Cedida

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—¿Cómo ha sido su trayectoria profesional hasta ahora?

—Me formé y apliqué como entrenador en el Roda de Barà y, posteriormente, en el Nàstic, donde tuve el placer de trabajar con Javi Robles. Después, me decidí por la movilidad como método de evolución profesional, primero viviendo una temporada en Ginebra (Suiza), partiendo la temporada siguiente en Finlandia (donde he vivido dos etapas y clubs diferentes, donde destaco la temporada pasada en el SJK, equipo de máximo nivel del país). Actualmente, me encuentro en el sudeste àsiatic (Camboya) donde ya viví unos meses anteriormente.

—¿Qué motivos le llevaron a marcharse de casa para ir a vivir en el extranjero?

—Vivir tantas experiencias en varios lugares del mundo también me ha generado mucha más facilidad para adaptarme rápidamente y a aprender nuevos idiomas. Los motivos son puramente laborales pero pienso que también se tiene que vivir muy intensamente y pasárselo bien. Fuera estamos mejor valorados, al menos en el sector futbolístico.

—¿Cuál fue su primera impresión del país?

—Camboya es a primera vista el caos, pero es un país con mil caras. Hay las mejores playas exóticas para perderse.

—¿Cuáles son las principales diferencias entre Camboya y su casa?

—Aquí la actividad en la calle está presente a todas horas, pero mis rutinas personales son de levantarme a las cinco de la mañana, descansar al mediodía y seguir con fuerza por la tarde. Se tiene que entender que todo el año convivimos con temperaturas de unos 35 grados (no hay meses fríos), así que en tareas como la del fútbol las condiciones son bastante duras.

—¿Cuáles son los lugares más característicos de Camboya?

–Phnom Penh es una ciudad cerca del gran río asiático Mekong (una bonita zona de paseos con terrazas), grandes superficies (para sentirse como en casa) y todos los rincones que emanan cultura asiática son mis lugares preferidos.

—¿Qué destacaría de la manera de trabajar del país?

—Desgraciadamente, a nivel general Camboya es un país de desigualdades con niveles de pobreza visible elevada y, como no, con todo un potencial de mejora por delante. Es cierto que cualquier western (es como nos llaman a los Europeos o Americanos o Australianos) puede vivir con condiciones muy buenas.

–¿Cómo se está viviendo la crisis en su país de residencia?

—Aquí la problemática no es la crisis económica (entendida como nuestra casa) Económicamente pueden ser mucho más pobres que nosotros, pero alguna cosa puedo aprender de sus actitudes. Para muchos de ellos los pequeños problemas no son problemas y una actitud positiva, agradecida y con sonrisas creo que los ayuda a vivir tranquilamente.

—¿Cree que Camboya es un buen lugar para que los más jóvenes puedan buscar y encontrar trabajo?

—Es un buen lugar para aprender muchas cosas o para jóvenes que quieran crecer, madurar o experimentarse. Por ejemplo, los jóvenes japoneses y australianos utilizan Camboya como lugar para realizar experiencias profesionales.

—Desde que llegó, ¿ha vivido o le ha pasado algo curioso de que no se hubiera imaginado nunca?

—Recuerdo una sesión de entrenamiento donde los jugadores del equipo hicieron el sprint porque había una serpiente en el campo de entrenamiento.

—¿Qué es lo que más echa de menos de casa?

—La familia, pero lo llevo bien. De casa se echa también un poco más de menos de oportunidad a los jóvenes que puedan dar valor y forjar un futuro un poco mejor para todo el mundo.

—¿Qué costumbre del país actual se llevaría hacia Cataluña?

—Muchas costumbres culinarias, muchos puestos de comida bueno y económico.

—Tiene intención de volver pronto o de momento no?

—La idea es la de volver a finales de año.

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